Las autoridades investigan la causas del asesinato del padre Juan Gonzalo Aristizabal, ex capellán de Álvaro Uribe cuando fue gobernador de Antioquia, el cual tiene conmocionado a Medellín.
A un mes de darse inicio a la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quizás el evento más importante del año en Medellín, un hecho violento pone en alerta a las autoridades.
En la madrugada del pasado domingo, el cuerpo del sacerdote Juan Gonzalo Aristizabal fue hallado en un vehículo, sobre la vía Regional y cerca a la Universidad de Antioquia, al norte de la ciudad.
Aristizabal fue capellán de Álvaro Uribe en sus tiempos como gobernador de Antioquia, y una figura reconocida por muchos antioqueños por sus liturgias y su trabajo en favor de algunas comunidades.
El presidente lamentó la muerte del párroco de quien se refirió sólo con palabras honrosas: "Nos duele mucho, el asesinato aquí en Medellín, del Padre Juan Gonzalo Aristizábal, fue el capellán de la Gobernación durante el tiempo en el cual tuve el honor de ser Gobernador de Antioquia (...) Siempre estuvo al servicio de la comunidad (...) Nos horroriza este asesinato".
Aunque era bien conocido por los pasillos de la sede administrativa de la Gobernación de Antioquia, las obras del padre, de 59 años, eran reconocidas por empresarios, políticos y gente del común que estaban acostumbrados a sus eucaristías en los principales hoteles de la ciudad.
Además de eso, era el director del Núcleo Educativo del barrio Aranjuez, el párroco de la iglesia San Juan Apóstol y adelantaba la construcción de una nueva iglesia en el barrio el Poblado, al sur de la ciudad.
Aún no se conocen las causas de este hecho pero las autoridades ya ofrecieron una recompensa de hasta veinte millones de pesos por información que permita aclararlo y La Brigada Especial Antihomicidios, creada el año pasado para esclarecer casos especiales como estos, ya comenzó a investigar.
Lo único que se ha adelantado hasta ahora por parte de los organismos de seguridad es que el cuerpo presentaba algunas huellas en el cuello y en la nuca por lo que se presume que el padre fue asfixiado.
El secretario de gobierno de la ciudad, Jesús María Ramírez, expresó su preocupación por el asesinato del sacerdote y llamó al gobierno central para que aumente el pie de fuerza de la Policía local.
“Esperamos que el total de refuerzos que lleguen a la ciudad en los próximos días esté en los 4.000, incluyendo los miembros del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), el Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) y los grupos de seguridad de 10 o 15 presidentes de la República que se prevé estarán en Medellín, amén de los escoltas y miembros de la Fuerza Aérea” manifestó el Secretario.
Por su parte el general Dagoberto García, comandante de la Policía Metropolitana, informó a los medios tras un consejo de seguridad el día de ayer con el Presidente Uribe, que en menos de ocho días estarían llegando a la ciudad 2500 nuevos miembros de la Policía.