Las drogas sintéticas ofrecen ventajas para los cárteles mexicanos: el costo de producción es de una tercera parte del de la cocaína o mariguana y las ganancias son tres veces más que las obtenidas por drogas naturales tradicionales, explicó a EL UNIVERSAL Carlos Medina, funcionario en Colombia de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).

“En Centro y Sudamérica las autoridades judiciales y policiales carecen de entrenamiento y de análisis de laboratorio, entre otros”, comentó Medina.

En prácticamente toda América Latina a nivel judicial no existen leyes que tipifiquen la producción, tráfico y consumo de drogas sintéticas, por lo que ni policías, fiscales, jueces, o instituciones de control conocen al respecto, indica la Dirección Nacional de Estupefacientes de Colombia.

Mientras que los gobiernos han logrado trabajar en el combate a las drogas naturales como la cocaína, opio o mariguana, sobre sintéticas carecen de elementos para enfrentar ese tráfico, pues desconocen precursores, métodos de síntesis, de desmantelamiento o disposición final de sustancias y tampoco hay métodos de análisis de pruebas similares, al no estar estandarizadas ni son validados los métodos de análisis forenses, precisa.

El Departamento de Estado de Estados Unidos indica que para mantenerse en el mercado, los cárteles mexicanos aumentarán el contrabando de precursores como la efedrina, desde África, Europa, Venezuela y Colombia, este último podría comenzar a preparar metanfetaminas si la producción de México no es suficiente para la creciente demanda del mercado estadounidense.

Ventajas financieras

México es el principal conducto de la mayoría de la cocaína que llega a Estados Unidos, la fuente de la heroína que se consume en ese país y el mayor proveedor de mariguana y metanfentaminas hacia el mercado estadounidense, indica el reporte de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, por sus siglas en inglés), el área investigativa del Congreso de Estados Unidos.

En términos de manufactura, para producir 2.5 kilos de cocaína es necesaria una hectárea de coca sembrada y más de 400 kilos de precursores, mientras que un kilo de drogas sintéticas sólo requiere entre uno y tres kilogramos de precursores, detalló Medina.

En Colombia, investigaciones policiacas han mostrado que grupos emergentes comienzan a considerar la elaboración de drogas sintéticas, como resultado de su comunicación con los cárteles mexicanos.

La fabricación de drogas sintéticas representa una amenaza, y en el caso de Colombia el mercado aún es cocaína, pero no se descarta la posibilidad de ese cambio como ocurrió de la mariguana a la cocaína, e incluso tampoco se descarta la compra de armas a cambio de sintéticas, comentó Medina.

El Reporte mundial de las drogas preparado y redactado por la Oficina contra la Droga y el Delito de la Organización de las Naciones Unidas indica que desde hace un año la producción de enervantes sintéticos se ha incrementado a través de megalaboratorios.