Lleva poco más de un mes como líder del principal partido de la oposición en un país en el que la fortaleza política del primer ministro se presenta abrumadora. Silvio Berlusconi, jefe del Gobierno, acaba de unificar el centroderecha en un nuevo partido, Pueblo de la Libertad (PdL), mientras Dario Franceschini, secretario del Partido Demócrata (PD), pugna por hacer oír la voz del centroizquierda, después de que su predecesor, Walter Veltroni, arrojase hastiado la toalla.

Franceschini - elegido líder del PD el pasado 20 de febrero-visitó ayer la Asociación de la Prensa Extranjera en Roma para contarnos hacia dónde va un partido que no ha parado de acumular derrotas desde las elecciones generales de abril del 2008, pero que sigue siendo el segundo partido más votado de Italia. Primera cita inminente: las elecciones europeas del próximo junio.

"Es una vergüenza que Berlusconi se presente candidato, cuando tendrá que dimitir un minuto después de ser elegido porque existe incompatibilidad de cargos por ley - razonó Franceschini-.Es un caso único en Europa; a Sarkozy, Brown, Merkel o Zapatero no se les pasaría por la cabeza ser candidatos a las europeas".

Aunque esa costumbre ha sido también practicada en algún momento por políticos de la oposición con escaño nacional, Berlusconi - que ya lo ha hecho otras veces-es ahora el único que la ejerce tildándola de "candidatura de bandera".

En su discurso del domingo en el congreso fundacional del PdL, Berlusconi retó a Franceschini a presentarse también a los comicios europeos, insinuando que el centroizquierda no lo hace por carecer de líder.

Ayer ante los corresponsales extranjeros, Franceschini, abogado y escritor católico de 50 años, arguyó que "ese reto es ver quién lía más a los italianos, y yo digo no".

Y, con una dicción tajante y resolutiva que conservó durante todo el encuentro, dio una estocada a il Cavaliere mentándole a un correligionario del PdL cada vez más respetado por la oposición: Gianfranco Fini, líder de la extinta Alianza Nacional y presidente de la Cámara de Diputados. "Haré como Fini, que es de derechas, pero una persona seria, y no se presenta a las europeas."

El ex democristiano Dario Franceschini (Ferrara, 1958) desafió a Berlusconi a tres debates públicos, "ante mil personas desempleadas, ante mil estudiantes, y ante mil empresarios". Y discrepó también de las ansias de il Cavaliere por reformar la Constitución para dotar de mayores poderes al primer ministro.

"Una legislatura dura cinco años, y por desgracia quedan cuatro para que esta termine - dijo-.Eso da tiempo. Nuestro país necesita reformas institucionales, pero ahora es más urgente afrontar la crisis que afecta a familias y empresas".

El PD no ve razón para reforzar la jefatura del Gobierno, pero sí apoya una reforma del Parlamento, para que el grueso de la legislación se haga en la Cámara de Diputados y para que el Senado se convierta en cámara federal. Lo ve importante, pero no urgente, sobre todo en plena crisis.