Justo cuando apareció el senador de Arizona John McCain en el Hotel Hilton la noche electoral de la primaria de Florida en Miami para celebrar que había ganado, empezó a sonar la banda sonora de la película «Rocky» (1976).

Como aquel boxeador en el que nadie creía, salvo seguramente el propio Sylvester Satallone, el veterano político ya ha demostrado a sus propios correligionarios en Carolina del Sur que es un fajador rocoso. Y, si nadie lo impide este próximo martes, el ex veterano de Vietnam está decidido a confirmar que regresa a la escena política nacional para «acabar» también con sus «enemigos» demócratas que tratan de impedirle conquistar la Casa Blanca. Osea, como el mismísimo «Rambo».

Con los sones de «Rocky» de fondo, John McCain ya tiene las dos cosas. Lo de veterano de guerra lo pone él, porque es verdad que le torturaron cuando fue prisionero en Vietnam, y con lo de «Rocky» nos recuerda que ha vuelto para quedarse.

En verano, los analistas le daban por muerto (políticamente hablando), pero en las elecciones internas de New Hampshire para elegir candidato dentro de su partido resurgió, en Carolina del Sur confirmó esa tendencia y en Florida se ha puesto en cabeza de la carrera. Y, además, también parece que puede derrotar a los demócratas, si finalmente es él el elegido para defender la bandera republicana en las presidenciales de noviembre.

Si lo logra, luego ya le tocaría sentarse en el despacho oval de la Casa Blanca. Pero no es que se diga eso porque quede bien. Las encuestas, que gustan a los políticos casi tanto como sacar los trapos sucios de sus oponentes, lo aseguran en sus proyecciones.

«Supermartes» a la vista

Quedan todavía 10 meses por delante entre primarias, convenciones y elecciones, aunque a algunos ya les parezca que esto ha acabado después de varias elecciones primarias y tantas veces de votaciones. Pero, lo cierto es que no ha hecho más que empezar.

Y es dentro de tres días, con el «Supermartes», cuando llegará la gran traca, aunque todavía no la final, con votaciones en más de 20 estados para elegir candidato dentro de cada partido.

Es cierto que todavía pueden pasar muchas cosas, pero, de momento, las cosas están así, según los datos que se manejan en «RealClearPolitics», uno de los termómetros que utilizan para medir la temperatura política los medios de comunicación en Estados Unidos.

En una cara a cara entre McCain y la senadora demócrata Hillary Clinton, el senador de Arizona ganaría la Presidencia, hoy por hoy, con el 46,8 por ciento de los votos. Aventajaría a la ex primera dama en casi dos puntos. Pero no le iría mucho mejor a Barack Obama. También el de Arizona puede con el senador de Illinois.

MAC, como le llaman sus votantes, supera al joven demócrata por 1, 5 puntos, llegando al 44,7 por ciento del electorado, mientras que Obama se quedaría con el 43,3 por ciento.

Mientras McCain parece que puede con todos, al mormón y ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney no le pasa lo mismo. En una carrera por la presidencia contra Hillary Clinton, sería ella la que superaría a este republicano.

Clinton obtendría el 51,2 por ciento del favor del electorado y Romney, el 38,8. El mormón tampoco lo haría bien en una batalla contra Barack Obama. El afroamericano sacaría el 51,2 por ciento de los votos y Romney, el 34,4%.
Algo parecido ocurre con el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee. Tampoco daría la victoria a los republicanos, aunque caería por menor diferencia que su competidor mormón por la nominación de su partido.

En una pugna contra Clinton, la demócrata sacaría el 50,7 por ciento de los votos del electorado y Huckabee, el 40,8. Mientras que contra Obama, el demócrata obtendría el 52,8 y Huckabee, el 36,2. Así, parece que, como riman en los últimos días los estadounidenses:«MAC is back» («MAC ha vuelto», en inglés).