En el 2008 había 438 reactores, seis menos que en el 2002, cuando se alcanzó la cifra máxima (444). Las nuevas construcciones se localizan en Europa oriental y Asia. De las 44 plantas en construcción, once están en China, ocho en Rusia, seis en India, cinco en Corea del Sur y dos se levantan en Bulgaria, dos más en Ucrania, dos en Japón y dos en Taiwán.

La Agencia Internacional de la Energía prevé que entre el año 2005 y el 2030, esta fuente de energía crezca un 0,7% anual (si sigue la tendencia actual), un porcentaje muy por debajo del crecimiento estimado para toda la generación eléctrica.

Pero ¿por qué la energía nuclear ha estado estancada? Una primera aproximación haría pensar que se trata del rechazo social tras el accidente de Chernobil de 1986. Sin embargo, Marcel Coderch, experto en recursos energéticos, señala que la verdadera razón fue la crisis del petróleo de 1973, que frenó los nuevos pedidos. El parón se produjo tras una bonanza económica. "Se proyectaron muchas centrales, pero la crisis del petróleo trajo recesión y una disminución de la demanda eléctrica. La inflación hizo subir las tasas de interés; y, como el coste de la energía nuclear tiene un componente financiero muy importante, eso hizo que se frenaron las inversiones", señala Coderch.

En España, con el cambio de ciclo se cancelaron cinco plantas encargadas a partir de 1973 (Lemóniz I y II, Valdecaballeros I y II, y Trillo II). Aquí el desastre financiero fue aún mayor, ya que las eléctricas se habían endeudado en dólares y pagaban sus créditos en esa divisa, de modo que el incremento de los costes financieros tuvo mayor repercusión por la evolución negativa del cambio entre dólar y peseta, señala Coderch en El espejismo nuclear (Los Libros del Lince). La moratoria de 1983 evitó la bancarrota de la industria eléctrica; todas las inversiones fueran asumidas por el Estado y durante 25 años se ha aplicado un recargo a la tarifa eléctrica para pagar las inversiones fallidas. Coderch observa algunos paralelismos. "Se dice que se requieren más centrales, pero ha llegado una nueva crisis. Ahora, no suben las tasas de interés; pero no hay dinero..."

En Europa, se ha puesto como ejemplo del renacimiento nuclear la planta en construcción de Finlandia (escaparate de la nuevos reactores de la empresa francesa Areva), pero las obras acumulan graves retrasos, se han encarecido y han abierto un litigio, destaca Marcel Coderch.