El director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Sáiz, explicó ayer a los diputados de la llamada Comisión de Secretos Oficiales que este servicio de espionaje español asistió al interrogatorio de un preso en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba), por razones «humanitarias».
Según las fuentes consultadas por este periódico, en aquel interrogatorio intervinieron miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de España y también estuvo presente un diplomático de la embajada española en Washington.
El máximo responsable del servicio de inteligencia español explicó a los seis diputados presentes en la comparecencia -sólo faltó Josep Antoni Duran Lleida, de CiU- que la destitución del anterior jefe de la división contraterrorista del CNI, Agustín Casinello, no tuvo nada que ver con el atentado que costó la vida en Afganistán a dos militares españoles el 9 de noviembre pasado, en contra de lo que se dijo entonces. Lo decidió porque considera que en puestos tan complejos como ése no es bueno que la gente «se eternice».
Insistió también en que con las escalas que hicieron aviones de la CIA en aeropuertos españoles, con presos que llevaban a Guantánamo, no se cometió ningún delito en territorio nacional ni se vulneró la legalidad.