Raras veces un hecho noticiable ha mantenido en la prensa tan largo seguimiento. En general, los periodistas renuevan su arsenal informativo con demasiada frecuencia. La noticia es flor de un día (perdón por la cursilería). Si bien muchos acontecimientos no merecen más atención, otros, de real importancia, desaparecen del cartel informativo, a las pocas horas o a los pocos días, dejándonos “in albis”, cuando desearíamos saber más sobre el asunto. Pero como los hechos se suceden con tanta rapidez, al periodista no le cabe más que dar paso a los más actuales.

Bueno pues, el culebrón, mitad verdad, mitad invención, de los terroristas que se dijo querían hacer la “guerra de la independencia” del oriente boliviano, y atentar contra la vida del presidente Morales, sigue en cartelera. La mayor “performance” (antipática palabra) fue la publicación de un “inserto” que a manera de separata fue distribuido, el pasado lunes 27, con la edición del matutino La Razón. Allí se explica con lujo de textos y gráficos la vida y milagros de los miembros de la banda, además de varias elucubraciones sobre supuestos vínculos del grupo, sea con el Gobierno o con algunos empresarios cruceños.

Entre los detalles extravagantes de la publicación cabe destacar el título de la organización que encargó la impresión y la distribución del panfleto: Confederación Nacional de Naciones Indígenas, Originarios de Bolivia. Veamos: Confederación Nacional de Naciones: solemne redundancia que podrían aclararnos quienes sostienen que cada pueblo o grupo con rasgos identitarios propios merece el alto nombre de nación. Prosigue: Indígenas Originarios. ¿Existen indígenas que no sean originarios u originarios que no sean indígenas? Algo más. ¿Con qué nombre o adjetivo concuerda originarios? Con indígenas, ¿lo que sería correcto o con el femenino naciones? Esta falta de concordancia en los géneros es la última perla del título que se atribuye esta desconocida confederación.

Puestos a inventar títulos, los autores del folleto podían hacerse llamar, Alternativa mercenaria terrorista plurinacional para las Américas o algo parecido, lo cual les habría atribuido una relación comprometedora con el principal agitador de América Latina, Hugo Chávez. No quedó claro si eran anarquistas, comunistas o nazis, o la combinación de todos ellos y alguno más, lo cual resultaría más explosivo. Total, un galimatías que parece escrito a propósito para intimidar, entretener o despistar

El Gobierno se molestó por el panfleto y el viceministro de Régimen Interior, Marcos Farfán, amenazó a La Razón con emprender las acciones legales pertinentes contra el periódico. Si esto es así, el Ministerio de Gobierno deberá atenerse a la Ley de Imprenta. Con lo cual ya tenemos culebrón para un buen tiempo. ¿O es que de esto se trataba?.