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30/06/2005 | ¿Quién ganó finalmente las elecciones del Líbano?

Walid Phares

"En las mentes de espectadores y gobiernos de todo el mundo, aquéllos que lideraban a las masas merecerían ser los nuevos líderes del Líbano. Por tanto, Hariri, el hijo del líder asesinado, y Walid Jumblat fueron proyectados por los medios como los nuevos líderes de la oposición anti-Siria".

 

La última ronda de elecciones legislativas terminó ayer en el norte del Líbano, poniendo fin a un proceso de un mes de duración que dio al país una nueva asamblea de 128 miembros, según la constitución del Líbano y sus diversas leyes electorales discutidas. Aunque no hubo violencia directa y visible que estropeara las cuatro rondas, muchos aún en Occidente, incluso dentro de los círculos que apoyaban la "Revolución de los Cedros", luchan por entender los resultados electorales libaneses: uno tiene que admitir que son muy complejos. Por resumir, hay dos análisis, macro y micro.

El macroanálisis

Este análisis, que simplifica los resultados, tiene en consideración la información de los medios globales y las cifras en bruto. Según los datos de vuelta y las afiliaciones de los partidos, la "oposición nacional libanesa", liderada por Saadeddine Hariri, logró 72 escaños, una mayoría clara para formar el próximo gobierno. Esta alianza incluye también a Jumblat, líder del Partido Socialista (14 escaños), al Partido de las Fuerzas Libanesas del líder encarcelado Samir Geagea (6 escaños), a la agrupación de Qornet Shehwan (3 escaños) y a otros aliados. La macropercepción de esta nueva mayoría afirma que la "oposición" al gobierno de dominio sirio ha ganado las elecciones eficazmente, y en consecuencia cambiado al Líbano del régimen Baaz a una esfera moderada pro occidental.

El macroanálisis se basa en las "imágenes" proyectadas fuera del Líbano desde el asesinato del ex primer ministro Rafiq Hariri, allá por febrero. Los sucesos rápidos y convulsionados mostraron a decenas de miles de libaneses tomando las calles para protestar contra la "dominación siria." La culminación de las manifestaciones populares con el millón de hombres y mujeres reunidos el 14 de marzo proyectó (correctamente) un enorme ímpetu en favor de la "Revolución de los Cedros". En las mentes de espectadores y gobiernos de todo el mundo, aquéllos que lideraban a las masas merecerían ser los nuevos líderes del Líbano. Por tanto, Hariri, el hijo del líder asesinado, y Walid Jumblat fueron proyectados por los medios como los nuevos líderes de la oposición anti-Siria. La totalidad de los restantes grupos que participaron en la marcha fueron definidos como "los otros". Por lo tanto, lógicamente, cuando las listas de Hariri logran la mayoría numérica, la percepción es que ganaron los anti-sirios.

El macroanálisis destaca que Hezbolá logró 14 escaños, y que su aliado chi´í Amal obtuvo 15. Cuenta con que un Hariri pro Estados Unidos contenga a la organización pro-iraní en el parlamento como preludio a un desarme potencial. También destaca que el ex general cristiano exiliado Michel Aoún obtuvo 21 escaños, el bloque cristiano más grande del parlamento. Los medios internacionales y sus opositores le etiquetaron como "divisor", puesto que no se unió a las listas nacionales de Hariri. Tras quince años de ser un firme anti-sirio, la máquina mediática de Hariri le transformó en "un aliado de los sirios". Se le evitó porque tenía en sus listas a ex políticos pro-sirios, igual que muchos líderes iraquíes nombraron a ex baazistas en Irak.

En el macroanálisis final, la Revolución de los Cedros ganó, empezando en la Plaza del Mártir y terminando en la Plaza Nejme (la localización del parlamento libanés).

El microanálisis

Pero otra lectura más experta de las elecciones libanesas pinta una imagen distinta. El laberinto libanés es notorio por sus complejidades, a menudo demasiado simplificadas por los observadores, o deformadas para encajar en los intereses apremiantes del mundo. En este caso, aunque sabemos seguro que la Revolución de los Cedros reunió a cerca de un millón y medio en el centro de Beirut el 14 de marzo, un momento histórico televisado que movió la presión internacional para evacuar el ejército sirio, aún no estamos seguros de si la alianza parlamentaria emergente cumpliría los "objetivos" de la revolución. He aquí por qué:

En el Beirut multirreligioso, sólo votaron el 23% de todas las comunidades. Solamente el 10% de los cristianos – los principales soldados de a pie en la manifestación del 14 de marzo - depositó sus papeletas. La lista de Hariri ganó. Sin embargo, en el sur y en el Bekaa, Hezbolá desbordó los escaños. Los chi´íes moderados fueron obstruidos por los poderes financieros y las milicias de seguridad. En el Monte Líbano, el corazón de los cristianos, Michel Aoún se llevó casi todos los escaños, indicando que la voluntad colectiva de los anti-sirios más acérrimos votó a sus listas, incluso aunque no era parte de la oposición "oficial". Finalmente, en el norte, la mayoría de los cristianos votó a Aoún, excepto en la ciudad natal de Geagea. Pero debido a las leyes electorales del Líbano, el norte cayó en manos de Hariri, gracias a más de 25.000 votos sunníes wahabíes, respaldado por los saudíes. Si, es muy complejo.

En el análisis final, el nuevo mapa político del Líbano queda como sigue:

1. El líder sunní pro-saudí Hariri es el número uno, flanqueado por el líder druso antiamericano Walid Jumblat. Ambos tienen el control del legislativo hoy, mientras estén respaldados por un número más reducido de legisladores cristianos que históricamente son anti-sirios, pero que se han unido a la alianza para lograr agendas más inminentes.  

2. El Hezbolá pro-iraní y su aliado pro-sirio Amal son los segundos: en sus filas, los restos del régimen pro-sirio. Controlan la mayor parte de los escaños chi´íes y pueden y sumarán sus escaños a cualquier gobierno que les proteja de la implementación de la UNSCR 1559, que pide su desarme. Pero continúan siendo un aliado estratégico de Siria y continuarán oponiéndose a toda política de Estados Unidos.

3. Michel Aoún, históricamente anti-sirio, con la mayoría de los diputados cristianos. Habla de desarme de Hezbolá, ha presionado en favor de la Syria Accountability Act en Washington, pero considera terminada la confrontación con Siria. 

De ahí en adelante, empieza el laberinto: Quién es pro americano, antiamericano, anti Hezbolá, pro sirio, pro wahabí, pro iraní, izquierdista etc. éste es el laberinto. Ahora que las elecciones han terminado, la cuestión real en Washington hoy es: quien está con nosotros para implementar los segmentos siguientes de la UNSCR 1559 y quién está contra ello. Lo sabremos muy pronto.

El Dr Walid Phares es asociado de la Fundación para Defensa de las Democracias en Washington y es profesor de Estudios de Oriente Medio.

Diario Exterior (España)

 



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