"Preparado recorte de la deuda para las naciones más pobres" era el titular del Washington Post del domingo de la noticia principal.

"Las naciones más ricas del mundo", escribe Paul Blustein, "acordaron ayer cancelar más de 40 billones de dólares en deuda que algunos de los países más pobres del mundo deben a prestamistas internacionales - una maniobra inspirada por la creencia de que es necesaria la total condonación de la deuda para dar una oportunidad a esos países de escapar de las garras del hambre, la enfermedad y el estancamiento económico". ¡Suena maravilloso!.

La noticia de Alan Cowell en el New York Times explicaba: "Se espera que el acuerdo alivie el peso de la deuda anual de los países más pobres en unos 1,5 billones de dólares. Son Benín, Bolivia, Burkina Faso, Etiopía, Ghana, Guyana, Honduras, Madagascar, Mali, Mauritania, Mozambique, Nicaragua, Níger, Ruanda, El Senegal, Tanzania, Uganda y Zambia. Todos deben tomar medidas anticorrupción".

Es difícil no reírse a carcajadas de la última línea.

Esta condonación de 40 billones de dólares de deuda es alabada como el acto más magnánimo desde el Plan Marshall. Pero hay otro modo de verlo: George Bush firmó uno de los mayores rescates de la historia. He aquí lo que resultó:

·           En primer lugar, que 40 billones de dólares fueron sustraídos o robados por los regímenes más corruptos y los mayores ladrones del tercer mundo. El dinero ha desaparecido. Nunca lo volveremos a ver. Y todos los ladrones y chorizos que se salieron con la suya no serán procesados.

·           En segundo lugar, los banqueros idiotas del IMF, el Banco Mundial y el Banco Africano del Desarrollo, que fracasaron debido a las diligencias cuando extendieron los 40 billones de dólares en préstamos y mintieron acerca de lo buenos que eran, no serán procesados o denunciados o expuestos o desplumados como deberían ser.

·           En tercer lugar, el IMF, el Banco Mundial, y el Banco Africano del Desarrollo, todos verán sus fondos perdidos repuestos, para que puedan empezar a volar a todos esos países y capitales exóticas, vendiendo nuevos préstamos a la misma multitud de ladrones e incompetentes, o a sus sucesores.

·           En cuarto lugar, el contribuyente americano tendrá que apoquinar la pasta de este rescate histórico de los bancos internacionales.

¿Por qué ocurre esto?. Porque George Bush se lo debe a Tony Blair, y porque Blair, que Dios bendiga su alma socialista, cree en el poder redentor de la ayuda exterior, y tiene que mostrar en casa algo de chicha a sus escépticos partidarios de que la "relación especial" entre los dos no es de amo y esclavo.

Que no haya confusión. Esto no es un salvamento de los más pobres de África o de los campesinos latinoamericanos. Esto es un salvamento para el IMF, el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo. Recibirán el dinero para reemplazar los préstamos perdidos. Como en una partida de Monopoly en la que no se siguieran las reglas, se les entregará dinero nuevo con el que jugar. Bush y Blair salvan instituciones globales fracasadas gestionadas por los burócratas mejor pagados de la tierra.

¿Por qué debía hacerse?.

El IMF, el Banco Mundial y el ADB debían haber estado sujetos a los mismos estándares que cualquier banco nacional norteamericano en el que se depositara capital a su cuidado. Los auditores del Congreso debían haber auditado sus libros, examinado los préstamos impagados, visto la reserva proporcionada y hecho declaraciones en su momento de los funcionarios de préstamos, haciendo saber después al pueblo americano si habían sido custodios fieles de los dólares de nuestros impuestos o payasos a los que no se debía confiar ni el dinero del almuerzo de los niños. Si los bancos fracasaron, debería habérseles forzado a la misma disciplina y reducción que cualquier banco público que hiciera préstamos sin garantías similares y que perdiera 40 billones de dólares.

Al menos, deberíamos haber cerrado el club de campo del Banco Mundial-IMF de Montgomery County, Md. - y haberles hecho viajar en furgoneta.

Pero no va a ocurrir nada de esto. Las tres instituciones estarán pronto de nuevo en el mismo juego, y sus críticos serán denunciados como conservadores de corazón duro a los que les falta compasión hacia los más pobres del mundo.

Cuando un empleado americano tiene que hacerse responsable de cualquier inversión fallida o alocada en la cartera de inversiones de la familia o ser embargado, ¿por qué los banqueros y burócratas internacionales trabajan con una red de seguridad y siempre son rescatados?. ¿Por qué nunca tienen que responder o disculparse por los fallos que cometen?. Dad a los africanos la liberación de la deuda por todos los medios. ¿Pero por qué dejar que los prestamistas que mintieron y perdieron el dinero se vayan de rositas?.

En el último análisis, es el Congreso lo que ha fracasado en la custodia del dinero que le es confiado por los pueblos más generosos de la tierra. Un gobierno egoísta no iba a dar al IMF, al Banco Mundial o al Banco Africano del Desarrollo otro centavo. Dejémosles ponernos motes.

Desafortunadamente, tenemos un Congreso que no sabe decir no a cualquier solicitud de ayuda exterior en nombre de "los más pobres del mundo", y un gobierno norteamericano que no sabe permanecer firme frente a un terremoto moral.

Patrick J. Buchanan fue candidato en dos ocasiones en la carrera presidencial Republicana y candidato del Partido Reformista en el 2000. También es fundador y editor de la nueva revista The American Conservative.