No se justificaría un circo solo con payasos; colaboran también, las ‘bestias salvajes’.Probablemente el descanso que se otorgó por el Bicentenario, la nueva posesión o simplemente el feriado permitieron que también el Presidente dispense, en el último sábado, su sección de libertad de expresión contra la prensa y permita -entre otros temas escabrosos- evaluar la suerte muy diferente que les ha tocado a las FARC y a la prensa del Ecuador en estos años de un Régimen que continúa hacia adelante o a cualquier lado; a estas alturas, importa poco el rumbo, pues no deja de ser incierto o aleatorio.
En una prematura y aventurada conclusión se puede afirmar que a las FARC les fue peor que a la prensa ecuatoriana. Parece una suposición insólita o descabellada por las rutinarias impugnaciones a los medios, contrapuestas a las esporádicas situaciones que protagonizan las FARC en nuestro escenario político. Pero la situación amerita una evaluación.
Desde las sospechas iniciales de una vinculación con el Gobierno triunfante; indicios de un financiamiento electoral; la aniquilización de la Inteligencia Militar nacional; el bombardeo de Angostura; la derrota de la Aldhu y de Larrea; el video del ‘Mono’; la solemne entrega de uno de los manuscritos de Reyes por los más altos miembros del Gabinete, donde solo faltó el Arzobispo de Quito y la Reina de la ciudad ; los efectos colaterales del golpe de Honduras. Y, a última hora, la instalación de las siete bases americanas en Colombia, la singular gira por el continente de Álvaro Uribe y, los relativos resultados de Unasur, el resultado no puede ser más concluyente: una derrota aplastante de las FARC.
A la prensa, a pesar de tantos ataques parece que la ha ido mejor. Es verdad que es el adversario ideal ante la falta de oposición pues, sea por temor o por una prominente protuberancia posterior que le impide acercarse a la candela, nadie se atreve a desafiar a un gobierno que es intimidatorio por el absoluto control de todas -sin excepción- de las instancias de control y fiscalización del Estado. En estas condiciones para el Príncipe, cortesanos y acólitos, no existe en la finca otro chivo que los medios. De lo contrario, no se justificaría un circo solo con payasos, pues también colaboran en lo suyo las ‘bestias salvajes’.
¿Cuál será el secreto de que a la prensa le haya ido mejor que a las FARC en la frontera? Pareciera que la gran ventaja es que los medios de comunicación están al aire libre todos los días, horas y minutos; incluidos los no laborables. Que informan lo que conocen sin permiso o visto bueno previo, que descubren contratos extraños, que logran poner la cámara en lugares de control electoral inéditos y que cual desvalido torero, tienen la audacia de desafiar impertérritos al toro del poder.