La verdadera apoteosis se vivirá el domingo, cuando Silvio Berlusconi, primer ministro de Italia, sea coronado líder indiscutible del Pueblo de la Libertad (PdL), el gran partido unificado del centroderecha que nacerá oficialmente este fin de semana. Ocurrirá durante el gran congreso fundacional que empezó ayer en un pabellón de la Feria de Roma, y que quiere rubricar una fusión de partidos orquestada para las elecciones de abril del 2008: Forza Italia, el partido de Berlusconi; y Alianza Nacional, la formación derechista de origen posfascista de Gianfranco Fini.

Sin embargo, il Cavaliere no pudo sustraerse ayer a la tentación de inaugurar el primer congreso de un partido que, según aseguró, "es el gran partido de los moderados, de los italianos que no se reconocen en la izquierda". En un discurso de hora y media, Berlusconi, de 72 años, repitió machaconamente la palabra libertad, vinculándola a liberalismo económico y a libertad del individuo frente al Estado. Según Berlusconi, el PdL "está llamado a protagonizar una revolución liberal, burguesa y popular".

También arremetió contra la izquierda, "que no cambia, no aprende la lección del fracaso del comunismo", en un ejercicio de evocación histórica habitual en él. Consiste en atacar al centroizquierda italiano - ahora encarnado en el Partido Demócrata (PD)-aludiendo a personajes siniestros de la historia de la izquierda. Ayer tarde citó a Stalin, Mao y Pol Pot.

Su única mención positiva del centroizquierda fue cuando se felicitó por la llegada del bipartidismo a la política italiana, durante decenios famosa en el mundo por la brevedad de sus gobiernos, prisioneros de un sistema de muchos partidos.

Berlusconi recordó que, en las últimas elecciones, el 70% de los italianos votó sólo por dos partidos: el PdL (que presentó una lista única pese a no existir aún orgánicamente) y el PD, entonces liderado por Walter Veltroni.

En su discurso, Berlusconi alabó a Gianfranco Fini - segundo líder de a bordo, y su probable sucesor-por haber implicado a Alianza Nacional en esta operación política. Ambos se aliaron hace quince años. Y en referencia al nuevo partido dijo: "Los sondeos nos dan el 43,2%, pero aspiramos al 51% y sabemos cómo llegar ahí".

Así lo proclamó il Cavaliere,crecidísimo, desde su atril de un vasto escenario de 600 metros cuadros, que evocaba alegóricamente un puente, y sobre el que pendía una megapantalla de 500 metros cuadrados dividida en tres sectores: en el central se veían las imágenes del orador de turno - ayer, básicamente él-y en los dos laterales fluían imágenes evocativas.

Al final, Berlusconi llamó a los otros once minipartidos de derechas más o menos extremas que se fusionan con los dos más grandes; entre ellos se encuentra Acción Social, de Alessandra Mussolini.

Hasta el domingo seis mil delegados venidos de toda Italia contarán ahí sus objetivos. Hoy tomará la palabra Fini, y mañana domingo cerrará el congreso el líder máximo, Silvio Berlusconi, tras haber sido elegido presidente del PdL, que nacerá definitivamente entonces.