Ciertamente, las condiciones están dadas. Ecuador ha tenido siete presidentes en los últimos nueve años --lo que significa que cada uno, en promedio, ha estado en el puesto menos de un año y medio-- y aún más ministros de Economia. La mayoría de los presidentes son tumbados del cargo en medio de disturbios callejeros, buscan asilo político en algún otro país latinoamericano y son reemplazados por sus vicepresidentes, que inmediatamente culpan a sus antecesores de todos los males del país.

No está claro si el nuevo ocupante del sillón presidencial, el ex vicepresidente Alfredo Palacio, un cardiólogo de profesión, podrá terminar el período de su predecesor en enero del 2007. El último presidente, Lucio Gutiérrez fue expulsado por una sesión inconstitucional del Congreso, después de que él había disuelto la Suprema Corte en una jugada tanto o más inconstitucional.

En un discurso a la nación el martes por la noche, Palacio --fiel a la tradición-- culpó a su antecesor por la situación del país. Anunció que iniciará consultas nacionales para llevar a cabo un referendum en los próximos seis meses, en busca de alcanzar ''un acuerdo nacional'' para ''re-fundar'' la nación y construir ``un sistema político superior''.

Pero muchos temen que Palacio, para ganar tiempo y calmar a la oposición, cederá a las demandas de industriales proteccionistas y militantes de la vieja guardia de izquierda, y de hecho congelará las negociaciones de libre comercio con Estados Unidos. Según los críticos, eso sería nefasto, porque Ecuador perdería más que casi cualquier otro país latinoamericano si no firma un tratado comercial con Estados Unidos.

El motivo es que Ecuador dolarizó su economía en el 2000, como una forma de ponerle freno a la hiperinflación. Si Colombia y Perú firman tratados de libre comercio con Washington, Ecuador quedaría como el único país en la región con fuerza de trabajo de alto costo, pagada en dólares, y sin acceso preferencial al mercado de Estados Unidos.

''Un acuerdo de libre comercio sería el paso siguiente lógico después de la dolarización'' dice Peter Romero, ex embajador de Estados Unidos en Ecuador, quien también fue jefe de asuntos latinoamericanos del Departamento de Estado. ``En este momento, Ecuador está a la mitad del río: tienen dolarización, pero sin un acuerdo de libre comercio, la dolarización se convertirá cada vez más en un factor negativo, en la medida en que sus vecinos tengan una mano de obra más barata y puedan exportar más''.

Ivonne Baki, ex ministra de Comercio del gobierno de Gutiérrez, dice que el nuevo presidente, como cabeza de un gobierno de transición, podría no querer tomar decisiones impopulares.

''El peligro es que Ecuador quede fuera del proceso de negociación, o se quede como Bolivia, de observador'', añadió. ``Esto nos haría regresar 50 años para atrás, porque un acuerdo de libre comercio no sólo va a ayudar a traer nuevas inversiones, sino que nos convertiría en un país con más seguridad jurídica, y nos obligaría a hacer otras reformas económicas que hace muchos años tenemos que hacer''.

En una entrevista telefónica el miércoles, le pregunté al ministro de Comunicaciones de Ecuador, Carlos Cortez, si el gobierno se retirará de las negociaciones de libre comercio. Cortez respondió que si el gobierno pensara hacer eso, no hubiera nombrado un nuevo equipo negociador.

Cortez agregó que ``El Presidente no mencionó este tema en su discurso del martes por una simple razón: hay un proceso de negociación en marcha, y él no quiere tomar ninguna determinación hasta que las negociaciones lleguen a su fin''.

¿Pero incluirá en el referéndum una pregunta sobre si Ecuador debe firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos?, le pregunté. Por que si se incluye esa pregunta y el presidente no le explica a la nación lo que podría perder Ecuador si se queda afuera, equivaldría a condenar a muerte al acuerdo comercial de entrada, agregué.

Cortez dijo que no podía contestar la pregunta hasta que el gobierno vea qué preguntas se elevarán en el proceso consultivo. ''Una vez que el proceso de consulta termine, sabremos si esa pregunta será incluida o no'', dijo.

Mi conclusión: Palacio corre el riesgo de convertir a Ecuador en una nueva Bolivia. No podrá mantenerse neutral en el tema económico. Si lo hace y le deja el campo abierto a las fuerzas proteccionistas, tendrá que dar por muertas las negociaciones de libre comercio y terminar con la dolarización, porque esta última no será sostenible sin el libre comercio. Pero entonces, mejor que tenga una buena receta contra la hiperinflación, la inestabilidad política y más vicepresidentes asumiendo el poder.