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23/08/2005 | La agenda de desarrollo africana

Thompson Ayodele y Michael Oluwatuyi

"Los acuerdos comerciales, ya sean multilaterales o bilaterales, exigen que los países elegidos trabajen asiduamente para aprovechar las oportunidades que suponen. Alegrarse simplemente de que en las páginas de los diarios un país haya sido incluido nunca se traducirá en sacar algún beneficio. En lugar de eso deben afrontarse los retos que suponen tales acuerdos".

 

El forum de la 4ª Africa Growth and Opportunity Act (AGOA) concluyó recientemente en Senegal. Llegando a términos con la necesidad de construir una relación comercial profunda con África, la AGOA suscrita en el 2002 iba encaminada a subirse a los programas comerciales norteamericanos existentes simplemente expandiendo beneficios (duty free) que sólo estaban disponibles antes mediante el programa Sistema Generalizado de Preferencias (GSP). Básicamente, la AGOA pretende ´liberalizar´ el comercio con Estados Unidos. En África hoy hay 37 países candidatos.

 

Actualmente, el acceso sin impuestos al mercado norteamericano bajo el programa AGOA/GSP comprende aproximadamente 7000 líneas aduaneras de productos. Llamativamente, las cifras comerciales indican que la AGOA ha incrementado el comercio entre Estados Unidos y África por valor de más de 44 billones de dólares el pasado año. Las importaciones norteamericanas desde la región también se han incrementado más de un 50% entre el 2000 y el 2004. Sin embargo, solamente unos cuantos países han aprovechado las oportunidades ofrecidas, lo que sugiere que en cuestión de algunos años podrían recogerse aún cifras más estancadas.

 

La promulgación de la AGOA no significa que los países candidatos se beneficien. De la misma manera, África no ha cumplido su parte con la UE a pesar del acuerdo Lome/Cotonou. Cada país que quiere ser beneficiario no debe guardar sus armas solamente. Cada país candidato tiene que afrontar los modos en los que se beneficiaría enormemente del acuerdo. Por ejemplo, los datos textiles muestran apenas unos cuantos países que exportan textiles a Estados Unidos bajo la AGOA.

 

La AGOA, que inicialmente duraba ocho años, ha sido extendida hasta el 2015 en el régimen presente. Sin embargo, beneficiarse de la AGOA va más allá de expandir simplemente el período del acuerdo. Es imperativo que los países, al margen de cumplir los criterios de elegibilidad, creen las condiciones para que las industrias locales no sólo cumplan el acuerdo, sino que cumplan los estándares de calidad que se esperan en otros mercados.

 

Aún está la necesidad de afrontar temas específicos que contribuyen a la incapacidad de África a la hora de competir o aprovechar completamente las ventajas ofrecidas por la AGOA o por cualquier otro acuerdo comercial. Los países africanos aún afrontan enormes costes debido a estándares distorsionados. Los estudios han demostrado que si los países africanos cumplieran los estándares internacionales armonizados, las exportaciones de la región se incrementarían en unos 2,2 billones de dólares. La mayoría de las industrias que producen productos que cubre la AGOA tienen aún que familiarizarse con los requisitos y protocolos bajo los cuales sus productos serían ofrecidos de la mejor manera fuera de sus orillas.

 

Uno de los mejores caminos para incrementar la calidad en los estándares en el caso de los países africanos es antes que nada comerciar entre ellos mismos. Es a través de esto que la calidad de sus productos puede incrementarse. Al margen de eso, también ayudaría cumplir otros requisitos especiales como los etiquetados o los ignífugos. No obstante, el volumen de comercio entre los países africanos es reducido, lo que indica claramente que África apenas comercia dentro de sí.

 

Los aranceles entre países africanos se encuentran en el 26,8 por ciento, cuatro veces por encima de los países de la OECD. Los países de la OECD acordaron bajo la Ronda de Uruguay la reducción de sus aranceles en un 40%. De eso, África permanece sin cambios. Por ejemplo, las exportaciones agrícolas dentro de los países africanos en 1997 afrontaron aranceles del 33,6%. Las importaciones no agrícolas dentro de los países africanos fueron lastradas por aranceles del 20,6 durante el mismo año a revisión.

 

Los países africanos podrán competir si los productos de la región se ofrecen a precios competitivos, se producen en grandes volúmenes y el envío de los bienes se produce a tiempo cuando se piden. Los negocios van de hacer beneficios, y ningún emprendedor sabio ofrecería sus productos por debajo de sus costes de producción y permanecería en el mismo negocio. Pero los costes de transacción en muchos países africanos son aún enormes en comparación con los de otras regiones del mundo. Muchas compañías generan su propio suministro energético, emplean a empresas de seguridad privada, suministran agua y gestionan su transporte a causa del colapso de la infraestructura básica.

 

Para entregar al tiempo los productos, tiene que haber sistemas de transporte eficaces. Pocos países pueden incrementar la eficacia del sistema de ferrocarril para la carga de bienes. Un sistema de transporte de mercancías facilitará el movimiento de los productos hasta los puntos de exportación. Otro impedimento es la ausencia de entidades de crédito para Empresas de tamaño Medio o Pequeño (SMEs) en África, y los tipos de cambio. El acceso a los créditos y préstamos desde las instituciones financieras contribuirá bastante a impulsar los resultados anuales de las SMEs en África.

 

Tanto el sur de Asia como África son regiones pobres del mundo. Llamativamente, ambas regiones difieren en los caminos económicos. Con mayores inversiones en el sector privado, diversificación de la economía y costes de transacción reducidos, las exportaciones globales del sur de Asia crecieron en un 133% entre 1991 y el 2001, mientras que las de África crecieron apenas un 68%.

 

Los países africanos tienen mucho que aprender de países del sur de Asia que han atestiguado un crecimiento astronómico de sus PIB. Un modo de hacerlo es reforzar el sector privado, en lugar de asfixiarlo a través de múltiples impuestos y regulaciones excesivas. Por todo el mundo, el sector privado es visto como la máquina del desarrollo y el medio más eficaz para generar empleo, prosperidad e inyectar vida a la economía.

 

Los acuerdos comerciales, ya sean multilaterales o bilaterales, exigen que los países elegidos trabajen asiduamente para aprovechar las oportunidades que suponen. Alegrarse simplemente de que en las páginas de los diarios un país haya sido incluido nunca se traducirá en sacar algún beneficio. En lugar de eso deben afrontarse los retos que suponen tales acuerdos.

 

Ayodele y Oluwatuyi forman parte del Institute of Public Policy Analysis de Lagos, Nigeria.

Diario Exterior (España)

 


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