La OTAN se dispone a lanzar en cuestión de días la mayor ofensiva de los últimos meses contra los talibanes en Afganistán, mientras los ministros tratan de resolver la crisis presupuestaria que empieza a afectar también a la organización militar más importante del mundo. La Alianza habla de un déficit «de solamente 650 millones de dólares», que en términos relativos no parece gran cosa, pero en el entramado administrativo de la OTAN pueden tener una galaxia de consecuencias.
Muy discretamente, en la sede de Bruselas se ha empezado a reducir el número de empleados, y el secretario general, el danés Anders Fogh Rasmussen, reconoció ayer durante la reunión de ministros de Defensa de Estambul que «no está excluido que ciertos proyectos tengan que ser pospuestos».
Los ministros dedicaron la cena del jueves a discutir sobre este problema, y se pusieron de acuerdo en que «es prioritario llegar a una solución» pero por ahora no han decidido quién va a pagar los platos rotos. La ministra española, Carme Chacón, reconoció que se trata de «una situación muy delicada», y que en el futuro «necesitaremos más control para que la crisis económica no detenga las operaciones y para que no se vuelvan a producir este tipo de desviaciones» en el presupuesto.
El Airbus A 400M
Para España y los otros seis países que participan en el proyecto de avión militar de transporte, el Airbus A 400 M, el problema se suma al de la financiación que se necesita para cubrir los gastos de producción. Los gobiernos proponen compartir con la industria constructora (EADS) ese déficit con 2.600 millones de euros adicionales, y países como Francia están dispuestos a añadir otros 1.500 en forma de créditos. Alemania, por su parte, remolonea e insiste en que quiere estudiar mejor esta posibilidad.
También Estados Unidos está preocupado por las finanzas de la OTAN. El secretario de Defensa, Robert Gates, dijo que aunque «las cifras no son gigantescas, debemos acordar cómo decidimos las prioridades y cómo asignamos los recursos, para ver en la próxima reunión cuáles son las reformas y los recortes» que deben hacerse.
En fuentes de la Alianza lo único que se descarta por completo es que uno de esos programas pospuestos pudiera afectar a las operaciones que se desarrollan en Afganistán, donde el general Stanley McChrystal, el comandante de las tropas aliadas sobre el terreno, va a lanzar una ofensiva de gran envergadura en la provincia de Helmand, al sur del país. McChrystal dio ayer algunos detalles a los ministros de Defensa aliados sobre esta operación. Será una gran ofensiva que estará liderada por el ejército afgano con un fuerte apoyo de las tropas norteamericanas y británicas, cuyo objetivo será, según Gates, «cambiar la tendencia de la guerra».
Es la primera vez que la OTAN lanza una operación de esta envergadura en pleno invierno, cuando tradicionalmente los movimientos de tropas se ralentizaban a causa del mal tiempo.
Oferta de negociación
El representante norteamericano no lo mencionó expresamente, pero no excluyó tampoco una relación entre esta ofensiva, la formación de soldados y policías afganos y la oferta de negociación para los insurgentes que acepten la Constitución afgana. «En esta clase de guerras siempre hay cierto tipo de salida política» que pasa por los términos de la negociación, que ha sido lanzada -financiada por Arabia Saudí- en la conferencia de Londres la semana pasada.
En este ambiente de debilidad de las finanzas en la organización y de cansancio de la opinión pública por la guerra, a la OTAN le cuesta reclutar los soldados que necesita para reforzar la estrategia de «transferencia de la responsabilidad a las autoridades afganas». La única referencia a una ampliación de tropas se refiere a los asesores y profesores para acelerar la creación de nuevas unidades del ejército afgano capaces de responsabilizarse de la situación.
España enviará tres nuevos equipos de formación a la provincia de Bagdis, además de 40 guardias civiles, según anunció la ministra Chacón. En Herat dispone ya de otros dos equipos que trabajan con los afganos. El anuncio de Francia de que enviará solamente 80 hombres para este cometido ha sido recibido con cierto disgusto por Estados Unidos.
