Kiev afirma haber frustrado una red de cinco agentes que, bajo las directrices del FSB ruso, se disponían a liquidar a varios altos cargos del país en guerra.
El jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), Vasyl
Malyuk, también estaba en la lista de objetivos. El número uno del SBU fue el
encargado de supervisar personalmente una operación secreta que pocas personas
conocían. «El ataque terrorista, que se suponía era un regalo para Putin por su
toma de posesión, fue en realidad un fracaso del Servicio Secreto ruso»
sentenció Malyuk. Además de él, la organización tenía en el punto de mira al
presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al jefe de la inteligencia militar de
Ucrania, Kyrilo Budanov, y otros funcionarios de alto rango.
«Los planes fueron llevados a cabo por una red de
agentes, expuesta por el Servicio de Seguridad de Ucrania con la ayuda de la
dirección de la Oficina de Seguridad del Estado. En la red, cuyas actividades
supervisaba el Servicio Federal de Seguridad (FSB) desde Moscú, había dos
coroneles de la UDO que "filtraban" información secreta» afirma el
comunicado de prensa de los servicios especiales ucranianos.
El historial de colaboradores ucranianos con las fuerzas
enemigas es bastante amplio. Pero en esta ocasión los supuestos colaboradores
rusos detenidos tienen un alto perfil dentro del aparato de seguridad de
Ucrania. Se trata de dos coroneles del Departamento de Seguridad del Estado; el
organismo encargado coordinar la protección del presidente de Ucrania y otros
altos funcionarios. Además, la institución debe mantener vigilados y seguros
los edificios administrativos y estatales de relevancia.
El complot estaba dirigido desde Moscú, según el SBU. Los
espías rusos encargados de planear la operación trabajan en el 9º Departamento
del Departamento de Información Operativa del 5º Servicio del FSB. La
inteligencia ucraniana asegura haberlos identificado como Maksym Mishustin,
Dmytro Perlin y Oleksiy Kornev.
Kornev se reunió con uno de los coroneles ucranianos
antes de la invasión a gran escala en un país europeo, señalan en Kiev. La
Fiscalía General de Ucrania sostiene que los funcionarios ucranianos ayudaron
al FSB a cambio de dinero. «Entregaron información confidencial a
representantes de los servicios especiales rusos, y también prepararon y
ocultaron los medios y herramientas para cometer un acto terrorista» afirma en
comunicado de la institución de Justicia.
Matar al presidente
La misión principal de esta red era buscar en el entorno
de la seguridad protege al líder ucraniano a militares que estuviesen
dispuestos a «tomarlo como rehén» y después matarlo. El propio Zelenski
reconoció meses atrás que habían intentado asesinarle al menos en cinco
ocasiones.
El jefe de la inteligencia militar de Ucrania, Kyrilo
Budanov, también era objetivo de esta red subversiva, según las autoridades de
Ucrania. Su asesinato estaba planeado antes de la Pascua ortodoxa que se
celebró el pasado domingo 5 de mayo. Para ello se rastrearían los movimientos
de jefe de los espías de Ucrania y se pasaría esa información a Rusia. El plan
era atacar el lugar donde se encontraba Budanov con granadas lanzadas desde un
dron FPV -que uno de los coroneles detenidos habría entregado al agente ruso-
para después eliminar cualquier pista con un ataque directo de misiles.
«El SBU registró tanto los viajes del coronel de la UDO a
otra región de Ucrania para recoger drones y explosivos, como las
conversaciones del potencial autor del ataque terrorista con el
"curador" del FSB» señala la declaración de las fuerzas de seguridad
de Ucrania. Ambos detenidos han sido acusados de traición.
El responsable de la exitosa operación, Vasyl Malyuk,
destacó en su mensaje que «el enemigo es fuerte y experimentado, no se le puede
subestimar. Nosotros y de ahora en adelante trabajaremos con anticipación para
que cada traidor reciba las sentencias judiciales que se merecen».