El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, había presentado una nueva propuesta con la que esperaba poner fin a la crisis política en Honduras, que partía de la formación de un "gobierno de unidad y reconciliación nacional".

Este gobierno de reconciliación, al igual que en el planteamiento original del mediador, debía estar liderado por el mandatario depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, según la propuesta, que incluso establecía una fecha exacta para su retorno al país, que habría sido, de haberlo aceptado las partes, el próximo viernes.

La restitución de Zelaya en el poder fue precisamente el punto que había dado al traste con el diálogo celebrado el pasado fin de semana, pues el gobierno de Roberto Micheletti, nombrado presidente de Honduras por el Congreso tras la destitución de Zelaya, manifestó su rotunda oposición a acatarlo.

La propuesta original de Arias constaba de siete puntos específicos, y fue rechazada por la delegación de Micheletti el domingo pasado.

El nuevo plan, llamado Declaración de San José y anunciado este mismo miércoles por el gobernante costarricense y Premio Nobel de la Paz, recogía los siete puntos originales, entre los que destacaban un adelanto de las elecciones hondureñas para el próximo 28 de octubre y una amnistía para delitos políticos.

No obstante, añadía algunas de las sugerencias del grupo de Micheletti, como por ejemplo la constitución de una Comisión de la Verdad que investigara los hechos ocurridos antes y después del 28 de junio, día en que Zelaya fue derrocado por un golpe de Estado y expulsado del país.

Arias señaló el domingo pasado que éste sería su último esfuerzo como mediador, rol que ha desempeñado desde el pasado 9 de julio.

Aclaró que ahora la decisión final está en manos de las partes en conflicto y que si los grupos lo preferían, pueden acudir a otras instancias para seguir buscando una salida a la crisis.