Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Sociedad  
 
07/11/2009 | De la psiquiatría al spa

Andy Robinson

Uno de cada cuatro húngaros añora el ´socialismo gulash´.El psiquiátrico pionero en la técnica del electrochoque fue cerrado: será un hotel o un casino.

 

En Lipotmezo, en las colinas de Buda, un soborno al guarda de seguridad de 200 florines (70 céntimos de euro) permite al visitante entrar en el abandonado hospital psiquiátrico, cuna en los años treinta de la terapia de electrochoque.

Antes y durante los años del comunismo, Lipotmezo - rodeado de tres hectáreas de jardines-fue un hospital líder en técnicas de psiquiatría, pionero en neurología y neurocirugía, aunque aún produce algún escalofrío imaginarse la vida de miles de esquizofrénicos dentro de sus desconchadas fachadas habsburguianas de color ocre.

Tras el cierre del hospital en el 2007, se estudia convertirlo en hotel de lujo o incluso en un nuevo casino. Un triste fin para la famosa institución. Pero, a primera vista, pocos derramarían lágrimas por Lipotmezo, metáfora tan buena como cualquier otra del paternalista pero sofocante socialismo gulash.Sólo que en la Hungría capitalista - que atraviesa su peor crisis económica desde 1989, con draconianos recortes previstos para el sistema de sanidad público-,la alternativa es bastante peor: "No se sabe exactamente qué pasó con los pacientes de Lipotmezo; creo que hay unos cuantos en la calle", dijo Loreto, ingeniero jubilado que me enseñó el edificio. "Después del cierre, unos regresaron; los encontramos vagando por los jardines", explica el veterano psiquiatra Janos Furedi.

Lipotmezo es uno de los diversos hospitales públicos seleccionados para el cierre o la privatización en Hungría en un programa elaborado por el anterior gobierno en colaboración con el Banco Mundial y el Banco Europeo de Desarrollo (BERD). Desató una oleada de protestas, entre ellas una huelga de hambre de médicos en la ciudad de Eger. Un rechazo contundente en el referéndum del 2008 desencadenó la dimisión del primer ministro socialista Ferenc Gyurcsány. Pero, gane quien gane las elecciones del 2010, "habrá más privatización paulatina porque no hay dinero", afirma Laszlo Csaba, economista de la Universidad Centroeuropea en Budapest.

Las privatizaciones poscomunistas siempre han tenido su cara esperpéntica cualquiera que fuera el país y, en la sanidad húngara, la empresa Hospinvest - a la que han adjudicado la gestión de decenas de hospitales en vías de privatización-quebró en plena reforma y se hundió un proyecto en el que el BERD había invertido ya cuatro millones de euros. Pese al fiasco, el BERD aún defiende la privatización: "Existe una necesidad de modernización y mejora de tecnologías, y hay que financiarlo", explicó Thomas Mirow, presidente del BERD, en una entrevista esta semana para La Vanguardia.

Todos coinciden - incluso Mirow-en que la crisis de la sanidad pública en Hungría es un factor clave para explicar el hecho de que uno de cada dos húngaros aún echa de menos la protección paternalista del socialismo gulash."En los ochenta el sistema de sanidad era mucho mejor en cuanto a acceso e igualdad", dice Agnes Cser, presidenta del Sindicato de los Trabajadores de la Sanidad. "La gente es muy sensible ante la privatización de la sanidad porque tenemos los peores indicadores de salud de toda Europa", dice Csaba. "Hay un desencanto enorme", añade Tamas Bauer, fundador en 1988 del partido liberal Libres Demócratas, paladín de la liberalización y privatización rápida, ahora "a punto de desaparecer para siempre", dice.

Bajando desde Lipotmezo a través del puente de Robert Karoly sobre el Danubio, se llega a la isla Margarita y el hotel de cuatro estrellas Danubio Spa, la otra cara de la sanidad en la nueva Hungría. El balneario va ampliando sus servicios para incorporarse plenamente al nuevo sector del turismo médico. Ya no sólo ofrece aguas termales y baños de barro, sino también odontología avanzada, oftalmología y cirugía estética, servicios prestados por empresas extranjeras como Aura International - especializada en aumento de senos-y Focus Medical Eye, dotada de las "últimas técnicas de cirugía ocular láser". Quizás aprovechando métodos inventados en Lipotzemo, incluso se ofrece neurología y neurocirugía.

Pero los pacientes aquí no son húngaros, sino la nueva clase de cosmopolitas en busca de wellness."Hasta con el comunismo Hungría era pionera en medicina, sobre todo en odontología" dice Mike Silford, directivo de la empresa de turismo médico británica Perfect Profiles. Organiza paquetes en Budapest y en Sopron, la ciudad fronteriza que acogió los famosos picnics de la libertad en el verano de 1989. Ya entonces alemanes y austriacos cruzaban para ponerse empastes y coronas a precios tirados. Ahora "con vuelos de bajo coste, Budapest es el centro", dice Silford. Mientras llegan los turistas médicos de Easy Jet y Ryan Air, cientos de médicos húngaros se marchan al extranjero seducidos por salarios de dos a tres veces mayores en Alemania o el Reino Unido. "Estamos perdiendo a miles de médicos formados con dinero público", se lamenta Cser. Es el precio de la libertad.

La Vanguardia (España)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
10/09/2020|
04/01/2020|
30/07/2019|
04/10/2018|
03/07/2017|
10/02/2017|
17/10/2016|
28/08/2016|
07/06/2016|
16/08/2015|
01/03/2011|
09/11/2010|
21/09/2010|
12/07/2010|
14/06/2010|
11/04/2010|
03/02/2010|
29/11/2009|
29/11/2009|
11/08/2009|
11/08/2009|
19/02/2009|
08/02/2009|
11/12/2008|
11/12/2008|
07/10/2008|
07/10/2008|
02/01/2008|
29/07/2007|
03/04/2007|
16/03/2007|
12/03/2007|
07/01/2007|
07/01/2007|
06/01/2007|
06/01/2007|
04/12/2006|
04/12/2006|
13/11/2006|
08/11/2006|
09/05/2006|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House