¿Complicado? Tanto como la confusión que suele reinar al hablar sobre Cisjordania (Judea y Samaria, para los israelíes).  Los Acuerdos de Oslo de 1993 crearon la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como mecanismo “provisional” de autonomía hacia el acuerdo definitivo y la creación de un Estado.

Oslo dividió el pastel de Cisjordania en tres grandes porciones: A (control de la ANP), B (control civil palestino y militar israelí) y C (control de Israel). En una zona sin fronteras delimitadas pero con  abundante violencia, esta distribución se ha convertido en muchas ocasiones en papel mojado.

El espectacular aumento de las colonias convierte A, B y C en algo más que un baile de letras. Cualquier acuerdo de paz deberá incluir el desmantelamiento de asentamientos israelíes  y/o intercambio de territorios. Para los palestinos y la comunidad internacional, las colonias en Cisjordania “son ilegales al estar en territorio ocupado”.

Según el viceministro israelí de Asuntos Exteriores, Danny Ayalon, “se trata de territorios en litigio”. “Lo que se designa ahora como Cisjordania no se puede considerar ´ocupado´ en el sentido jurídico del término, ya que nunca había gozado de soberanía antes de la conquista israelí. El nombre de Cisjordania fue utilizado por primera vez en 1950 por los jordanos cuando anexionaron este territorio, para diferenciarlo del resto del país que se halla al otro lado del Jordán, en Transjordania”,  opina Ayalon que añade: “Contrariamente a lo que algunos creen, nunca hubo un Estado palestino y ningún otro país hizo de Jerusalén su capital. Del 48 al 67, no hubo control de Israel en ese territorio y los palestinos no crearon ni pidieron su Estado allí”.

La OLP, responsable de las negociaciones con Israel, replica: “Cisjordania no goza de soberanía alguna. Solamente tiene una limitada autonomía en menos del 18% del territorio, lo que es equivalente al 3% de la Palestina Histórica. Las zonas administradas por la ANP deben coordinar constantemente con la potencia ocupante, Israel,  todo ingreso o salida de productos.Los checkpoints hacen imposible la vida diaria”.

En Ramala afirman que “de acuerdo con la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU no existe diferencia entre Cisjordania y Jerusalén Oriental, siendo ésta parte de la Cisjordania Ocupada; esa es una de las razones por las cuales exigimos el congelamiento de asentamientos en Jerusalén. No será posible llegar a un acuerdo de paz si continúan confiscando nuestras tierras”

Tras los argumentos de unos y otros, datos: En la zona A que constituye el 18% de Cisjordania y en la B (23%) vive la gran mayoría de los más de dos millones de habitantes palestinos. En este 41%, se desarrolla la mayor parte de la  actividad política, económica y social de la ANP. El territorio controlado por Israel (C) abarca el 60% de Cisjordania incluyendo básicamente el desierto de Judea, el Valle del Jordán  y los principales bloques de colonias. Unos 300.000 israelíes y 70.000 palestinos viven en esta zona.

Es cierto que gracias a la calma relativa, el Gobierno palestino de Salam Fayad y el levantamiento israelí de decenas de checkpoints, Cisjordania vive un boom económico. Su crecimiento en el 2009 llegó al 7%, de los más altos del mundo. Los salarios han aumentado en un 25%.

Pero también es cierto que el desarrollo económico podría ser mucho mayor sin la restricción de movimientos entre las aldeas y ciudades palestinas. Y también es cierto que pese a la mejora económica -galáctica en comparación con la bloqueada Gaza de Hamas - los palestinos viven aun bajo la ocupación en Cisjordania, con todo lo que ello significa.

Este post no incluye fotografías o videos atractivos. Pido disculpas. Sin embargo, quizás ayude a entender uno de los puntos cardinales del proceso de paz.  De vez en cuando, no está de más exponer datos aunque en la era del fast food informativo, sea lo de menos.