En un reciente viaje platicamos con un compañero de asiento que desde el principio nos hizo conversación. No lo conocíamos ni viene al caso dar su nombre, pero su plática fue muy interesante y nos picó la curiosidad.
Nos habló de la nueva generación de combustibles que ya se está produciendo en diversas partes del mundo, así como la grave situación en la que se encuentran los países industrializados, especialmente Estados Unidos, Europa Occidental y Japón. Desde la posguerra, la economía estadunidense está basada en el suministro, a precios muy bajos y en cantidades cada vez más grandes, de petróleo y gasolina provenientes de las naciones productoras a través de las grandes compañías petroleras con sede en esos países ricos.
Basados en esta premisa surgieron cientos de millones de vehículos, supercarreteras y ciudades satélite o suburbios que hicieron indispensable el uso del automóvil. El servicio público de transporte y el ferrocarril se redujeron y se volvieron ineficientes, excepto en grandes ciudades, y la popularidad de los aviones antes reservados a las clases altas y a los ejecutivos en viajes de negocio es causante de millones de vuelos diarios, usando hidrosina proveniente del petróleo. En pocas palabras, según la opinión de nuestro compañero de viaje, el mundo industrializado es un gigante con pies de barro que ya no está sentado en un barril sin fondo de combustible barato. Esto va a acabar a un plazo muy corto, por lo que es previsible una gran crisis.
Una solución parcial estriba en el uso de combustibles o fuentes de energía renovables, como sería la energía eólica, geotérmica, hidráulica y finalmente obtener biocombustibles de todo tipo de plantas y granos.
Un producto ya usado es el etanol o alcohol que puede provenir del mismo petróleo o de plantas como la caña de azúcar, el betabel y el maíz, ya que es un compuesto orgánico. Brasil es el país donde, por su alta cosecha de caña, se produce el etanol que se usa como gasolina mezclado con la del petróleo. Esto ya ha causado polémica, como en el caso de Fidel Castro, quien condenó el uso de alimentos como el maíz para producir combustible. El impacto ambiental es otro elemento y los precios de granos que al subir causan problemas tanto en ganaderos y por ende con el consumidor final.
El concepto de biocombustible se basa en la extracción de aceite de plantas no comestibles o no contaminantes mediante reacciones químicas, incluirlos en compuestos como el diesel. Hay plantas en varios países, así como en regiones en desarrollo donde abunda la vegetación necesaria para extraer este producto.
Lo importante no es el grado de realismo o exageración que hay acerca de la crisis energética del petróleo sino es vital que el ser humano siga emprendiendo nuevos proyectos alternativos para introducir al mercado productos que alivien el calentamiento global, reduzcan emisiones venenosas y permitan el desarrollo económico sustentable.
Le agradezco a esta persona su plática y le deseo logre sus ambiciosos planes. Por mi parte veo en nuestro país infinidad de oportunidades en las zonas agrícolas e incluso semidesérticas y de temporal. Plantas cuyo uso es limitado o desconocido por nosotros podrían ser los próximos combustibles renovables, amén de medicinas, alimentos y productos que sirvan para bien de todos.
Para muchas universidades y centros de investigación además de empresas de vanguardia estos problemas energéticos y de calentamiento pueden ser la oportunidad de contribuir mucho al desarrollo del país.
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