El tiempo va transcurriendo y muchos gobernantes se están dando cuenta lo que es MEL ZELAYA y cual es la realidad de HONDURAS. Una prensa malsana difundió a nivel mundial que en HONDURAS hubo golpe de Estado el 28 de junio recién pasado, cuando es al contrario, ese día, una vez hecha la consulta de la CUARTA URNA se iba a dar en realidad un golpe a las instituciones republicanas, aunque algunos tontos que ejercen el periodismo estén diciendo lo contrario y menospreciando la labor del presidente MICHELETTI, la valentía de nuestro EJERCITO y de la Sociedad Civil.

MEL no tiene la fuerza suficiente como para mantenerse en el poder en el remoto caso que fuera restituido; se enfrentaría a un pueblo, en un 80% que está dispuesto al sacrificio en defensa de la democracia. La gente de MEL lo constituye un grupo de ñángaras a quienes el paso del tiempo ya los tiene maltratados, mercenarios pagados con el petróleo de CHAVEZ, vándalos que destruyen la propiedad privada, SIN DIOS NI MORAL.

MEL quiere regresar al poder no para cumplir su mandato sino para volver a los mismos propósitos que determinaron su caída. En su desmedida ambición ha llegado a la contradicción misma; ayer condenaba al imperialismo yanqui y al capitalismo salvaje, ahora le suplica, casi con lágrimas en los ojos, que por favor intervengan para volverlo al trono. Más que exiliado es un verdadero actor de CARPA a quien el barco de la fantasía en que navega ha comenzado a entrarle agua.

La educación debe ser un instrumento por medio del cual se promueven valores democráticos, la igualdad de oportunidades sin discriminación alguna por motivo de sexo, raza, clase y cualquier otra que, según dice el Artículo 60 de la Constitución sobreviviente de la República “sea lesiva a la dignidad humana”.

No puede existir el respeto a la dignidad del ser humano si de manera sistemática nos irrespetamos los unos a los otros. Si en vez de educar a los niños y a los jóvenes se les enseña la ruta del odio y la cultura de la violencia, que es el caldo donde se cultivan las formas de muerte y destrucción, no sólo de las personas, las familias, sino de la sociedad misma. Civilizaciones enteras llegaron a reposar en el basurero de la historia por no haber combatido firmemente contra la cultura de la violencia y la muerte.

Hoy mismo debemos meditar y tomar acción para que, el mandato contenido en el Artículo 61 constitucional sea una realidad en cuanto ordena que “La Constitución garantiza a los hondureños y extranjeros residentes en el país, el derecho a la inviolabilidad de la vida, a la seguridad individual, a la libertad, a la igualdad ante la ley y a la propiedad”.

El proceso educativo es la fuente de energía que promueve el respeto y efectivo cumplimiento al mandato constitucional citado.

Por eso, la Ley Fundamental que sigue siendo amenazada con llevarla a la guillotina de una constituyente, clama con viva voz “La enseñanza de la Constitución de la República de la Historia y la Geografía nacionales, es obligatoria y estará a cargo de profesionales hondureños” (Art. 168 de la Constitución).

Hay que mantener la gratitud y equidad de la educación pública estatal, respetar la autonomía de las universidades nacionales y promover, igual función social en los centros privados de educación superior.

Si el ex presidente considera que está limpio, que fue víctima de una conspiración, no vemos la razón para que no retorne a HONDURAS a enfrentar los organismos fiscalizadores y jurisdiccionales del ESTADO, dada la presunción de que toda persona es inocente mientras no se le pruebe lo contrario, pero los hechos son tan comprometedores que no volvería a la silla de su delirio sino al incómodo hospedaje allá por TAMARA.

Entonces estamos claros que aunque vinieran los marines y los albas y los enmascarados y los vagos y los maestros bochincheros sigan perturbando la paz social para el COMANDANTE VAQUERO no hay regreso!.