Alrededor de 15 años después de la revolución anticomunista, los polacos se vuelven a la derecha. Políticamente, este año es el más importante de la historia reciente de esta joven democracia.

El futuro de Polonia depende de la próxima coalición de partidos en el poder. Pero sólo uno parece comprender la economía de libre mercado. Es la PO - Plataforma Ciudadanía (www.platforma.org), cuya directiva incluye a liberales del libre mercado de Gdansk.

Los votantes tomarán parte en tres citas políticas cruciales este año: elecciones parlamentarias el 25 de septiembre, elecciones presidenciales el 9 de octubre, y algún tiempo después de eso, el referéndum del tratado constitucional de la UE. Pero probablemente la tercera votación, gracias a los franceses, no tendrá lugar a corto plazo. Los ganadores de las elecciones no perderán mucho tiempo y energías organizando el referéndum o respaldando el tratado.

Dado que la presidencia no es tan importante como el parlamento en la política polaca, la primera votación será la más relevante. Sin embargo, la cooperación efectiva con el presidente es necesaria si Polonia quiere completar su transición y levantar una posición fuerte entre los países de la Unión Europea.

Ése es el motivo por el que las últimas encuestas que muestran un fuerte apoyo a Wlodzimierz Cimoszewicz, un ex ministro de exteriores excomunista, son problemáticas. Esta ansiedad es reforzada por unas declaraciones realizadas por el otro candidato presidencial importante: Lech Kaczynski, del PiS - Partido Ley y Justicia, que probablemente será miembro de la coalición con la PO. Kaczynski declaró que si se convierte en presidente, nunca firmará la ley de introducción del impuesto del 15%. La ley del impuesto es la principal iniciativa de la PO.

La PO parece ser el grupo de políticos más próximo al empresario del país. Intenta recortar los privilegios de las autoridades. Hace unos meses, despidieron a una de sus líderes, Zyta Gilowska, porque dio empleo en su oficina a uno de sus familiares. Pero nunca sabremos lo profundos que serán los cambios del libre mercado. Los de dentro dicen que la PO va a posponer la reforma sanitaria a causa de su alto riesgo político.

La derecha polaca incluye muchos colores diferentes, pero cualquier coalición sin la PO será una tragedia para Polonia. ¿Cuál es el mejor socio para la PO? Probablemente PiS, si se mantiene al margen de temas económicos. En general, el partido tiene un enfoque socialista, a excepción de algunos miembros jóvenes del Parlamento Europeo, Konrad Szymanski incluido. Otro partido de derechas, la Liga de Familias Polacas (LPR) es euroescéptico, y también anticapitalista. El Partido Autodefensa (Samubrona), populista, es una especie de folklore político.

Los restantes partidos son una gran decepción, siendo la mayor los Demócratas (Demokraci.pl) - que combina a los viejos activistas del movimiento Solidaridad con… ¡sus oponentes excomunistas! Para muchos polacos es evidente que estos dos bandos han compartido el poder durante los últimos 15 años y han engañado al ciudadano medio. Los políticos Demócratas están moralmente desacreditados y los votantes ya no confían en ellos.

Tampoco soy optimista por la plataforma de Janusz Korwin-Mikke, un veterano conservador-libertario (www.pjkm.pl) de Polonia. Es un político bastante controvertido, y su personalidad divide a menudo a los partidarios del libre mercado. Sus esfuerzos sólo son comprensibles para un porcentaje reducido de los votantes.

Lo que es irritante para muchos polacos es que su partido, la Unión de Políticas Reales (UPR), siempre ha sido más conservador que libertario. Sus líderes tienen una tendencia maníaca a concentrarse en temas que no son cruciales para los ciudadanos: la pena de muerte, los cinturones de seguridad, la influencia del servicio secreto o los derechos de los homosexuales. Son verdaderamente los políticos más radicales del libre mercado. Pero en política importan las acciones, no las declaraciones. Lo triste es que el carismático Korwin-Mikke no tiene seguidores jóvenes.

La mayor parte de los partidarios del libre mercado probablemente voten a la PO, por no querer desperdiciar sus votos en el incierto PJKM. La situación ideal para ellos sería una doble victoria en las elecciones parlamentarias y presidenciales, donde el candidato de la PO es Donald Tusk. Pero el respaldo a Tusk aún es demasiado débil para soñar con la victoria. Es el motivo por el que es apremiante una coalición de partidos de derechas en Polonia. De cualquier manera, al menos hay esperanza de cambio.

Tomasz Teluk es Miembro del Adam Smith Center en Varsovia y miembro vistante del Center for New Europe. Sus artículos han aparecido en Rzeczpospolita, Parkiet, Tygodnik Powszechny, Wprost, Gazeta Polska, Najwyzszy Czas, Teleinfo and Civitas