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06/05/2005 | Neonazis, Negacionistas y Antisemitas al asalto de la Internet

Marc Knobel

Aprovechando el rápido progreso de la informática, los neonazis no recurren en la actualidad a vehiculizar su propaganda mediante disquetes (para los juegos de computadora neonazis) o pasquines, cuya distribución implica actualmente demasiados riesgos y sus costos son relativamente elevados. Recurren a la red informática.

 

Prólogo del traductor.

Buenos Aires (CJL-OJI) – En la edición Nº 749 del Informativo OJI, correspondiente al 31 de marzo de 2005, una nota anunció que “Autoridades brasileñas sacaron del aire sitios web nazis” provenientes de un proveedor argentino denominado “Prima”.

Luego de eso, la Confederação Israelita do Brasil (CONIB) manifestó su preocupación por la difusión por un sitio web emanado en los Estados Unidos, de un “jueguito electrónico” que premia al terrorista que genera una mayor cantidad de víctimas civiles (http://www.yonkis.com/mediaflash/boomba.htm).

Para ilustrar el problema, el estudio que se inserta a continuación – intitulado “Néonazis, négationnistes et antisémitesà l’assault du Net”- cuyo autor, Marc Knobel es presidente de la Asociación de Lucha contra el Racismo y el Antisemitismo en la Internet “J’Accuse” (“Yo Acuso”), e investigador del CRIF (Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia), fue tomado de la página web del CRIF (http://www.crif.org) y traducido del francés por el director de Comunicación del CJL, Pedro Olschansky.

La informática como eficaz vehículo de propaganda.

Aprovechando el rápido progreso de la informática, los neonazis no recurren en la actualidad a vehiculizar su propaganda mediante disquetes (para los juegos de computadora neonazis) o pasquines, cuya distribución implica actualmente demasiados riesgos y sus costos son relativamente elevados. Recurren a la red informática.

Neonazis, negacionistas y todos los demás extremistas se percataron rápidamente del provecho que pueden obtener de la utilización racional y sistemática de la Internet. Milton J. Kleim, en su “Tactics and Strategy for Use...”) explica la estrategia que elaboraron:

“La Internet ofrece gigantescas posibilidades para posibilitar a la resistencia aria la difusión de nuestro mensaje a los indiferentes y los ignorantes. Éste es el único medio masivo del cual disponemos, y está relativamente libre de censura. Es por esto , por lo tanto, que nosotros debemos enseñorearnos de esta arma que es la Internet y utilizarla con habilidad y perspicacia”.

En una publicación que lleva como título “La Conspiración Teórica”, el activista austríaco Walter Ochsenberger escribió que “La libertad de pensamiento es total en la Internet (...) y, en sustancia, la Internet es el medio democrático menos malo”. Olivier Bode, otro activista neonazi conocido por los servicios policiales y co-organizador (junto con otros) de las reuniones de nostálgicos que quieren festejar el día del cumpleaños de Adolfo Hitler, ha escrito que “No caben sino alabanzas acerca de la utilización de la Internet y sus aplicaciones”. En un comentario destinado a los militantes de la formación alemana del NDB, está escrito que “Nosotros debemos crear zonas liberadas. En dichas zonas (a través de la Internet) ejerceremos nuestro poder, ganaremos militantes, acentuaremos nuestra militancia y castigaremos a todos los que defeccionan y a nuestros enemigos”. En otro documento se ha escrito: “Mediante nuestra práctica en la Internet, esquivaremos a la censura oficial. Cada uno de nosotros, cada cual mediante sus posibilidades, puede alcanzar así a la opinión pública. Esto nos permite difundir nuestra información y nuestra propaganda, pero al mismo tiempo despojar de todos sus poderes a aquellos que actúan como si fueran los guardianes de la ideología correcta y fungen de censores oficiales. Y en ningún otro medio como en la Internet, cada cual puede controlar a los demás”.

Estas pocas citas son lo suficientemente explícitas como para que tengamos que comentarlas. Revelan por sí mismas la totalidad de la lógica extremista militante. La útil Internet es un medio práctico, de utilización fácil, consultada por un enorme y creciente número de personas y no está reglamentada. Para las organizaciones terroristas y los grupúsculos extremistas se ha convertido, en consecuencia, en el vector por excelencia para distribuir su propaganda y conducir todo tipo de acciones. Los extremistas saben que gracias a los potentes motores de búsqueda, cada vez más eficientes, el internauta puede – en fracciones de segundos – obtener direcciones de sitios web y lograr de esta manera acceso completo a sus contenidos. Esto es bien distinto de los tiempos anteriores, en que los militantes debían buscar y comprar la propaganda que ansiaban en “librerías” mejor o peor conceptuadas.

Cierta lógica militante se encuentra repetidamente en todos los niveles de la web extremista. Designaciones como, por ejemplo, la decena de sitios de grupos neonazis denominados Blood and Honor pueden apoyar nuestra afirmación. Blood and Honor está representados en una cantidad de países (España, Estados Unidos, Dinamarca, Bulgaria, Bohemia, Flandes, Noruega, Finlandia, Grecia, Serbia, Ucrania, Rusia, Polonia, Canadá, Chile).

Al igual que otros movimientos políticos, los nazis están a la captación de adherentes, de militantes o de simpatizantes. Cada Blood and Honor desarrolla su propio “departamento de mercadeo” que está a cargo de generar y difundir material de propaganda. El grupo Blood and Honor de Dinamarca, por ejemplo, distribuye por toda Escandinavia casetes, compact-discs, libros, volantes y folletos, remeras y banderines. La organización adopta la precaución de suponer que pueden esquivar eventuales prohibiciones, alojándose en sitios “amigos” en la Internet y vendiendo a través de los mismos sus materiales de propaganda. Este es el caso del site de Blood and Honor / Combat 18, que ofrece a la venta más de un centenar de videocasetes, audios, etc., bajo la denominación de “Swedish skinheads”, “Skewdriver”, “Kriegsberichtger” o “Deutsche Skinheads”.

Si se pregunta si esta propaganda en capaz de producir un impacto en adolescentes y en espíritus débiles, puede darse la respuesta e ilustrar nuestra advertencia refiriéndonos a la masacre que se produjo el 20 de abril de 1999 en un colegio de Littletown, suburbano de Denver. Estados Unidos. Quince personas fueron asesinadas en la ocasión y otras veintitrés heridas y hospitalizadas. Más de treinta bombas caseras fueron descubiertas luego en el interior del colegio. Lettletown lloró a sus chicos, los medios se arrojaron a la caza de testimonios por parte de los alumnos del colegio, Estados Unidos hizo una introspección y el presidente de los Estados Unidos se declaró conmocionado y entristecido. Los domicilios de Eric Harris y de Dylan Klebord fueron objeto de múltiples pesquisas. En casa del primer de los nombrados fueron descubiertos explosivos y elementos para el armado de bombas. El arsenal había brindado a ambos adolescentes un impresionante poder de fuego, lo que nada tiene de extraordinario en un país donde es posible procurarse un arma a la edad de 18 años. Resulta difícil explicar cierta locura asesina, pero el drama ocurrido en Littletown concentró a dos universos que se superponen. Por una parte, la “clase ansiosa” de gente que huyó de las ciudades y se refugió en los suburbios protegidos y confortables; por la otra, una suerte de “subcultura” miserable pero no por ello forzosamente reducida solamente a los pobres, que se refugia en lo virtual, el metal rock y la Internet y “se nutre de una mezcolanza apocalíptica muy infectada por virus racistas y antisemitas, con una ideología de supremacía blanca que comparten una multitud de «iglesias», grupúsculos y bandas de skinheads.

Descubrimos entonces que Eric Harris y Dylan Klebord compartían una evidente fascinación por el nazismo y el satanismo. Según muchos condiscípulos, la masacra debería haber sido desencadenada el 20 de abril para celebrar el aniversario del nacimiento de Adolf Hitler. Eric y Dylan gustaban de hablar entre ellos en alemán y ostentaban cruces gamadas en sus camperas negras. Ambos amaban practicar los juegos de violencia virtual y sumergirse en los sitios de Internet que banalizan la violación, la tortura y la muerte. Los dos exaltaban la fuerza, se fascinaban con los asesinatos en serie y se deleitaban con la violencia que veían en la pantalla. Eric Harris y Dylan Klebort escuchaban música techno alemana y sobre todo de death metal, el famoso rock satánico.

¿De qué es lo que estamos exactamente hablando? Al comienzo de los años ochenta, bandas como Megadeth y Slayer se distinguieron y revolotearon respecto de temas horripilantes. Megadeth obtuvo su ración de polémica cuando Andy Merrit, un joven de Houston de 15 años, asesinó a su madre mientras oía la canción “Go to Hell” (Vete al infierno). Merritt explicó luego que el Diablo se le apareció mientras escuchaba la música de Megadeth y le ordenó que liquidara a su madre. La agrupación Slayer, por su parte, debutó en 1984 con un álbum cruel y seco: “Show no mercy” (“No muestres piedad alguna”).

Los miembros de la banda se pavoneaban con poses fascistas y nazis, imitadas por una importante cantidad de adeptos, al igual que las más tenebrosas bandas del “metal”. Una de sus canciones, “Angel of Death”, estuvo dedicada a Josef Mengele. En la letra figuraba: “Auschwitz, el significado del dolor, la causa por la cual yo ansío que ustedes mueran. Muerte lente, inmenso deterioro (...) Cuatrocientos mil más van a morir. Ángel de la muerte. Cirujano sádico del paso a la muerte. Sádico del abolengo más noble. Destructor sin piedad al servicio de la raza aria...” Slayer está sustituido hoy en día por otras bandas e intérpretes (Metal Christ Agony, Dark Funeral, Demonic, Impaled Nazarene, Infernum). Otras bandas, como Dimmu Borgir, exaltan su aversión a lo judeo-cristiano y adhieren al satanismo (Infesatead, Mactatus o Los noruegos de Crest of Darkness); añoran al nazismo (Panzer Division); o se esfuerzan en provocar un efecto perverso sobre la juventud, como Angel Dust, del cual una de sus canciones, “Bleed” describe a uno que se volvió loco, se enfermó poco a poco dentro de un horror cotidiano.

En lo que atañe a cualquiera de los ejemplos que acabamos de describir, parece evidente que los textos y/o las canciones violentas, racistas y antisemitas son también incitaciones a odiar. Estos “objetos”, fácilmente consultables en la Internet, tienen como propósito excitar a las personas y predisponerlas al crimen. En suma, la web extremista se ha tornado en un servicio libre bien armado. Los “objetos” son vendidos con una facilidad increíble y una permisividad detonante. Uno puede comprar en la web los avíos del “neonazi perfecto”, de la cabeza a los pies, incluyendo armamento. Y a modo de ejemplos, reproducimos en el cuadro que insertamos a continuación, una lista de algunos CD o DVD que se venden en la web:

Grupos

Títulos de los álbumes

ARYAN

New storm raising

ASGAARD

Sieg des glaubens

ASGAARD

Der sturm brich los

BATTLESONE

No where to hide

BERSERKERNA

Tor hjelpe

BOOT BOYS VOL.1

Vidkuns Venner, marsjer m.m

BRIGAD WOTAN

Sverige i brand

BRUTAL ATTACK

The best of Brutal Attack

BRUTAL ATTACK

Valiant Heart

BRUTAL ATTACK

Greatests Hits

BRUTAL ATTACK

Tales of glory

BRUTAL ATTACK

Steel rolling on

BRUTAL ATTACK

Resurrection

BRUTAL ATTACK

Battle Anthem

BLUE EYED DEVILS/AGG.ASSAULT

Hate crimes

CELTIC WARRIOR

Let the battle begin

CELTIC WARRIOR

We will never forget

DAS REICH/NATION

Triumph of the will

DAS REICH/NATION

New beginning

DAS HEER

Soldatenlieder der Wehrmacht, marsjer

DIVISION S

Hate

DIVISION S

Attack

FINAL SOLUTION

White revolution

FINAL SOLUTION

Live

FURIO DAL GHETTO

Italiensk samle cd

KRAFTSCHLAG

Nordvind

KRAFTSCHLAG

Trotz verbot nicht tot

RAHOWA

Cult of the holy war

RAHOWA

Declaration of war

SKREWDRIVER

The strong survive

SKREWDRIVER

After the fire

STORM/FREIKORPS

Split-cd

STORM

Hell seger

SKINHEADLEGION

Classic swedish OI!

SVASTIKA

In hoc signo vinces

SVASTIKA/NO REMORSE

We play for you, live

WAFFEN SS

Leibstandarte SS Adolf Hitler, marsje

Dzhihadistas al asalto de la web.
Los islámicos también navegan por la Red para estar mutuamente informados y coordinar sus acciones con total impunidad mediante palabras claves y direcciones más o menos ficticias, recurriendo a buzones supuestamente ubicados en una universidad o dando una casilla postal inexistente de una asociación inhallable, como el site Mouvement Islamique (cuyo domicilio social se encuentra en Lancester, Gran Bretaña, perteneciente al Partido Islámico británico). Hasta los Hermanos Musulmanes navegan por la Red. Su site, instalado en el Reino Unido, exhibe en la página inicial su lema y proporciona una biografía en inglés de su fundador histórico, el jeque Hassan el-Banna, además de, por supuesto, la literatura del movimiento.

En los países de habla francesa una veintena de sites fundamentalistas describen y denigran sistemáticamente al enemigo, invocando la Dzhihad (Guerra Santa) y alentando atentados terroristas. Estos sitios en la Internet desarrollan tesis antioccidentales que encuentran su justificación de una manera o de otra, en sus textos sagrados, interpretados y corregidos por sus propagandistas. En Aslim-Taslam o en el portal fundamentalista francés de Stcom.net, se predica ampliamente cómo los judíos y los cristianos corrompen la Palabra Divina, o sea el Corán. Por ejemplo, en el site de Al Maurabitoune, un o de sus redactores recuerda que un predicador de una mezquita europea declaró que no hay que considerar a los cristianos y a los judíos como impíos. Como el autor del texto de marras supone que la mayoría de los feligreses que acuden a las mezquitas de Europa adolecen de pocos conocimientos religiosos, pasa a publicar un extracto de la Fatwa “I-Islamiya” del jeque Mouhammad Saleh Ibnoul Outhaymine: “El que dijo eso, sostiene, indujo a error a su audiencia, por lo que puede considerárselo un «kufr» (blasfemo), puesto que Alá declaró en Su Libro que los judíos y los cristianos son incrédulos (koufar). Los judíos son descriptos en el mismo como merecedores de la cólera de Alá., porque poseían el acceso a la verdad y no escogieron ir a su encuentro. Los cristianos fueron descriptos como gente descarriada, porque buscaron la verdad pero se extraviaron. Por lo tanto, todos ellos merecen la cólera de Alá. Yo hago un llamado a todos los judíos y los cristianos, a que crean en Alá y en todos Sus Mensajeros”.

En estos sitios de la Internet, otros textos elaboran la teoría del Gran Complot. Este complot estaría fomentado con el propósito de desestabilizar al mundo y según los autores de estos textos, provocar la Tercera Guerra Mundial, la cual estaría dirigida contra el Islam. Con este argumento difunden numerosos rumores. Estos islámicos retoman la famosa tesis que fue desarrollada por Thierry Meyssan, que pretendió en su libro “La tremenda impostura” (Carnot, 2002) que ningún avión embistió en realidad al Pentágono el 11 de septiembre de 2001 y que dicha explosión fue en realidad un atentado que habría sido perpetrado por militares estadounidenses con designios antidemocráticos.

En el site “Falestine” – que estuvo alojado en el portal fundamentalista islámico francófono Stcom.net – un autor preguntó quién obtuvo provecho de los atentados del 11 de septiembre de 2001. “¿Los musulmanes? Por supuesto que no: ¡Ellos son los principales perdedores desde todo punto de vista! ¿Los norteamericanos y los sionistas? ¡Sí, por cierto! Ellos han sido los grandes favorecidos desde todo punto de vista: económico, militar, prestigio y comunicación. Con esos atentados se asesinaron definitivamente las simpatías hacia los palestinos oprimidos y la voz de los mismos. De tal modo que en la actualidad los crímenes contra ellos continúan perpetrándose como si nada, sin que ninguna voz se eleve en el mundo para condenar estos crímenes”.

En todos estos sites, aunque se diferencias tanto unos de otros, se desarrolla en forma unánime una argumentación que podríamos resumir de la siguiente manera: los atentados del 11 de Septiembre sirvieron a los intereses yanquis y judíos. Fueron un pretexto para invadir primero Afganistán y seguidamente Irak. Y en nombre de la lucha antiterrorista los yanquis van a invadir a los demás países árabes y a Irán. Supervisan los emplazamientos nucleares pakistaníes e impiden a Irán dotarse de defensa nuclear. Por si esto fuera poco, los yanquis siguen apoyando a Israel, que disfruta así de una inmunidad total. Los norteamericanos preparan militar y psicológicamente a su pueblo para hacerle la guerra al Islam. En consecuencia, se desatará la Tercera Guerra Mundial.

Para los autores de estos textos, es evidente que los atentados del Once de Septiembre fueron perpetrados por agentes de la CIA o del Mossad. Pero su argumentación sobre el 11 de Septiembre sigue estando signado por la ambivalencia. La negación de que hayan estado implicados musulmanes en esos hechos se combina con la “justificación” de los mismos por causa de la persecución de que son víctimas los musulmanes en el mundo entero, de modo que los atentados fueron en realidad una lección adecuada infligida a los Estados Unidos, y justificados por las fatwas que legitimaron tales acciones.

En estos sitios, sean en lengua árabe, inglesa o francesa, el musulmán es presentado esencialmente como una víctima, en tanto que todos los medios del universo serían utilizados por los norteamericanos, rusos, judíos, cristianos o hindúes para destruir a la mancomunidad musulmana mundial (la Umma). En reglas generales, todos estos sitios se identifican con la causa palestina. El sionismo es globalmente considerado como la manifestación contemporánea y definitiva de la aspiración occidental para dominar el corazón del mundo islámico y árabe. Merece ser tomado en cuenta que esta identificación no se refiere específicamente a los musulmanes bosnios (que fueron islamizados tardíamente), ni a los chechenos, ni a los habitantes de Cachemira, ni a los grupos islámicos fundamentalistas que combaten en las Filipinas o en Indonesia. La causa no se presenta esencialmente como nacional (de un país que todavía tiene que ser creado: Palestina) sino como la defensa del Islam asediado por los Cruzados (judíos y cristianos).

Mediante la argumentación central de que el Islam está asediado y que una guerra total ha sido lanzada contra los musulmanes, los fundamentalistas alientan la Dzhihad (la Guerra Santa). Si uno navega, por ejemplo, en el motor de búsqueda Google, “Hacer la Dzhihad” arroja 31.000 respuestas. Una de las tantas formula la siguiente pregunta: “¿La Dzhihad provoca el mal?”. La página de inicio proclama “Bienvenido al site del Corán y la Sunna”. Bien, la respuesta a la pregunta anterior está redactada por el jeque Alí Ben Khudeir Al Khudeir: “El hecho de decir que la dzhihad aporta inconvenientes, entraña la abolición de la dzhihad y la abolición de los operativos que perturban y debilitan al enemigo. En realidad, no existe acto alguno de dzhihad que no implique pérdidas materiales y/o humanas. Si uno presumiere que las víctimas (del 11 de septiembre de 2001) fueron inocentes y que los operativos causaron el mal (a los musulmanes), no hay que olvidar que los inocentes asesinados por Norteamérica son mucho más numerosos y el mal que han causado Norteamérica y sus aliados son mucho más horribles y abominables”.

En el sitio en francés Islamiya.net, los internautas formulan preguntas y observaciones al jeque Muhammed Saleh al Munajjid. Oficialmente, el site condena los atentados en su página de inicio. Por lo tanto, podemos leer en la misma que “¿Se puede considerar a la dzhihad como algo obligatorio para todos nosotros, dado que los derechos de los musulmanes fueron evidentemente escarnecidos por la invasión extranjera? Participar en la dzhihad para enaltecer el nombre de Alá, proteger al Islam, asegurar los medios para difundirlo y salvaguardar las instituciones sagradas es una obligación para todo aquel que sea capaz de tomar parte. Pero sucede que, desde el principio, los ulemas exhortan a los jefes musulmanes a crear ejércitos bien organizados y disciplinados. Si los jefes adoptan tal iniciativa, aquellos que son aptos para combatir, deben servir. En consecuencia, todo aquel que se rehúsa a participar sin tener una dispensa válida, es sin duda un pecador... Si usted se convierte en un soldado encargado de combatir a los judíos y a los demás infieles, salga sinceramente al combate que les hará, tenga la intención de asegurara el triunfo del Islam y de los musulmanes, y proceda con el objetivo de que el nombre de Alá sea engrandecido y el nombre de los impíos será entonces execrado por la causa de Alá”.

En el texto que llevó por título “La opinión islámica acerca del permiso para realizar operativos de martirio”, en el stcom.net, el autor sacraliza los operativos “mártires” y rehúsa que se los califique de “atentados suicidas”. “En realidad, son los judíos quienes han impuesto esta última denominación para disuadir a la gente de cometerlos. Es notoria la diferencia entre el que meramente se quita la vida y el héroe que sacrifica su vida para la victoria del Islam, para que la palabra de Alá sea todavía más engrandecida.” En estas páginas se aprende que la dzhihad es una obligación y no una opción facultativa, para todos los musulmanes varones, sanos y con la edad apta. “Nuestros hermanos mártires han escrito con su sangre una historia de la que podemos estar orgullosos y el sacrificio que han hecho de sus personas incrementa nuestro deseo de morir también como mártires, a fin de reunirnos con Alá y de se resucitados en compañía del Profeta (que haya paz y bendición sobre él), sus compañeros y todos los otros profetas, mártires y piadosos”.

En otro sitio en la Internet (sjidine.com) la dzhihad es presentada como “la senda de Dios”. “La dzhihad islámica, con sus condiciones, normas y usos, ha sido una fuente benéfica y una bendición general para el mundo, una gracia para la humanidad. Después que ella deja de ser observada, el mundo queda despojado de sus provechos y de su bendición. Las guerras étnicas, nacionales, lucrativas y políticas, lo mismo que las revoluciones locales, carecen de sentido comparadas con las que no afrentan el rostro de Dios y enaltecen la supremacía de la Palabra de Dios, ni salvan a la humanidad de la gran ignorancia (al-Jáhilyya) ni de la adoración de ídolos, ni forjan la purificación del alma y su tranquilidad. La humillación ganó a los musulmanes por no ejercerla. Ellos perdieron su valor y sus cualidades pronto los abandonaron... La dzhihad no se limita al combate, sino que forja las mejores cualidades cuando se torna necesaria. En realidad, todos los esfuerzos relacionados con la supremacía de la Palabra de Dios y de Su religión, forman parte de la dzhihad... No les está permitido a los musulmanes quedarse indiferentes a lo que atañe a sus hermanos de religión y a los oprimidos, porque ellos son los que sufren la injusticia, la humillación provocada por la opresión, la persecución y toda clase de crueldades en cualquier país, por el hecho de profesar el Islam”.

Para terminar, mencionaremos la fatwa emitida por el jeque Salman ibn Fahd al-Awdah Hafizahullah acerca del estatuto de las operaciones mártires en el Islam: “Asegurar que habrá muertos y heridos, que se producirán grandes estragos, que el terror será esparcido a los enemigos”.

Racistas al asalto de la Web.
Sabemos que la Internet es utilizada por toda suerte de movimientos extremistas. ¿Por qué, pues, no les va a ser útil a los grupúsculos, grupos y partidos, ya que es poco onerosa y sumamente adaptable para hacerse publicidad propia u organizar un plan siniestro? Los extremistas recurren, entonces, a este medio propicio que es la Internet. Le sacan provecho, explotando sin límite ni vergüenza todo lo que les ofrece. También los sitios que estigmatizan a los inmigrantes (sean los mismos africanos, asiáticos, árabes, turcos, kurdos, etc.) son legión en la Internet. Ejemplos recientes revelan la peligrosidad de este fenómeno.

En marzo de 2002 hizo su aparición un nuevo sitio: SOS-racaille.org. Mientras tanto, el sitio SOS-racaille.org recuperó otro sitio, el Radikalweb, conocido por los internautas por sus posiciones ultras y fascistoides. También el sitio SOS-racaille.org se caracteriza por incentivar una increíble violencia y es vehículo de toda clase de amenazas. El 1º de septiembre de 2001 apareció en el seno de SOS-racaille (“racaille” significa chusma, gentuza) otro sitio: aipj.net, dedicado a la actualidad internacional, que fustiga con sarcasmo o con violencia todo lo que sucede en la esfera árabe-musulmana, Esta cita muestra el tono: “¿Hace falta, pues, reflejar, si es que queremos realmente desprendernos del conjunto de la civilización occidental y verla reemplazada, dentro de algunas décadas, por una especie de Islam «a la francesa» conquistada por la demografía y la intimidación? Ciertas fuentes hablan de que hay entre 7 y 8 millones de musulmanes en Francia (vea el site revue-politique.com), los que representarían una proporción mayúscula de menores de 20 años en plena capacidad reproductiva. Esto sin contar la importación de nuevos inmigrantes en general, sin mencionar a budistas ni hinduistas. ¿O es posible rehusarse a admitir semejante escenario?”.

En septiembre de 2002 SOS-racaille anunció la apertura de un sitio que en realidad no es auténtico sino ficticio, Oumma.org, que se presenta como “Sitio de referencia del Islam a la francesa”. Oumma.org ya está registrado en la mayoría de los motores de búsqueda, con el ingenioso propósito de ser una trampa para atraer a los lectores interesados en esos temas. Al consular un motor de búsqueda, el navegante en la Internet debe suponer que el sitio Oumma.org se refiere a la comunidad musulmana de Francia y al Islam. No tiene nada que ver en absoluto, Al acceder a la página “home” uno se apercibe de inmediato de la engañifa: el site está “patrocinado por la Asociación Francesa de Criadores de Cerdos”. Este sitio se caracteriza por la vehemencia de sus ataques contra la religión musulmana y el mundo árabe.

En octubre de 2002 brotaron otros sitios violentos, uno tras otro. Para comenzar, el site denominado MRAV, donde se denigran los movimientos antirracistas. Vino seguidamente el site denominado 5ème colonne, con el propósito de “descubrir a los colaboradores de la chusma y de la invasión musulmana en Francia”. En su edición correspondiente al mes de febrero de 2003, 5ème colonne se las tomó violentamente contra el presidente de la República. Un artículo de ocho páginas ironizó acerca de “sus amistades iraquíes” recurriendo a una desusada virulencia: “Jacques Chirac se sitúa cada vez más a la cabeza de la colaboración con los países árabes, a la cabeza de la Quinta Colonia de la invasión musulmana a Francia...” En diciembre de 2002 otros dos nuevos sitios hicieron su aparición: Année-algérie.org de la “República Bananera Argelina Antidemocrática e Impopular”; y Élysée-2007.org, que fustiga a la clase política y al Elíseo (o sea, la Presidencia de la República Francesa).

Y como si no bastara la constelación constituida en derredor de SOS-racaille.org, una nueva red fue creada en enero de 2003: Canal-resistance.net, que se presenta como la primer “red de sites que luchan contra la islamización de Francia” y anuncia con audacia que es frecuentada por “15.000 visitantes diarios”. Los sitios racistas están ahora reunidos en este canal: Résistance.féminine.org; Aipj,net; Rance.intox; Marre du Rap; Photo-choc; Tribuna Libre; Élysée-2007.org; Ennemi interieur; Algérie Française; Salam Alekoum; Liberté d’expression sur l’Internet; Réfractaires.org...

Y cada uno de estos sitios rivalizan entre sí en grosería. En Photochoc, por ejemplo, los animadores del site presentan una galería de fotografías que ilustran cómo “el Islam declara la guerra al mundo occidental”. Otra galería presenta y pinta al Islam como “la religión del odio”, de la “violencia” y del “terrorismo”. El sitio emprende también contra los políticos, que son presentados exclusivamente como “corruptores, corruptos y culpables...”

En el sitio Réfractaries, Chirac es el blanco eterno: “Presidente de un país ocupado cubierto de esclavos islamo-delincuentes, donde reina el apartheid y la limpieza étnica (ver cómo en los suburbios son perseguidos los franceses de pura cepa que no son sumisos, y los judíos), de un país convertido en uno de los últimos de Europa en economía, en vías de hacerse miembro del Tercer Mundo... y que ya no cuenta en la escena internacional (ver “Costa de Marfil”). Así nuestro Chirac se ha tornado en líder mundial de cualquier cosa: ¡de la lucha contra los Estados Unidos!”.

En Islam-vérité.org se anuncia la guerra mundial: “la felonía islámica perpetrada el 11 de septiembre de 2001 contra el mundo civilizado, contempla los símbolos de su éxito: es la última afrenta hecha a las democracias occidentales. Este día de infamia para el mundo civilizado fue la prueba, por si hacía falta, de la ignominia islámica y de su voluntad de destruir el mundo occidental”.

En SOS-musik.org, se despachan de forma similar: “Se constata que al permitir el desarrollo de unas 1.100 zonas de no-derecho, término políticamente correcto inventado para designar los nuevos arrabales donde proliferan el comercio de armas, de sexo, de la droga y de todas clases de tráfico, los gobiernos sucesivos han fabricado voluntariamente bombas de retardo que acabarán por detonar algún día, muy seguramente por orden de alguna autoridad religiosa islámica, que son las únicas autoridades respetadas por las hordas salvajes adoctrinadas por un Corán siniestramente transformado en arma del crimen dirigida contra quienes pretendemos paz, tolerancia y respeto al distinto... Asistiremos a un nuevo Kosovo del cual seremos los «ignominiosos serbios» culpables de resistir la invasión de «vientres musulmanes»”.

Conclusión provisional.
Si bien la libertad de expresión es un derecho constitucional en numerosos países europeos, las instancias judiciales de dichos países estiman que las disposiciones que prohíben la incitación al odio racial y la difusión del racismo son restricciones razonables y necesarias al derecho a la plena libertad de expresión.

El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial ha considerado que la libertad de expresión no es un derecho absoluto, sino que queda sometido a ciertas limitaciones enunciadas por la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (Artículo 29, Parágrafos 2 y 3; y Artículo 30) y en el Pacto Internacional relativo a los derechos civiles y políticos (Artículos 19 y 20), que convierten en normas precisas del Derecho Internacional a los principios enunciados en la citada Declaración. Estas limitaciones resultan de un justo equilibrio entre las obligaciones derivadas del Artículo 4 de la Convención Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial y la necesidad de proteger aquellas libertades fundamentales.

La Convención Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial recibió el 7 de marzo de 1966 la adhesión o ratificación de 148 Estados. Esta Convención es el principal instrumento jurídico internacional en la lucha contra el odio y la discriminación racial.

Según establece el Artículo 4 de la Convención:

“Los Estados... se obligan a adoptar inmediatamente medidas positivas destinadas a eliminar:

Toda incitación a la discriminación, o todos los actos de discriminación (racial), y, con esta finalidad, tomando debida cuenta de los principios formulados en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y en los derechos expresamente enunciados en el Artículo 5 de la presente Convención, se comprometen particularmente:

a) A declarar como delitos punibles por la ley, toda difusión de ideas fundadas en la superioridad o el odio racial, toda incitación a la discriminación racial, así como todo acto de violencia, o la provocación a cometer tales actos, dirigidos contra cualquier raza o grupo de personas de otro color o de otro origen étnico, al igual que toda ayuda aportada a activistas raciales, comprendiendo en esto su financiamiento.

b) Declarar ilegales y a ser interdictas, las organizaciones y actividad de propaganda organizada y todo otro tipo de actividad de propaganda que incite a la discriminación racial y que la estimule; y declarar delito punible por ley la participación en tales organizaciones o en sus actividades.

c) No permitir a las autoridades públicas ni a las instituciones públicas, sean nacionales o locales, incitar o estimular la discriminación racial”.

Sin embargo, la internacionalización del sistema convierte a la Internet en algo difícilmente controlable. Ninguna legislación nacional es realmente capaz de impedir las transmisiones, puesto que todo servidor es accesible de cualesquier punto del mundo. Además el ámbito es tan vasto, los intereses tan divergentes (de un país a otro), que no hay lugar para establecer un código de ética.

Sin embargo, numerosos usuarios, centros universitarios y asociaciones monitorean de cerca a estos mercaderes del odio, siguen sus movimientos y refutan sus afirmaciones, Unos y otros reúnen millares de documentos, todos ellos accesibles en la Internet. El resultado está a la vista: negacionistas y neonazis tienen, a su pesar, que presentarse en los foros de discusión en los que sus afirmaciones son rebatidas en forma concertada. Paralelamente, algunos gobiernos o políticos participan en comisiones y grupos de reflexión que examinan los problemas ligados a la libre expresión en la Internet.

¿Qué hacer, entonces? ¿Hay que alentar la libertad (total) de expresión en la Red? En los Estados Unidos, principalmente, rige una concepto casi absolutista de la libertad de expresión, a tal punto que consideran la reglamentación de declaraciones racistas como una violación del derecho constitucional a ejercer la libertad de palabra. La libre expresión también es un derecho constitucional en muchos otros países. No obstante, las más elevadas instancias judiciales de esos países estiman que las disposiciones que inhabilitan la incitación al odio racial y la difusión de ideas racistas, forman parte de las restricciones razonables y necesarias del derecho a la libertad de palabra.

Es posible, por consiguiente, intentar una acción en sede judicial contra los sites racistas. Esto depende, con todo, de en qué país se formula y de la existencia de una legislación adecuada. Pero, mirando lo esencial del caso, las reales consecuencias judiciales son raras. En tales condiciones ¿cuáles son los medios de que disponemos para luchar contra la multiplicación de sitios negacionistas y racistas en la Red? Hay que dejar sentado que nunca, ni el racismo, ni la apología del terrorismo, pueden ser considerados ”opiniones”. Numerosos métodos pueden entonces ser utilizados para combatir esa basura informativa, especialmente en los ámbitos de la legislación, de la enseñanza o de la información.

¿No convendría, al respecto, proponer una normativa binaria? Por una parte, la penalización del discurso racista, como sucede en Francia, Bélgica y Suiza. Y en el caso de que exista una imposibilidad constitucional, la penalización del “alojamiento abusivo” destinado a esquivar lo que disponen las leyes. La práctica del “abuso de alojamiento” por parte de los “ciberrracistas” que sitúan sus servidores en países en los que la ley es menos severa que en el país donde viven, debería ser castigada por la ley. Por ejemplo, un sitio racista francés se dirige a un público francés, pero es albergado por un servidor situado en Estados Unidos, no pudiendo por ello ser cerrado bajo las disposiciones de la ley estadounidense que protege la libertad de expresión. Nosotros estimamos que los “alojadores” no pueden escudarse constantemente en el argumento de que guardan una neutralidad estricta, sino que tienen que suprimir los sitios de referencia. En cuanto a los proveedores del acceso, pensamos que un día van a ser obligados a filtrar el acceso a los sitios nauseabundos, del mismo modo que a esos que se refugian en el extranjero. El legislador estará, en consecuencia, correctamente inspirado si posibilita la evolución de nuestra legislación, instituyendo una “cero tolerancia”. Tal debe ser la consigna. Habrá, en fin, que crear un organismo de concertación, o de co-regulación, en el seno del Consejo de Europa, con el mandato de abocarse a la elaboración de códigos de conducta y servir de mediador en determinados conflictos.

Tal como lo subrayó un editorial publicado por el diario “Le Monde” del 23 de agosto de 2002, “Está llegando el momento en que el necesario respeto a la libertad de expresión sea confrontado por la no menos necesaria protección de las personas que son objeto de injurias y amenazas”.

Fuente: Consejo Judío Latinoamericano.

El Reloj (Israel)

 



 
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