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26/05/2005 | Comunidad suramericana: potencialidades y retos de una integración

Alejo Vargas Velásquez

El 8 de diciembre de 2004, trece jefes de Estado y de Gobierno de Suramérica, junto con Panamá, en el marco de la III Cumbre Suramericana realizada en la histórica ciudad de Cuzco -capital del antiguo Imperio Inca-, firmaron el documento que le da creación a la Comunidad Suramericana de Naciones. Por ahora la iniciativa es más un acuerdo de intencionalidad política, pero puede convertirse en un actor geopolítico relevante a mediano plazo.

 

Para ello requiere que sea capaz de definir claramente unos intereses regionales, cosa difícil si tenemos en cuenta que varios de los países comprometidos no tienen claro dichos intereses en el ámbito nacional para que el proceso no dependa de las inclinaciones políticas de los gobiernos de turno.

Como referente final del proceso integracionista, se esperaría configurar una serie de instituciones supranacionales: una Constitución común, un Parlamento Suramericano producto de la voluntad democrática, junto a desarrollos en lo económico como eliminación de todo tipo de barreras aduaneras, una moneda común, libre circulación y derecho al trabajo de todos los habitantes en cualquier país de la región.

Esta iniciativa enfrenta unos desafíos para lograr que se materialice y no sea simplemente una buena intención; pero tiene potencialidades si se mira en el mediano y largo plazo.

El primero, es qué modelo de integración se impulsaría. Existen dos alternativas: el ejemplo de integración político-económica de la Unión Europea, que significaría ir hacia crear instituciones de carácter supranacional que lo consoliden, -sería lo deseado por los países del Mercosur y Venezuela-, o el modelo de integración de mercados -asimilable a la propuesta Alca o sus sustitutos, los TLC- que agota el proceso integracionista en la conformación de un gran mercado subregional, sin otros horizontes de integración, -sería el deseable por los actuales gobiernos de Colombia y Perú-.

Otro de los desafíos de la iniciativa integracionista es la desconfianza entre sectores empresariales de algunos países de la región, frente a lo que ven como una pretensión hegemónica del capital brasileño -consideran que sería la economía brasilera la gran beneficiada-.

Una potencialidad sería la conformación de un "Polo Energético Suramericano", en el cual petróleo y gas jugarían un papel estratégico. En cuanto al petróleo, hay dos países miembros de la Opep, Venezuela y Ecuador, además dos empresas petroleras de peso internacional, Petrobras y Pdvsa. Adicionalmente estaría el tema del gas natural, muy importante para Brasil y Argentina, en el cual Bolivia jugaría un rol estratégico (uno de los ejes centrales de la crisis política que ha vivido en los últimos meses este país se relaciona con el manejo de este recurso natural y la expedición de una Ley de Hidrocarburos).

Hay un desafío relevante asociado a las rivalidades geopolíticas regionales, que tienen componentes de orden histórico (recelos y desconfianzas, pero igualmente competencias), pero también expresan intereses; allí se encuentran las tensiones entre Argentina y Brasil de una parte, las de Chile y Bolivia más tensas por el momento, o las de Colombia y Venezuela, para sólo mencionar algunas de las existentes. La situación interna colombiana de violencia crónica ligada a enfrentamientos del conflicto interno armado y sus interrelaciones con las actividades del narcotráfico, inciden de manera importante. Por lo menos en dos direcciones: una, en la medida en que el conflicto colombiano se ha venido regionalizando y afectando a la región andina en su conjunto; dos, por cuanto no hay unidad de criterios acerca de cómo caracterizarlo y buscar alternativas de solución al mismo.

Finalmente, otro factor que conspira contra este proceso integracionista es la inestabilidad política de varios gobiernos de la región, en la parte andina y en el cono sur, y es claro que un presupuesto fundamental de cualquier proceso de integración es la estabilidad político-social interna de cada uno de los países que lo conforman.

Diario Exterior (España)

 



 
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