“Pedían auxilio cada rato e imploraban por sus vidas”, afirmó un periodista que vio cómo tres efectivos policiales fueron torturados y golpeados durante 10 horas por parte de comunarios de la población de Epizana, en Cochabamba, quienes al final ahorcaron a dos de ellos y al tercero lo dejaron morir, según ellos, porque fueron víctimas de extorsión.

Willy Álvarez Cuevas, Eloy Yupanqui Flores, nombres confirmados por el Gobierno, y Carlos Ávila Fernández, aún por confirmar, fueron golpeados por los pobladores con palos, con piedras, los maniataron, les echaron con agua hervida, les pisaron en sus rostros y al final los mataron.

El fatal desenlace de los policías se originó, según los comunarios, a las 20.00 del lunes, cuando los efectivos llegaron al retén policial de la población, distante a 130 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, detuvieron un vehículo con un conductor supuestamente ebrio. Según los pobladores, le pidieron dinero y resultó ser familiar del corregidor de Epizana. Lo golpearon.

Según se informó desde el Comando Departamental de la Policía, a las 22.00 del lunes los policías llegaron al retén de Epizana a instalar una tranca móvil.

Tras la riña, los policías llevaron al familiar del corregidor al hospital de la población de Totora, a 20 kilómetros de Epizana. Mientras, al menos 500 comunarios de Epizana, al mando de su Corregidor, se anoticiaron del altercado y se trasladaron al retén para esperar a los policías.

Se presume que mientras esperaban a los efectivos, destruyeron el retén, dieron la vuelta el coche de los policías y acabaron con una patrulla que se encontraba también en el lugar.

Cuando regresaron los efectivos del orden, la gente se alteró, les propinó una dura golpiza y los llevaron hasta una casa comunal de Epizana a las 22.00, donde volvieron a golpearles y les exigieron que confiesen que realizaban cobros irregulares, según relataron los comunarios.

Tras soportar la golpiza con palos y piedras, los policías se arrodillaron y les pidieron perdón, según comentó un poblador. Más tarde, los encerraron en la casa comunal durante toda la noche; los pobladores hicieron una vigilia y bebieron alcohol.

Según informó ayer el comandante Departamental de la Policía de Cochabamba, coronel José Copa, la entidad del orden recibió una alerta a las 2.30 de ayer y a esa hora se trasladaron al lugar 20 efectivos en dos vehículos, uno de ellos de Bomberos.

Copa explicó que por el difícil acceso a Epizana, la Policía tardó en llegar; sin embargo, no supo explicar por qué desde esa hora hasta después de encontrar a los policías sin vida y torturados los efectivos no intervinieron.

Ayer en la mañana, los policías que estaban de rehenes lograron encerrarse en un consultorio médico ubicado en el segundo piso de la casa comunal. Ese hecho enfureció más a los comunarios que les amenazaron con quemar el predio si no salían.

Los pobladores ubicaron una camioneta debajo de la ventana del consultorio y les pidieron que salten al vehículo porque les iban a llevar a la Policía de Totora.

Uno de los policías saltó de la ventana hacia el motorizado, pero se fracturó la pierna. Los otros dos cayeron y, según relataron los pobladores, quisieron escapar.

El intento de fuga alteró más los ánimos de los pobladores y más de aquellos que estaban en estado de ebriedad, por lo que los persiguieron, lograron alcanzar primero a uno de ellos y lo ahorcaron tras volverle a pegar

Al segundo policía que trataba de escapar lo alcanzaron metros más allá y también lo ahorcaron luego de darle duros golpes. Al volver a la casa comunal, los comunarios se dieron cuenta de que el tercer efectivo policial que se había fracturado una pierna se encontraba ya sin vida.

Un periodista y su camarógrafo de la red Bolivisión llegaron en el momento que golpeaban a los policías que intentaron escapar.

Tras cometer el crimen, los pobladores hicieron un pacto de silencio, llevaron a los cadáveres y los dejaron sobre la carretera antigua entre Cochabamba y Santa Cruz. Casi al mediodía, aproximadamente de 20 policías llegaron al lugar a recoger a los cadáveres.

El viceministro de Seguridad Ciudadana, Alberto Castillo, calificó el hecho como un asesinato cobarde y dijo que el fiscal Irving Aveldaña fue al lugar para iniciar la indagación sobre el caso. Redacción central y Cochabamba

La agresión llegó hasta los periodistas

Límber Sánchez, reportero de la red Bolivisión, relató ayer que junto a su camarógrafo lograron captar las imágenes del linchamiento a los tres policías suscitado en la zona de Epizana (Cochabamba). Sin embargo, Sánchez comentó que un poblador en estado de ebriedad avivó la furia de los comunarios y provocó que la turba los atacara.

“Luego de que llegamos al lugar, uno de ellos, que estaba borracho, gritó: ‘¿Qué hacen éstos aquí?, ¡nos están filmando!’, y en ese ínterin arremetieron contra nosotros. A mi camarógrafo le quitaron la cámara y a mí me jalaron con otro grupo. Una gran parte de ellos nos golpeaba brutalmente mientras la otra seguía torturando a los otros tres (policías). Nos patearon, nos arrojaron piedras, nos pegaron con palos, ambos logramos escapar”, relató el periodista.

“Hablamos en quechua para entendernos, nos explicaron que no dejaron ingresar a la Policía. Vimos que sacaron de los cabellos; ellos pedían auxilio y rogaban por sus vidas, no vimos cómo los mataron”.

Cronología

20.00
Lunes 25 • Los tres policías llegan al retén de Epizana, detienen el coche blanco y les piden dinero a sus ocupantes, según los comunarios.

22.00
Lunes 25 • Los policías son conducidos hasta la casa comunal de la población y ahí son otra vez golpeados brutalmente y torturados.

2.30
Martes 26 • A esa hora, la Policía recibió la alerta y se trasladó al lugar. A las 11.00 recién lograron ingresar sólo a recoger los cuerpos de los policías.

10.00
Martes 26 • Los pobladores de Epizana ahorcan a dos de los policías que intentaron huir y al tercero lo dejan morir tras romperse una pierna.