En un informe presentado ante la Comisión de Libertad de Expresión e Información de la LXI Asamblea General de la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP) que se celebra en Indianápolis, se constata el agravamiento 'lamentable del ciclo de atentados contra la vida de periodistas mexicanos'.

La situación es tan grave, que los redactores del informe destacan que 'representa el periodo más grave que el país haya conocido desde que tenemos registro' señaló el vicepresidente para México de la Comisión, Francisco Ealy Ortiz.

Según Ealy Ortiz, 'de estos nueve casos, en cinco existen evidencias, avaladas por las indagaciones oficiales, para ligar estos crímenes con la delincuencia organizada, en particular con el narcotráfico'.

Y aunque en los otros cuatro casos las autoridades mexicanas han señalado móviles privados para la desaparición de los periodistas, el informe plantea serias dudas sobre esta teoría por lo que no se puede 'descartar en definitiva la hipótesis de que el móvil de los ataques fue el ejercicio de su profesión'.

Los periodistas asesinados son Roberto Mora García, Francisco Ortiz Franco, Francisco Arratia Saldierna, Leodegario Aguilera Lucas, Gregorio Rodríguez Hernández, Guadalupe García Escamilla, Raúl Gibb Guerrero, Jesús Reyes Brambil, Alfredo Jiménez Mota (este último desaparecido desde el 2 de abril del 2005).

El informe resalta que estas muertes se enmarcan en un 'clima de terror y desaliento en diversas regiones del país, especialmente en la zona norte limítrofe con Estados Unidos' en donde habrían muerto, sólo en nueve meses, 1.000 muertes atribuidas a ejecuciones del narcotráfico.

'Amenazas y presiones contra editores y reporteros han derivado en que diversos medios eludan publicar información relativa al narcotráfico, incluso aquella surgida de fuentes oficiales', señaló en su informe Ealy.

En este contexto destaca el estado de Sinaloa, en la costa oeste del país, donde se tienen noticias de numerosos periodistas abandonando su oficio o abandonando sus localidades de residencia por temor de que ellos o sus familias sufran represalias a manos de delincuentes organizados.

'Ante tal situación, debo reportar a esta asamblea, con pesar, que un poderoso enemigo nos viene ganando la partida. Ese enemigo es el silencio. El silencio de los buenos ciudadanos, de los que trabajan todos los días en
empleos honestos. El silencio de la comunidad'.

'Y lo más grave -añadió Ealy-, el silencio de los periodistas, que al callar ante el horror dejamos que la violencia y sus cómplices triunfen'.

La Sociedad Interamericana de la Prensa tiene previsto aprobar el próximo martes, el día de la clausura de la LXI Asamblea General, los informes finales sobre la situación de la prensa en cada país americano.