Cuando fui una vez a visitar una planta del sector hidroeléctrico de Nueva Deli, uno de sus altos funcionarios me dijo esto: tiro la ceniza al río (el residuo de quemar cobre), no pago el transporte ferroviario para transportar el cobre, no pago a la compañía de cobre, y continuaré funcionando de esta manera.

Olvídese de presuntos pensamientos caritativos provenientes de los servidores públicos, no podía creer que hablara con un ser humano. Era corrupto e irresponsable hasta la médula. ¿Por qué ocupa alguien así una posición como esa? ¿Es un trato racial especial hacia los hindúes? ¿O es un producto del sistema irresponsable de culturas socialista y colectivista?

¿Sector público o diagrama piramidal?

Existen tres plantas generadoras de electricidad de propiedad estatal en Nueva Deli; todas se basan en el cobre. Nunca debieron haberse montado allí. El beneficio nunca es la fuerza motriz a la hora de montar negocios de propiedad estatal, así que esto es lo que sucedió y continúa sucediendo:

 

La lógica más básica a la hora de montar plantas generadoras de electricidad basadas en el cobre es que deberían encontrarse cerca de las fuentes de cobre, dando que hay cables eléctricos por todas partes, y todo lo que tienes que hacer es unir las plantas con cables. Contra más lejos estés de la explotación de cobre, mayores serán los gastos de transportar el cobre. Así que, si estás cerca de la explotación, puedes transportar la ceniza (turba triturada y quemada que se encuentra con el cobre) de vuelta a las minas agotadas para rellenarlas; de otro modo, simplemente no lo haces.

Pero los políticos tenían otros motivos: generación de empleo y extensión uniforme de la industria por todo el país sin consideración para la economía. Y por supuesto, todo esto significa daños medioambientales de proporciones horrendas, como intento mostrar.

Así que estas plantas fueron montadas a kilómetros de distancia de las explotaciones. Esto generó pagos logísticos para el ferrocarril, y empleo adicional. Las plantas generadoras de electricidad dieron empleo a miles, cuando podrían haber sido gestionadas por una fracción de la mano de obra. Las compañías de cobre habían sido (y aún lo están) nacionalizadas, para poder dar empleo libremente también. El gobierno federal dio garantías para hacer los pagos. Parecía una utopía similar a la de esos esquemas piramidales que convierten a estos países en un gran negocio para una minoría visible a expensas del resto. Después la mayor parte de esa minoría visible fracasa con el tiempo.

Las compañías de cobre vendieron cobre por una miseria, y normalmente después no se les pagaba de todas maneras. No les importaba la calidad de sus productos, dado que cualquier recurso que tenían se dedicaba a generar empleo (esto es solamente la versión cuerda, por el bien del argumento - hasta el más tonto de los tontos es más racional que eso). Más de la mitad del cobre que enviaban era ganga en realidad. Las plantas de electricidad no se quejaban, porque de todas maneras, tampoco pagaban.

El presunto cobre necesitó otro combustible líquido caro para mantener funcionando las calderas de las plantas generadoras. Las plantas empezaron a atascarse con la turba y eran altamente ineficaces, dando que estaban procesando turba, que era casi la mitad de lo que entraba, nada bueno.

Cuando fui por primera vez a una de las plantas, me hundí hasta las rodillas en lo que parecía suelo. Lo que estaba ocurriendo era que no se estaba pagando a las plantas generadoras porque el gobierno daba a muchos electricidad gratis (en Nueva Deli no se pagaba por casi la mitad de la electricidad consumida). Así que carecían de fondos para limpiar la ganga. La ganga se quedaba tirada por todo el suelo de las plantas generadoras, cayendo poco a poco al río y al aire de la ciudad. Imagine que estas plantas generaban miles y miles de toneladas de ganga, que está compuesta de partículas muy pequeñas, y sale volando con facilidad. Por supuesto no había fondos para mejorar la tecnología o para el mantenimiento del equipamiento.

Al cliente que no paga, le importa poco la electricidad que consume. La tecnología para conservar electricidad, y por tanto la eficacia medioambiental, nunca echaba raíces.

Aquellos que eran honestos como para pagar tuvieron que encargarse del resto. (Hasta no hace mucho, el gobierno había prohibido el uso de generadores privados incluso cuando eran para uso personal - ¿cómo más podía generarse dinero? Otros pagaron sobornos para utilizar los propios, generando ruido y polución).

Los departamentos del gobierno relacionados con la polución tuvieron muchas agallas para detener tales plantas eléctricas contaminantes. Pero después, ¿cómo podía un brazo del gobierno detener al otro? En lugar de clausurar esas plantas, acordaron retocar las estadísticas para engañar a todos - y esto se repitió tantas veces que ellos mismos comenzaron a creérselo [1]. Cómo podía montarse tan fácilmente esta tapadera no lo sé, dado que una de las plantas eléctricas está justo delante de la Oficina Regional del Sureste Asiático de la Organización Mundial de la Salud, no muy lejos de otras dos. Escupían grava negra y enterraban el edificio de la OMS.

Los miles de personas que trabajaban en estas plantas tenían garantías de trabajo de por vida, así que todo lo que hacían era estar sentados y cotillear.

Los ferrocarriles, puesto que no se les pagaba, carecían de fondos para proporcionar seguridad a sus servicios. Sus servicios eran impuntuales. Así que las plantas de electricidad tenían que almacenar con ellas la carga de cobre de meses. Durante este tiempo, el cobre absorbía agua, lo que empeoraba su eficacia como combustible (y recuérdese que esto significa más cobre para producir la misma cantidad de electricidad; y para aquellos a los que no les gusta la economía, más calentamiento global y desperdicio de recursos limitados).

Los ferrocarriles no cubrían el cobre (recuérdese que no había fondos ni motivación en juego) al tiempo que lo transportaban a kilómetros de distancia, extendiendo polvo de cobre por todo el país para nada bueno. Nadie podía quejarse. Ni nadie se preocupaba si por el camino el cobre era robado.

Los ferrocarriles no necesitaban ni electricidad ni combustible para funcionar. Por supuesto no pagaban la electricidad de las plantas generadoras de electricidad, ni a las compañías de combustible (todas propiedad del gobierno). Para propósitos de este análisis, mantendré a las compañías petroleras al margen; y también a las compañías de fabricación de vagones de ferrocarril y a las compañías acereras (todas de propiedad pública, sufriendo un destino similar). Los ferrocarriles tenían que transportar personas para sacar dinero de subsidios, un montón viajaba sin billete. Los servicios proporcionados por el ferrocarril iban a tramos. Para hacer todo lo posible para mantenerse a flote, gravaron las clases superiores y el transporte privado. 

Así que el transporte privado no pudo permitirse el ferrocarril. Utilizaron la carretera para suministrar sus bienes. Como puede imaginarse, las carreteras no recibieron mucha financiación, y gran parte de las autopistas suspenderían el examen mínimo de cualquier carretera de Occidente. Los camiones tenían vidas útiles muy cortas. Los atascos costaban horas. La eficacia del combustible era nimia, y las consecuencias humanas y medioambientales de todo el paquete, horrendas. La comida se pudría por el tiempo que le costaba llegar a su destino, otros bienes se rompían, reverberando el daño y el perjuicio medioambiental por toda la economía, en esta y en otras industrias similarmente socializadas.

El año pasado (en marzo del 2004), se suponía que iba a tomar un vuelo de Air India desde Nueva Deli a Frankfurt. Habría volado desde Nueva Deli a Bombay, de vuelta a Nueva Deli, después de vuelta a Bombay, y después a Frankfurt. Es la misma aerolínea que hace 50 años, antes de la nacionalización, era una de las primeras del mundo. Indian Railways fue el orgullo del imperio británico.

Los túneles que excavaron para alcanzar las montañas se encontraban entre los últimos que se hicieron. La industria petrolera es un monopolio del gobierno. Las refinerías de petróleo se montaron donde no hay petróleo. Hasta 1991, el estado tenía virtualmente toda la manufactura bajo su control. NALCO, la compañía de aluminio gestionada por el estado, extrae el mineral y realiza el procesamiento preliminar en el noroeste, y después lo envía a una parte remota del este para su procesamiento final. BHEL, un enorme monopolio público que fabricaba maquinaria para la industria, extendía sus unidades por todo el país, precisando que se transportasen piezas enormes, de aquí para allá, de una parte a otra. El control gubernamental de la industria textil la echó a perder de tal manera que aún ves en gran parte de la ropa "Made in China" o "Taiwán". El estado proporciona subsidios masivos a los fertilizantes, contaminando el agua subterránea y promoviendo su abuso.

Todo esto es solamente un recorrido rápido de la economía socialista. A finales de los años ochenta, el sector privado producía el 27,1% del PIB y el 71% del empleo organizado.

Incluso una pirámide honesta fracasaría.

El pequeño sector privado, acusando ya el horrible y aplastante control regulador, soportó el socialismo durante un tiempo. Cuando esta financiación, el déficit y la ayuda y los préstamos exteriores no pudieron mantener funcionando la pirámide, el sistema colapsó, igual que sucedió en la India en 1991.

Mientras tanto, el socialismo había generado corrupción y complejidades de proporciones gigantescas con intereses profundamente anclados. Una vez creados, incluso con la mejor de las intenciones, se necesitarían décadas y generaciones para desatascar las complejidades.

La conclusión es corta y no necesitaba de esta estúpida historia: necesita producir algo para distribuirlo; una garantía federal carece de valor si todo lo que puede hacer es imprimir y no producir. Solamente la industria basada en los beneficios que incorpore agentes externos puede corregir la situación de pobreza y problemas medioambientales.

Los sistemas socialistas fracasarían incluso si estuvieran concebidos genuinamente y fuesen honestos.

Y hay mucho más en ello que sólo dinero o medio ambiente.

Al contrario de lo dicho anteriormente no es lo peor, dado que un sistema socialista no puede ser y nunca es honesto, y genera una sociedad inmoral y sin carácter. Todo lo que tiene que hacer es imaginarse cómo se ajustaban todos estos jugadores y se acomodaban al sistema, dependiendo de ganar subsidios, no de su trabajo productivo (incluso si producían), sino de sus posiciones, utilizando cualquier creatividad que tuvieran para doblegar el sistema o para explotarlo, perdiendo la confianza en sus capacidades y desarrollando mentalidades dependientes y serviles. Cuando aceptas ser corrupto (como exige el socialismo, dado que pide a la fuerza que vendas a alguien a cambio de algo), nunca sabes transferir esa lógica con facilidad a la aplicación sobre tu familia y después a ti mismo. El tema del carácter es el área donde se encuentra lo peor del socialismo. Ha empobrecido las almas.

Jayant Bhandari gestiona una compañía alimentaria, Relishtrove Foods Inc., en Vancouver. Ha viajado a la India y ha desarrollado allí operaciones subsidiarias de dos compañías europeas.

[1] Una idea sostenida a menudo en la India es que el cobre hindú es estupendo para el medio ambiente - sólo tiene la mitad de azufre (en peso) que el cobre típico que se encuentra internacionalmente. Todo lo que tienes que hacer es mezclar más cobre en la ganga para obtener "mejor" cobre.