Dos hechos internacionales relacionados directamente con Colombia influyeron la semana pasada de manera positiva en el país.

El primero de ellos fue la designación del embajador en Washington, Luis Alberto Moreno, en la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, en una elección inobjetable, pues el candidato colombiano contó con el apoyo de 20 de los 28 países miembros del organismo crediticio internacional.

La llegada de un colombiano a este importante cargo es una muestra de confianza y de respaldo al país no solamente de Estados Unidos y México, sino de la mayoría de las naciones vecinas.

El segundo hecho positivo fue la aprobación en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, del Tratado de Libre Comercio con los centroamericanos, lo que constituye un paso importante hacia el futuro del TLC que el Gobierno estadounidense está negociando con Ecuador, Perú y Colombia.

La ratificación del Cafta en el Congreso estadounidense despeja el panorama para nuevos acuerdos comerciales de ese país en la región y genera confianza en el proceso que se adelanta con los andinos.

Sin embargo, no dejó buen sabor entre los negociadores y los gremios del sector agropecuario colombiano, la respuesta que Estados Unidos dio a las propuestas presentadas en marzo pasado. El desencanto fue generado no sólo por la demora en responder, sino porque la posición estadounidense en temas sensibles para la agricultura colombiana aleja las esperanzas de llegar a un acuerdo. En varios temas, las propuestas de E.U. son diametralmente opuestas a las colombianas.

En materia de seguridad, el país vivió una semana de expectativa por la situación en el departamento del Putumayo, donde las Farc dinamitaron tres pozos petroleros, un oleoducto y un puente. La recuperación del control en la zona por parte de las Fuerzas Militares ocasionaron el desplazamiento de campesinos hacia Mocoa.

El Indice de la Confianza en Colombia subió un punto con relación al anterior, ubicándose en 59 puntos.