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25/11/2002 | Matemáticas Para Periodistas:

Sandra Crucianelli

Una herramienta en la lucha anticorrupción

 

De todos los males que enfrenta el periodismo latinoamericano hoy, el más grave en su superficialidad. Gino Lofredo publicaba hace unos años en la revista Chasqui, que los medios en nuestra región del continente parecen ir de mala gana detrás de las noticias, como si ignoraran el trascendente rol que les compete en el fortalecimiento de las democracias.

Falta de acceso a la información, carencia de recursos humanos y técnicos, presión de la competencia, falta de capacitación profesional y poca transparencia en el manejo de la sala de redacción (¿porqué no decirlo?, también hay corrupción dentro de los medios y entre periodistas), suelen ser las causales más frecuentes por las que asuntos muy trascendentales para nuestras sociedades pasen delante de nuestros ojos sin que las veamos o las queramos ver.

Pero de una u otra manera, hay convencimiento que la ignorancia periodística es el peor de los males. Piero Orstellini no se equivocó cuando en su diario italiano, al fundarlo, escribió que la libertad de un periodista se mide por su sabiduría.

Si un reportero descubre una verdad digna de ser divulgada, no hay censura interna ni externa que podrá con el poder de su información. En su medio o en otro, en su ciudad o en otra, en su país o fuera de él, en un tiempo u en otro, tal noticia terminará divulgándose porque ese es su destino.

Sabemos que en nuestros países el principal flagelo que soportamos es el de la corrupción y que cierto periodismo está haciendo esfuerzos enormes para poner luz, allí donde hay sombras.

Pero también nos consta a muchos, que decenas de papeles, documentos e información de toda índole suele pasar frente a los ojos de los periodistas sin que nos percatemos qué se esconde detrás de lo que tenemos entre las manos. Falta análisis, precisión e interpretación. Los corruptos, encantados con el escenario... Siga la fiesta. Pobres tontos... pensarán y hasta más de una vez se habrán reído de nosotros a plena carcajada.

Con la información que contiene números ocurre algo muy especial. Pocos reporteros están entrenados para su manejo. Yo misma estoy revisando las crónicas que escribía hace diez años y me pregunto cómo pasé por alto la interpretación de ciertos datos que tenía frente a mis ojos. La respuesta es muy sencilla: no sabía cómo hacerlo.

Hace dos años comencé a trabajar en mi proyecto más ambicioso. Después de haber gastado las suelas viajando por América Latina para impartir cursos de periodismo de investigación, llegué a la conclusión de que necesitábamos otras herramientas y entonces volví a la carga con los libros y me puse a estudiar matemáticas.

Mis colegas me miraban de reojo... ¿matemática para periodistas?, preguntaban como mofándose de mis intenciones.

No confié sino en mis instintos e ignoré todas las críticas... En mi opinión, como reporteros, no estamos entrenados para manejar números y hoy día de ellos dependen nuestras economías, nuestras políticas y por ende, nuestras vidas... Los números están presentes en los presupuestos, en las leyes, en las bases de datos, en los censos, en las estadísticas, en los sondeos de opinión, en las encuestas... Si tomáramos un diario cualquiera y comenzamos a contar cuántas crónicas incluyen algún número como dato notaríamos que son la mayoría.

Volví a la biblioteca de la universidad en la que había estudiado y comencé a buscar libros, busqué en otras, en la Internet y en cuanta librería pude. Para mi desgracia que no existe ningún libro e2scrito sobre el tema, todos estaban referidos a las matemáticas aplicadas a las ciencias sociales en su conjunto. Y lo poco que se había desarrollado en la materia estaba en inglés. De ese mal comienzo nació la que hoy considero una suerte: estar escribiendo un libro de “Matemática para Periodistas”, del que espero, alguna editorial se apiade y considere interesante su publicación y distribución entre reporteros y salas de redacción. No pierdo la esperanza de que ocurra lo mismo en las facultades de periodismo.

Al término de un año terminé de escribir los contenidos del curso preliminar que por estos días, ando dictando por varios países de América latina: ya lo hice en Panamá, Méjico, El Salvador y Honduras y he quedado maravillada con la respuesta que obtengo de mis colegas. Muchos se sorprenden de la cantidad de conclusiones periodísticas a las que podemos llegar después de hacer cálculos con unos pocos datos numéricos.

El objetivo principal de los cursos y del libro es entregar al periodista las herramientas necesarias para manejar e interpretar datos numéricos y conceptos estadísticos.

Las escuelas de periodismo latinoamericanas no imparten esta enseñanza y esto se refleja claramente en el desempeño de los periodistas profesionales.

La consecuencia de ello es que las notas periodísticas contienen errores en la interpretación de estadísticas, gráficos y planillas de cálculo. Asimismo, el análisis de notas que han sido publicadas o difundidas por los medios muestran las mismas falencias.

Dentro del curso, y con mayor profundidad en el libro, se dan las definiciones de porcentajes, promedios, índices, proporciones, media aritmética, moda, las diferencias entre “tantas veces como”, “tantas veces mayor” o “tantas veces menor”, dando ejemplos de las distintas vías que hay para llegar a un mismo resultado Se aborda el tema de las variaciones porcentuales y se dan ejemplos de errores más frecuentes, casos compilados y de otros en los que los datos fueron aprovechados con conocimiento.

Una sección está destinada a la “Introducción a la Estadística”. Que presenta una descripción detallada de conceptos estadísticos como la teoría de probabilidad, desviación estándar, muestras científicas, y la aplicación práctica de cómo calcular el error de una muestra, desviaciones y promedios estadísticos que se utilizan diariamente en el tratamiento de una noticia, adelantando qué aplicación estos conceptos pueden tener en la elaboración de un reportaje.

Por ejemplo, en épocas de elecciones suelen circular por las salas de redacción sondeos electorales que pagan los partidos políticos con las intenciones que imaginamos y cuyas técnicas están plagadas de errores, en un claro ejemplo de manipulación de la información. Pues entonces el reportero tiene que estar preparado para detectar esos errores.

El periodismo político, el que cubre las áreas de gobierno, el económico, el científico, el social, el deportivo no escapan a la necesidad de manejar con pericia los números dentro de la crónica.

En los Estados Unidos, el uso de las matemáticas y estadísticas en periodismo fue introducido como “Periodismo de Precisión” hace más de 25 años cuando Phillip Meyer publicó su primer libro, Precision Journalism (1973) seguido por un segundo volumen, The New Precision Journalism (1991). La misma corriente siguió José Luis Dader en España, bajo el mismo nombre. En América Latina, la enseñanza de estos conceptos de manera integral es una deuda pendiente.

“Si queremos obtener resultados nunca antes logrados, debemos emplear métodos nunca antes utilizados”. Bacon

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* Sandra Crucianelli ha recibido varios premios internacionales como reportera investigadora, entre ellos un galardón de la SIP y una beca de la Fundación Reuters. Ha trabajado como instructora de periodismo investigativo para CELAP, el Centro Latinoamericano de Periodismo; el Centro de Entrenamiento de Radio Nederland; el Instituto del Banco Mundial, la Fundación para las Américas de la OEA , el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo de Honduras y otras ONGs que imparten cursos de capacitación a periodistas. Es consultora de contenidos para prensa gráfica. Actualmente reside en la ciudad de Bahía Blanca, Argentina, y trabaja en Canal 7, donde es conductora de su servicio informativo. Email: scruci@bvconline.com.ar

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