Hugo Chávez no se esperaba tal tapabocas. Tras vociferar que si una "conspiración" derrocase a Evo Morales él recibiría "luz verde para apoyar a un movimiento armado en Bolivia", el Mandatario venezolano recibió una durísima réplica del propio comandante en jefe de las Fuerzas Armadas bolivianas, general Luis Trigo, quien rechazó las "intromisiones externas de cualquier índole, vengan de donde vengan".

Trigo, quien además advirtió que no se "va a tolerar más el accionar de grupos radicales" en el país, zanjó así la postura del mando militar boliviano en el conflicto con los sectores autonomistas: apoyo al gobierno de Morales, pero marcando diferencia con el "intervencionismo" de Venezuela, país que se ha convertido en uno de los principales financistas de la renovación militar de Bolivia.

Chávez, está claro, no se quedó callado. "Yo sé que ese general (Trigo) y otros tienen allá una especie de huelga de brazos caídos, que han permitido a los fascistas paramilitares masacrar al pueblo de Bolivia", señaló. Y desafió directamente al comandante en jefe de las FF.AA.: "Demuéstreme general Trigo que usted apoya a su Presidente Evo Morales. Demuéstrelo. Apoye usted a su Presidente y no al imperialismo".

El llamado del Mandatario venezolano pareció desproporcionado precisamente por la lealtad que se les reconoce a los militares bolivianos. Morales, quien fue conscripto en su juventud, se ha preocupado de mantener buenas relaciones con el alto mando, reuniéndose semanalmente con éste, haciéndolo partícipe de las principales decisiones políticas -incluyendo las referentes a la polémica Carta Magna- y prometiendo modernizar las FF.AA. inyectando el 2% de los recursos generados por el impuesto directo a los hidrocarburos.

"El gobierno se aseguró desde el comienzo la lealtad del alto mando militar pasando por encima de tres generaciones de jefes a los cuales les correspondía ascender", explica a "El Mercurio" el analista Jorge Lazarte. "Así, los altos mandos saben que están ahí porque Evo Morales se los permitió, y se han alineado con este gobierno como no lo habían hecho los militares anteriores".

Esta buena convivencia, por ejemplo, quedó clara en el discurso de despedida del antecesor de Trigo, el general Wilfredo Vargas, quien llamó a "reprimir y aniquilar" a todos aquellos grupos que se opongan a los intereses del país, en referencia a los prefectos y cívicos opositores a Morales.

El general Trigo, quien asumió este año, es de una línea similar. "Ellos (los prefectos) tienen una visión diferente del país en este momento (...) nosotros tenemos otra", señaló al jurar su cargo. Ese "nosotros", en primera persona plural, era el mismo del gobierno de Morales.

Sin embargo, las recurrentes intervenciones de Chávez -quien ha aportado más de US$ 30 millones para reforzar a las FF.AA. bolivianas- parecieran estar colmando a los militares. "Hay un cierto descontento con Chávez, sobre todo en los mandos medios, que nunca antes había sido manifiesto", dice Lazarte. "Con la afirmación de Trigo, el Alto Mando pareció estar expresando un sentimiento de las FF.AA. respecto a las intervenciones permanentes del Presidente venezolano".

Por otra parte, pese al apoyo público de las FF.AA. a la "unidad de la nación", habría cierta crispación con el gobierno por el rol de los militares en la actual crisis. "Es evidente que preferirían no intervenir, ya que significa enfrentar a sectores civiles", señala Lazarte, acerca de las imágenes que se han visto de soldados retirándose de zonas conflictivas para evitar más brotes de violencia.

"Algunos sectores lo ven como una suerte de ultraje. Se ha infligido una cierta herida moral a las FF.AA.", agrega el analista.

Mientras, el Presidente, quien -tras los incidentes sangrientos de octubre de 2003- debe ordenar por escrito una intervención militar, se ha abstenido de hacerlo. "Morales asumiría los costos. Y eso podría ser muy, muy costoso", concluye Lazarte.

31.500

efectivos tienen las FF.AA. bolivianas. De esta cifra, 20.000 son soldados conscriptos por un año.

31.100

efectivos componen la Fuerza Policial Nacional, la cual está organizada en 9 brigadas, una por cada departamento del país, y 2 regimientos antidisturbios.