Statut? Non, merci! Esta ha sido la masiva respuesta de los habitantes de los territorios franceses de Martinica y Guayana, en las Antillas, a la propuesta de acceder a un régimen de autonomía, sometida el pasado domingo a referéndum. El 78,9% de los martiniqueses y el 69,8% de los guayaneses votaron no al cambio de estatus y expresaron su preferencia por seguir siendo un departamento. El masivo no a la autonomía de los ciudadanos, que acudieron a votar en una proporción del 55,3% y el 48,2%, respectivamente, supone una severa desautorización de la clase política regional, que había promovido la celebración del referéndum y que durante la campaña había llamado mayoritariamente a votar por el sí.

El Elíseo recibió con satisfacción el resultado. "Esta elección traduce el apego de los guayaneses y los martiniqueses a un estatus cercano al de las colectividades de la metrópoli, reafirmando así el estrecho vínculo que los une a la República", rezaba un comunicado de la presidencia. El Gobierno, convocante oficial del referéndum, ha permanecido neutral, pero el partido gubernamental, la UMP, ha hecho campaña por el no. Las fuerzas regionales y la izquierda en general optaron por el sí. Pero el Partido Socialista se vio forzado a apoyar el no en Martinica tras la votación de los militantes.

Los defensores de la autonomía atribuyeron el triunfo del no al miedo. "Esta victoria del no es el salario del miedo instalado de forma insidiosa y pérfida. Sin embargo, la marcha hacia la emancipación debe seguir más que nunca en el orden del día de las reivindicaciones martiniquesas", dijo Alfred Marie-Jeanne, presidente del Consejo Regional y líder del Movimiento Independentista Martiniqués.

La economía de los dos territorios, con un nivel de renta bastante por debajo de la media francesa y un paro que triplica al de la metrópoli, necesita como el aire los subsidios de París y de Bruselas. Todo indica que, efectivamente, una parte importante de los votantes han temido - con razón o sin ella-que un paso hacia la autonomía pudiera comportar un alejamiento progresivo del Gobierno y la pérdida de ayudas estatales y europeas.

Hace ahora un año, Martinica y Guayana fueron escenario de fuertes protestas sociales a causa del encarecimiento de la vida. El foco del movimiento fue la vecina isla de Guadalupe, donde se ha convocado una nueva huelga general el próximo día 20.

El estatus propuesto en el referéndum-previsto en el artículo 74 de la Constitución-ya lo tienen otros territorios, como la Polinesia Francesa o San Bartolomé, en las mismas Antillas. Otros, como la isla de la Reunión, optaron en su día por seguir como departamentos de ultramar. Tras el no, los ciudadanos de Martinica y Guayana votarán de nuevo en referéndum el próximo 24 de enero para decidir si quieren fusionar en una única asamblea los actuales consejos generales y consejos regionales - previsto en el artículo 73-,lo cual suma las competencias de ambos organismos pero no otorga atribuciones nuevas.