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30/06/2005 | Informe Anual 2005- Américas - Incremento de la violencia contra la prensa

Régis Bourgeat

La libertad de prensa, inexistente en Cuba y frecuentemente burlada en Colombia, se respeta generalmente en el resto del Continente. Prosigue lentamente, a pesar de algunos sobresaltos, el proceso de democratización emprendido en los años 80, tras la caída de las dictaduras. En Haití, la situación ha mejorado netamente desde la dimisión del presidente Aristide, aunque sigue siendo muy frágil. En Venezuela se incrementan las leyes liberticidas. Norteamérica, donde el poder judicial amenaza al secreto de las fuentes, no queda exenta de reproches.

 

Con 12 periodistas y colaboradores de los medios de comunicación muertos en 2004, frente a los 7 de 2003, el continente americano ha tenido que enfrentarme a un incremento de la violencia contra la prensa. Casi todos ellos fueron asesinados. O, dicho de otro modo, su ejecución fue premeditada, madurada, preparada, para silenciarles y asustar a sus colegas. Con excepción de Brasil (2 periodistas muertos), Haití (1) y Colombia (1 periodista y 1 colaborador muertos), las víctimas trabajaban en países donde la violencia había desaparecido desde hacía varios años : México (3 periodistas muertos), Perú (2), Nicaragua (2), República Dominicana (1) y Ecuador (1 colaborador de los medios de comunicación muerto). Una constatación que tristemente recuerda que ningún país queda al margen de la violencia. En México no habían matado a ningún periodista por su trabajo desde 1997. Los tres periodistas muertos en 2004 cayeron bajo las balas de los poderosos carteles de la droga, que controlan el tráfico en la frontera con Estados Unidos. Para dejar constancia de su apoyo a los medios de comunicación de la región, Reporteros sin Fronteras entregó a Zeta el premio que recompensa a una redacción que ha defendido el derecho a estar informados. En junio de 2004, y por tercera vez en quince años, las investigaciones sobre los carteles de la droga del periódico, que se publica en Tijuana (Noroeste), costaron la vida a uno de sus empleados.

En la República Dominicana, á Juan Andujar, de Radio Azua y del diario Listín Diario, también le mataron unos delincuentes, cuyas fechorías denunciaba. Pero, en otras partes, la violencia procede de la clase política. En Nicaragua, a María José Bravo, de los diarios La Prensa y Hoy, la mataron durante las elecciones municipales de noviembre. El presunto asesino es un cargo del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que acusaba a la prensa de ser la causante de la derrota de su opción. El 10 de febrero, el periodista y ex político Carlos Guadamuz, del canal de televisión CDNN, también fue abatido por un ex miembro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que habría actuado de forma aislada. En un país en el que no habían matado a ningún periodista desde 1978, los dos crímenes generaron una gran inquietud entre la profesión.
En Perú, las investigaciones sobre la muerte de Antonio Rivera Fernández, de Radio Frecuencia Oriental, y de Antonio de la Torre Echeandía, de Radio Orbita, se orientan hacia los cargos locales, cuya gestión denunciaban. Estos actos, inéditos por su gravedad, resultan sin embargo sintomáticos de la violencia que padece frecuentemente la prensa local, en el país. Como en México y Brasil, su papel de contra-poder no siempre es aceptado por algunos cargos, o notables de la provincia. El caso de Argentina pone de manifiesto la variedad de presiones y medidas de venganza de que disponen, para reducir al silencio a quienes les contradicen : acoso judicial, discriminación en la concesión de la publicidad pública o en el acceso a la información oficial, amenazas, agresiones, etc. En realidad, en esos países existe una libertad a dos velocidades : por un lado, la prensa nacional, a la que su importancia parece que deja relativamente al margen de la represión ; por otro, los medios de comunicación locales y regionales, frágiles y aislados.

A los asesinos raramente se les molesta

En otras regiones del continente, el retroceso de la violencia representa un factor de esperanza. En Bolivia, los ataques contra la prensa descendieron, tras un año 2003 marcado por fuertes tensiones políticas. El mismo fenómeno se repitió en Guatemala, una vez pasadas las tensiones de las elecciones presidenciales de 2003. Sin embargo, en este país, los asesinos dictan la ley : a algunos miembros de la familia de Héctor Ramírez, al que mataron en julio de 2003 unos partidarios del ex dictador Efraín Ríos Montt, les amenazaron y agredieron cuando a éste último le pusieron en situación de arresto domiciliario, por la muerte de un periodista.
En febrero de 2004, un atentado contra Carlos Insúa, el patrón del canal ecuatoriano de televisión Telesistema, costó la vida a su chofer. Fue reivindicado por un misterioso grupo denominado Milicias Revolucionarias del Pueblo (MRP), hasta entonces desconocido en Ecuador. Los ataques contra los medios de comunicación cesaron en Haití, tras haber alcanzado cotas en el momento de la dimisión de la dimisión del presidente Aristide, el 29 de febrero, y haber costado la vida a Ricardo Ortega, enviado especial del canal español Antena 3. Por otra parte, no se ha conseguido el restablecimiento del Estado de derecho. Las diligencias sobre la muerte de los periodistas Jean Dominique, director de Radio Haití Inter, y Brignol Lindor, de Radio Echo 2000, han avanzado poco o nada.
También en Colombia mataron a un periodista y a un colaborador de los medios de comunicación. Un balance menos grave que el de años anteriores, aunque tampoco significa un cambio radical en las condiciones de trabajo de los periodistas. Narcotraficantes, grupos armados y políticos corruptos mantienen relaciones muy complejas, que hacen que cada vez sea más peligroso el trabajo de la prensa. Desgraciadamente, la situación tiene tendencia a mantenerse, porque muy raramente se molesta a los asesinos. Una excepción ha sido la celebración de un proceso, al término de la investigación sobre el asesinato, en agosto de 1999, del periodista y humorista Jaime Garzón. Aunque, además, solo ha servido para blanquear a algunos chivos expiatorios.
Pero también hay que destacar algunas buenas noticias. En Costa Rica, tres años de minuciosas investigaciones permitieron inculpar a los presuntos ejecutantes y autores intelectuales del asesinato de Parmenio Medina, de Radio Monumental, ocurrido en julio de 2001. En Nicaragua, Perú y Brasil, algunos asesinos de periodistas fueron detenidos, poco después de cometer el crimen, lo mismo que en México. En este país, donde la justicia local es sospechosa de colusión con los traficantes de droga, algunas de las investigaciones se han puesto en manos de la justicia federal.

Leyes de prensa o leyes contra la prensa

En muchos de los Estados de la región, la cuestión de las condenas de cárcel para delitos de prensa, y la violación del secreto de las fuentes, son causa de enfrentamientos entre la prensa y el poder judicial. En Uruguay, Ecuador y Honduras, algunos periodistas fueron condenados a penas de cárcel, con la condena en suspenso, por difamación. Para la Organización de Naciones Unidas, las condenas de cárcel para delitos de prensa constituyen una sanción desproporcionada en relación con el perjuicio causado a la víctima, y animan a los periodistas a autocensurarse. En una quincena de Estados también están en vigor algunas leyes que protegen el honor de los funcionarios, bajo pena de cárcel. Unos textos que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos considera contrarios al derecho a la información, subrayando que "los funcionarios públicos están sujetos a una vigilancia más profunda por parte de la sociedad".
En Panamá, en lugar de derogar las leyes, la presidenta saliente, Mireya Moscoso, indultó el 27 de agosto a 80 periodistas, amenazados de cárcel por difamación. En cambio, en Venezuela, se ha endurecido la legislación sobre delitos de prens, tras la victoria de Hugo Chávez en el referendum del 15 de agosto, confirmándole en sus funciones. En este país, la aprobación de tres textos de ley peligrosos para la libertad de prensa amenaza a los medios de comunicación que, en general, son hostiles al Presidente. En cambio, en Brasil, finalmente quedó rechazado un proyecto de ley que establecía la obligación de que los periodistas se inscribieran en un colegio oficial. Frecuentemente, este tipo de colegios se convierten en un medio para que el poder controle a la profesión.
La justicia también amenaza al secreto de las fuentes. Los casos más graves de atentados a este principio se produjeron en Norteamérica. En Canadá, a finales de enero registraron el domicilio de una periodista, que estaba investigando sobre los casos de terrorismo. En un hecho sin precedentes, a principios de diciembre el periodista Ken Peters fue condenado por "desacato al tribunal", tras haberse negado a revelarle sus fuentes. En Estados Unidos, a lo largo del año se multiplicaron los casos de este tipo. El 9 de diciembre pusieron en arresto domiciliario a un periodista y, a fecha 1 de enero de 2005, otros dos continuaban amenazados con ir a la cárcel, por este motivo. Sin embargo, en ambos países existe una larga tradición de periodismo de investigación. Pero, sin el secreto de las fuentes garantizado ante los tribunales, nadie que disponga de informaciones sensibles se atreverá nunca más a contárselas a un periodista.

Cuba : la única cárcel del continente

A pesar de haber liberado a siete periodistas en 2004, entre los que se encontraba el célebre poeta y disidente Raúl Rivero, la situación de la libertad de prensa en Cuba sigue siendo catastrófica. Con 22 periodistas que continúan detenidos, la isla es la única cárcel del continente para los periodistas, y la segunda del mundo para la profesión, detrás de China (26). Cualquier expresión crítica hacia el poder de Fidel Castro es, por definición, criminal. Unicamente está autorizada la prensa oficial, puesta "al servicio exclusivo del pueblo trabajador".

Argentina - Informe anual 2005

Discriminación en la concesión de la publicidad y en el acceso a la información públicas, presiones judiciales, agresiones...la situación de la libertad de prensa sigue sin ser satisfactoria en las provincias, donde las autoridades locales disponen de amplias prerrogativas. El gobierno del presidente Kirchner no ha quedado al margen de las críticas, acusado también él de querer tener un peso en la línea de los principales medios de comunicación.

"Es culpa vuestra", declaró, en resumen, Alberto Rodríguez Saá, gobernador de la provincia de San Luis (Centro), a los periodistas que le pedían cuentas sobre la adopción de una ley de prensa que prevé el embargo o el cierre de los periódicos que publiquen informaciones de carácter "subversivo, sedicioso, obsceno o inmoral". El 23 de junio de 2004, en el momento de derogar un texto que había promulgado él mismo veinte días antes, el gobernador reconoció haber cometido un error, pero acusó a la prensa de "no vigilar lo bastante a los legisladores y a la oposición".
Este caso tuvo un final feliz. Pero, en las 23 provincias donde los gobernadores disponen de importantes poderes y de gran autonomía, la prensa local todavía tiene que hacer frente a muchos abusos de poder. Según Mabel Moralejo, de la Asociación de defensa de la libertad de prensa argentina Periodistas, "en casi todas las provincias" la concesión de la publicidad sirve para recompensar o castigar a los medios de comunicación, según su línea. A título de ejemplo, en Córdoba (Centro), la alcaldía retiró toda la publicidad al diario El Mañana, después de que criticara la gestión del equipo municipal. Periodistas subraya que, en el contexto de la actual crisis económica, la publicidad pública representa una parte cada vez más importante de los recursos de los medios.

Se emplean también otras formas de presión. En agosto, en la provincia de Neuquen (Centro-Oeste), el Ministro de Seguridad y Trabajo, Luis Manganaro, intentó obligar al diario Río Negro, que acababa de implicarle en un caso de desvió de fondos, a revelar sus fuentes ante la justicia que, felizmente, se opuso. En Tierra de Fuego (Sur), a dos periodistas les destrozaron el coche después de que acusaran a un ministro de la provincia de ocupar indebidamente una propiedad, que pertenece a la municipalidad de Río Grande. Sin embargo, las agresiones a periodistas, que en los dos años precedentes fueron muy numerosas, disminuyeron sensiblemente en 2004.
En cambio, continúa siendo un problema recurrente el acceso a la información pública. Según sea la línea del periódico que solicita los datos, los funcionarios proporcionan o no las informaciones pedidas. Hay algunos proyectos de ley que se encuentran en fase de discusión tanto en algunas provincias, por ejemplo Mendoza y Santa Fe, como a nivel federal. Pero son proyectos que todavía no garantizan un acceso total a los documentos de las distintas administraciones. Todos ellos exigen que el peticionario haga valer "un interés legítimo" para reclamar la información, dejando así a las instituciones la posibilidad de negarse a entregar documentos que, sin embargo, son del dominio público.

Tensas relaciones entre la prensa y el gobierno

Además, a veces son muy tensas las relaciones entre los medios de comunicación nacionales y el gobierno del presidente Kirchner. En abril, la Asociación de Empresas de Prensa (Adepa) manifestó su preocupación frente a "la intolerancia" de los ministros de Interior y Economía, que acababan de atacar a dos medios de comunicación porque habían difundido algunas informaciones que les eran desfavorables. En mayo, Jorge Lanata, realizador del programa "Día D", emitido hasta 2003 en el canal privado América 2, denunció la intervención del gobierno para conseguir la retirada de su programa. Asegura que, en el mismo momento, el presupuesto de la publicidad pública atribuida al canal se multiplicó por tres, pasando de 300.000 pesos a 1,2 millones de pesos (de 75.000 a 300.000 euros).
En una investigación publicada a principios de julio de 2004, el semanario Noticias acusó a su vez al gobierno de utilizar la publicidad para influir en la línea de los medios de comunicación, subrayando que la concesión se efectuaba sin guardar relación con el número de lectores o la audiencia de los medios. La revista asegura que un intermediario habría contactado con su dirección, para ofrecerle un importante presupuesto publicitario "a cambio de una moderación en su línea crítica". En su informe anual, la Adepa hizo un llamamiento, al gobierno y a las autoridades locales, para que abandonen esta práctica, calificada de "autocrática".
Finalmente, la puesta en libertad el 15 de diciembre de José Luis Auge, uno de los seis asesinos del fotógrafo José Luis Cabezas, provocó una legítima indignación. Condenado inicialmente a cadena perpetua, Auge consiguió una reducción de condena en noviembre de 2003, una vez que el tribunal de Casación recalificó los hechos que se le imputaban. El descubrimiento del cuerpo carbonizado del fotógrafo, en enero de 1997, provocó un trauma en la sociedad argentina que no ha conseguido olvidar las prácticas de la dictadura militar. En aquella época, la asociación Periodistas encabezó el combate para reclamar justicia para el fotógrafo. El anuncio de su disolución, el 12 de noviembre de 2004, es por tanto una mala noticia para la libertad de prensa en Argentina.

Balance de 2004

-  1 periodista detenido
-  11 medios de comunicación y periodistas atacados
-  3 medios de comunicación y periodistas amenazados

Reporteros sin Fronteras (Organismo Internacional)

 

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