"El aumento del poder político no se ha traducido en los resultados positivos que hubiéramos esperado encontrar", declaró el jueves Gillette Hall, una de los consultores encargados de hacer el estudio.

El informe indicó que en los últimos 10 años los indígenas han aumentado su participación en los legislativos de Bolivia y Guatemala, mientras que en México y Ecuador las Organizaciones No Gubernamentales se han convertido en agentes de cambio al liderar protestas populares.

Sin embargo, los indicadores demuestran que las condiciones de vida de los pueblos indígenas no han mejorado sensiblemente en la década que transcurrió entre 1994 y 2004, años en que se hizo el estudio.

En el tema de pobreza, los indicadores no mejoraron para los indígenas y, cuando lo hicieron, fue más lento que para los no indígenas. En Guatemala por ejemplo, entre 1989 y 2000 se redujo un 25% la pobreza para la población no indígena mientras que para los mayas, solamente se redujo en un 15%.

En el sector educación continúa habiendo exclusión: por ejemplo en Bolivia, los no indígenas tienen un promedio de 9,6 años de escolaridad mientras que los bolivianos indígenas tienen apenas 5,9. De igual forma en México, la brecha es de 3,3 años en favor de los no indígenas.

En el caso de las mujeres indígenas es aún peor la exclusión educativa. Apenas un 39% de ellas sabe leer y escribir en Guatemala , frente a un 77% de las no indígenas de este país.

Si la representación ha aumentado y la calidad de vida no, explica Hall, "podría verse como una deficiencia de la democracia representativa de estos pueblos, pero, en mi opinión personal es que los cambios han empezado y no ha habido tiempo para ver los resultados a mediano plazo".

"En ninguno de esos países la representación legislativa es igual o cercana al porcentaje que los indígenas representan en cada estado", agregó.

El Banco Mundial recomendó mejorar la educación para los indígenas haciéndola bilingüe y bicultural.