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20/07/2005 | El Síndrome Chino

Steve H. Hanke y Michael Connolly

En la década de los ochenta y a comienzos de los noventas las críticas dirigidas a Japón eran un pasatiempo favorito en Washington. El pecado de Japón era su gran “contribución” a un creciente déficit comercial estadounidense. Para resolver este “problema”, EE.UU. demandó que Japón o fortalezca su yen o se enfrente a sanciones comerciales. Japón obedeció de mala gana.

 

En Tokio, las cuotas de exportación “voluntarias” y una política cada vez más apreciadora del yen se convirtieron en la regla de aquellos días. Pero aquella política no consiguió su objetivo. Tanto el déficit comercial estadounidense como el superávit de Japón continuaron creciendo. Sin embargo, el yen “fuerte” no era benigno. Este creó un problema monstruoso en Japón—una depresión deflacionaria.

Hoy, el déficit comercial estadounidense es casi el doble de lo que era cinco años atrás. Esta vez China es el chivo expiatorio; a China se le atribuye 25% del déficit. Para lidiar con China, Washington ha desempolvado la misma estrategia de juego defectiva que utilizó para criticar a Japón.

Los senadores Charles Schumer (Demócrata de Nueva York) y Lindsey Graham (Republicano de Carolina del Sur) han liderado el ataque mercantilista en el Capitolio. Ellos dicen que China manipula su moneda, el yuan. Como resultado, el yuan es menospreciado y las exportaciones chinas son subsidiadas. Para corregir la supuesta ventaja comercial injusta que tienen los chinos, los senadores Schumer y Graham han respaldado legislación para una revaloración de la moneda y el senado ha accedido a darle un voto negativo o positivo en agosto. Si se convierte en ley, los chinos recibirían un plazo de seis meses para negociar su revaloración del yuan con EE.UU. Sin una revaloración satisfactoria, todas las exportaciones chinas hacia EE.UU. serían golpeadas con un arancel de 27.5%--una tarifa equivalente a la supuesta subestimación del yuan.

Para no ser vencidos, los miembros de la cámara de representantes también han culpado por el déficit comercial estadounidense al yuan. El congresista Duncan Hunter (Republicano de California) y Tim Ryan (Demócrata de Ohio) han introducido el Acto de la Moneda China. Este define “la manipulación de tipo de cambio” como “un subsidio de exportación prohibido” el cual, si considerado perjudicial—bajo el Artículo VI de Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio—provocaría un impuesto anti-dumping o compensatorio para contrarrestar el “subsidio”. Además, si la manipulación de la moneda perjudicase la industria de defensa estadounidense, la importación de productos de defensa chinos sería prohibida.

El clamor por una revaloración del yuan es bullicioso. En algún momento dado, todos desde el Presidente Bush hasta los G-7 han sido parte de la bulla. Pero el arreglo rápido del yuan puede que solo sea nítido, posible y malo. Investiguemos:

  • ¿China manipula su moneda? No es posible dar una respuesta categórica a esta pregunta porque “la manipulación de la moneda” simplemente no es un concepto operacional que puede ser utilizado para el análisis económico. La Tesorería estadounidense admitió esto en un reporte de marzo del 2005 que intentó clarificar el significado reglamentario de la manipulación monetaria para los Comités de Apropiaciones.
  • ¿Está menospreciado el yuan en comparación con el dólar? No. El tipo de cambio yuan/dólar ha sido colocado firmemente en 8.28 desde junio de 1995. Ajustando para la inflación en China y EE.UU., el valor real del yuan ha sido menospreciado por tan solo 2.4 % durante la última década. Y hoy el yuan está en equilibrio en el sentido de que la tasa de inflación china se ha convertido a la tasa estadounidense. No es sorprendente que el más reciente reporte de país del FMI sobre China haya concluido que “es difícil encontrar evidencia persuasiva de que el renminbi [yuan] es menospreciado sustancialmente”.
  • ¿Cumplirían con los acuerdos y obligaciones internacionales de EE.UU. las leyes propuestas por el Congreso y el Senado? No. La revaloración del yuan requerida por la ley Schumer-Graham violaría los derechos de China y su soberanía. Bajo los Artículos de Acuerdo del FMI (Artículo IV, sección 2 (b)), un país miembro es libre de escoger su propio régimen monetario, incluyendo un tipo de cambio fijo. El mandato de revaloración de esta ley también lanzaría un golpe a lo que ha sido un desempeño económico increíblemente exitoso. A lo largo de la última década, China ha evitado la vorágine financiera de Asia de 1997-98 y ha obtenido precios estables y una taza de crecimiento anual de más de un 9%. El tipo de cambio fijo del yuan en comparación con el dólar ha sido la piedra angular para aquel record sobresaliente.

De acuerdo al Premio Nóbel Robert Mundell, quien es presidente honorario (junto con Xu Jialu, vice-director del Comité Vigente del Congreso del Pueblo) de la Universidad Internacional Mundell para Negocios de Beijing, una revaloración considerable del yuan disminuiría la inversión extranjera directa, la tasa de crecimiento china, pospondría la convertibilidad, aumentaría los préstamos malos, aumentaría el desempleo, causaría una aflicción deflacionaria en las áreas rurales, desestabilizaría Asia del sureste, compensaría a los especuladores, pondría en moción más presiones para revalorar, debilitaría el rol externo del yuan y socavaría el cumplimiento de China con las reglas de Organización Mundial de Comercio. Como consecuencia, una revaloración forzada violaría el Artículo IV, sección 1 (i) de los Artículos de Acuerdo del FMI, el cual establece que un miembro se “esforzará por dirigir sus políticas económicas y financieras para obtener el objetivo de promover un crecimiento económico ordenado con una estabilidad de precios razonable”.

Si China fracasa en revalorar el yuan, el arancel general de 27.5% derivado de Schumer-Graham violaría el estatus de Nación Más Favorecida de China bajo el Artículo I de GATT. Tanto el arancel como la prohibición de importaciones del Acto Hunter-Ryan de la Moneda China también violarían el trato de Nación Más Favorecida de China y serían determinados ilegales por la OMC.

  • ¿Estaría en el interés de China revalorar y lograr sacarse de encima a los políticos estadounidenses? No. El efecto de una revaloración del yuan—deflación y recesión—serían aun más dañinos para China que las sanciones comerciales. Nosotros estimamos que una revaloración del yuan de un 25% en comparación con el dólar resultaría en una deflación de por lo menos un 15%. China sería forzada a revivir las terribles condiciones económicas inducidas por la revaloración del yuan en los 1930s. En 1934, el Acto estadounidense de la Compra de Plata monetizó la plata. Esto efectivamente revaloró el yuan por un 24% porque China estaba en el estándar de la plata. El precio del yuan en comparación con el dólar aumentó de 33 centavos a finales de 1944 a 41 centavos en 1935. Como Milton Friedman concluyó en su estudio clásico “Malicia Monetaria”: “Porque la plata era el dinero de China, el aumento en el precio de la plata había producido una deflación considerable, la cual derivó en condiciones económicas severamente afligidas”.

Es hora de que EE.UU. deje de apresurarse a adoptar posiciones basadas en premisas falsas. Oponerse al país más populoso del mundo—y haciéndolo para colmo de manera ilegal—es tanto irracional como peligroso.

Michael Connolly es es profesor de Economía de la Escuela de Negocios de la Universidad de Miami y el científico director del Proyecto sobre Globalización y Comercio Internacional de la Universidad Hunan.

El Cato (Estados Unidos)

 



 
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