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12/10/2005 | Pensar la Defensa

Rubén Hernán Weinsteiner

En algunos días más, el Presidente de la Nación, tomara una decisión crucial para el destino de las FFAA Argentinas, con la elección del sucesor de Pampurro, Kirchner, sellará el destino de las fuerzas armadas en el siglo XXI.

 

Esta afirmación no es mera retórica, las FFAA se encuentran ante un punto en el cual, dan el salto tecnológico o se convierten en el vagón de carga de las FFAA, del continente.

El vaciamiento profesional, la pérdida de nivel de los recursos humanos, excelencia en las unidades de elite, las deficiencias logísticas, la falta de investigación, de realización de ejercicios conjuntos, el salto educativo, el compromiso integrador que minimiza toda posibilidad de irrupción como agente externo, y la total ausencia de un proyecto industrial, sin el mismo y sin tecnología no se sale del subdesarrollo, sobre todo cuando los cambios se dan a una velocidad geométrica. Estos factores determinan una realidad, donde no hay mas tiempo, es ahora o ahora


Pensar la defensa, desde las defensas que resguardan el cuerpo social y la forma jurídica de la nación, a través de los instrumentos que maneja el poder político, es pensar a las fuerzas armadas, como artífice de cambios altamente positivos y dinámicos para nuestro país, mediante la integración plena de las fuerzas armadas a la actividad social y económica del mismo.

Esta inserción, le asignará un rol sumamente dinámico en programas de desarrollo social, así como en un proyecto industrial sólido y coherente, acompañado por el salto cualitativo en lo tecnológico, que las FFAA Argentinas deben dar ya, hoy, para no transformar en irreversible la brecha, que actualmente las separa, no solo de las potencias, sino como dijimos incluso de algunos de nuestros vecinos.

Las defensas sociales, como la salud de la población, el pleno empleo, el alto nivel de los recursos humanos, el control de las adicciones, la defensa del trabajo y la producción nacional, la protección ante la penetración de mafias vinculadas al terrorismo, al narcotráfico u otras vertientes del crimen organizado, pueden verse altamente potenciadas desde una política coherente, congruente y eficaz por parte del ministerio de defensa.


Cuando un individuo atraviesa etapas difíciles en su vida, sabemos que sus defensas bajan, lo mismo ocurre con los países, cuando estos atraviesan crisis terminales como la que atravesó la Argentina en el 2001, es allí donde el nivel de sus defensas desciende abruptamente.


A lo largo de la historia argentina en el siglo pasado, sociedad y fuerzas armadas no solo transitaron carriles paralelos, sino que muchas veces ejercieron fuerzas en sentido opuesto, uno del otro, generando desconfianza mutua, sin la posibilidad de integrarse las FFAA, a la sociedad civil, para potenciar esfuerzos a favor de un resultado positivo y deseado por ambos sectores.

Pensar a las FFAA, hoy en el año 2005, con las hipótesis de conflicto del siglo pasado o con los estereotipos presentes en el inconsciente colectivo actual, nos aleja de un conjunto de excelentes  posibilidades para construir las defensas de la nación, que también y fundamentalmente, le permitan garantizar la existencia de la misma, su integridad territorial, su soberanía, el bienestar de sus ciudadanos y en general de todos sus habitantes, y de impedir que fuerzas externas, alteren el buen funcionamiento de la vida institucional del país.


Las nuevas hipótesis de conflicto como el terrorismo y el narcotráfico, imponen un redespliegue de las fuerzas en el terreno, tanto en cuanto a la ubicación de las bases, como la disposición de las mismas.

Los enemigos han cambiado,  también los amigos, la utilización de mecanismos pacíficos para resolver las diferencias internacionales entre países, y  los nuevos modelos de cooperación con los que la comunidad internacional, trata de definir su nueva estructura, basada en la confianza y credibilidad entre naciones y hacia los organismos internacionales,  define un nuevo escenario, donde el principal objetivo resulta insertarse eficazmente en la comunidad internacional y en sus mercados  hiperconpetitivos, con interdependencia e integración regionales , constituyéndose el aislarse y no ser parte, el principal peligro.

Estos datos de la nueva realidad, hacen que las políticas de alianzas no jueguen por lo general en contra de un tercer país, sino de poderes tan sofisticados como redes de redes de una multinacional del terror, o los súper profesionalizados y también transnacionales carteles de la droga.

La hipótesis de conflicto que conlleva el terrorismo internacional, le imponen a la Argentina, un compromiso que no puede ni debe eludir, porque cada vez mas la seguridad se interrelaciona y la inoperancia de un país genera la caída de todo el sistema, con lo cual la responsabilidad de estar a la altura de las circunstancias en cuanto a capitación, actualización, intercambio de información, tecnologías y acción en conjunto, es cada vez mayor.



Un ejército moderno y eficaz se apoya en la calidad de sus recursos humanos, en la excelencia de su oficialidad, en la eficacia conceptual de su logística y en el valor agregado de sus unidades de elite.
Para ello, resulta fundamental implementar con las universidades, alternativas de capacitación atractivas, interesantes y valiosas posteriores a la Escuela Superior de Guerra para la alta oficialidad.


Asimismo las FFAA, podrán desarrollar programas, para jóvenes aspirantes a oficiales, que de otro modo no hubieran podido cursar sus estudios universitarios, en los cuales en el curso de siete años, el joven pueda desarrollar en forma conjunta su circuito de formación como oficial y a la vez haber obtenido un título universitario becado en forma total por la institución.

Con el compromiso formal de trabajar en forma rentada para las FFAA, dentro de su área durante un plazo de dos años. Luego del cual, el oficial podrá optar, entre continuar en la esfera militar, o pasar con un titulo, dos años de experiencia y su condición de oficial en la reserva, a la vida civil, integrándose al mercado laboral. Este programa se inscribirá dentro de un acuerdo con las universidades.
Así mismo, desarrollar programas para mejorar la formación del soldado y suboficial desde lo intelectual, tanto dentro de programas con salida laboral concreta terciaria o universitaria, como proyectos con el objetivo de formar al militar, dándole elementos, riqueza cultural y apertura mental.


La logística de las FFAA, representa la base más sólida para su funcionamiento. Si Napoleón decía que un ejercito marcha sobre su estomago, después de la Invasión a Irak, podemos afirmar que un ejercito siempre y hoy mas que nunca, marcha sobre su logística.
Este es uno de los déficit más grandes de las FFAA, los bajos niveles de mantenimiento, la falta de stock de municiones, la no reposición de material, la falta de actualización, hacen que pese a la enorme buena voluntad de los hombres y mujeres de nuestras FFAA, el aparato funcione cada vez con más trabas. Es que sin logística la excelencia en otras áreas, que sin duda existe y está dada, carece de sentido, por eso, uno de los puntos mas claro para lograr una inflexión positiva, es sin duda sumar recursos y manejo adecuado a la logística.


Para ello las fuerzas armadas deberían contar además del elemento humano capacitado, con mecanismos de autoabastecimiento y autogestión que le permitan una autonomía operativa eficaz, que interactúen con los diferentes agentes económicos, pero desde una posición de igualdad y equilibrio.


Las unidades de Elite deben constituir una prioridad de primer nivel dentro del esquema de las FFAA, ellas marcan el norte a las unidades de campo, las unidades de Elite le permitirán no solo resolver problemas operativos, que se plantearán cada vez con mayor frecuencia en el futuro, de "tipo quirúrgico", sino que además serán el modelo a imitar y a seguir por jóvenes con vocación militar, revalorizarán el rol y la imagen de las FFAA en el imaginario colectivo civil, construyendo los mitos necesarios para toda sociedad.


En el final del siglo pasado y en los comienzos de este, las unidades de comando, han construido los paradigmas necesarios dentro de los sistemas de defensa en el mundo.


Resulta vital atraer a las FFAA, a los jóvenes brillantes, que aun con vocación, hasta ahora no encontraron atractiva la opción de integrarse a las FFAA. Este punto es crucial, poder llevar a  los mejores cerebros a las filas militares, es cierto, es difícil ya  que en el sector privado percibirán mejores salarios, pero se puede, con salarios buenos, y construyendo un escenario donde el prestigio y el orgullo de ser oficial en una unidad de comando, le brinden al joven el status social de una estrella del fútbol-salvando las distancias- por ejemplo, mientras revista y la ventaja posterior de insertarse en forma exitosa laboralmente a partir de lo valioso de su background.

Resultan vitales, los tratados de cooperación y accionar en conjunto, con países que marchan a la vanguardia en el know how de conflictos como el que se plantea contra el terrorismo o el narcotráfico, FFAA que lideran el campo tecnológico, la excelencia en las unidades de elite, y la eficacia en el terreno logístico, pueden aportar concepciones, desarrollo e insumos básicos para dar el salto cualitativo en este terreno.

Como ya dijimos, otro de los desafíos fundamentales que deberán asumir las FFAA, es desde el manejo adecuado de las fronteras, acompañar la decisión del presidente de asumir la responsabilidad en la lucha contra el terrorismo.


Las fronteras, constituyen un eje fundamental de la tarea de la defensa nacional. La Argentina, por la extensión de sus fronteras, afronta desafíos ineludibles hoy por hoy. Los riesgos de penetración en la región, de grupos fundamentalistas, que recurren al terrorismo como medio de acción y a la vinculación con el narco-tráfico como medio de financiamiento, aumentan día a día.


Escenarios como la triple frontera con la problemática, de la interacción de elementos vinculados al terrorismo de origen fundamentalista del medio oriente, mas precisamente clanes como los Barakat en Ciudad del Este, que según las principales agencias de inteligencia del continente, estarían financiando al movimiento libanés  Hezballa; o fronteras como la de Formosa-Alberdi donde se registran movimientos similares a los de Puerto Iguazú con el agravante de no estar tan expuestos desde el punto de vista de las fuerzas de seguridad y de los medios, constituirán objetivos esenciales de cualquier política de defensa nacional en los próximos años. Teniendo en cuenta la utilización de la gendarmería, cada vez  en mayor medida,  para custodiar objetivos dentro de los centros urbanos, como objetivos religiosos en las grandes ciudades, queda un vacío que solo puede ser cubierto eficazmente por las FFAA.


Custodiar las fronteras, es conocerlas, es poblarlas, es habitarlas, es conocer el movimiento natural de las fuerzas vivas que allí se mueven, para detectar cualquier anomalía. Para ello habrá que brindar a los habitantes la alternativa laboral, a la inserción en el contrabando, en el narcotráfico, en las actividades mafiosas en general, y en todo aquello que se vincule al crimen organizado.


Con poblados organizados, urbanizados con el apoyo logístico de las fuerzas armadas, con standards de vida aceptables, fuentes de trabajo, industrias, comercios, servicios y   un marco social apropiado, las fronteras pasarán a convertirse en lugares que preserven la seguridad física económica y social de nuestro país, y no en los triángulos de las Bermudas que constituyen en la actualidad. Las FFAA poseen todo el equipamiento para urbanizar, construir caminos y rutas, a un costo razonable para el estado, aprovechando desde ya, el know how para aprovisionamiento de zonas desfavorables, y la tecnología existente en otras FFAA, con las que se podría lograr acuerdos muy favorables para el país, en lo que hace a sistematización en la administración de fronteras.


Junto a la presencia, deben establecer las fuerzas armadas en el terreno, una disuasión creíble, contra los nuevos enemigos, para lo cual, el nivel de control y equipamiento en las fronteras como el de capacitación y actualización permanente de los recursos humanos, constituyen la prioridad número uno.

Superando los problemas formales en cuanto a la legislación, acaecidos durante las inundaciones de la Provincia de Santa Fé, las FFAA, poseen todos los elementos para colaborar en la urbanización y mejoramiento de las condiciones de vida en villas como Itatí o Luján en la zona sur del conurbano bonaerense, La Rana Villa Mitre, Villa Pineral o zonas como Moreno, así como poblados aislados de todo vestigio de confort mínimo e indispensable, como El infiernillo en la provincia de Jujuy.

Las FFAA deben integrarse a la sociedad con un claro proyecto industrial, como generador de empleo y como generador de altos niveles de valor agregado, apoyado en el excelente nivel de sus recursos humanos y el acceso a la tecnología de punta de estos.
Para ello resulta indispensable dar el salto tecnológico, que separa a las FFAA de la Argentina de los niveles de vanguardia. Se ha perdido mucho tiempo y ese tiempo se transforma en brecha, creciendo la misma en forma geométrica. Este es el momento para dar ese salto cualitativo, no se puede dejar pasar ni un año mas, de lo contrario, las diferencias serán irrecuperables incluso con nuestros vecinos más próximos.


Para ello hay que revalorizar y utilizar a fondo la condición de aliado extra-OTAN con que cuenta nuestro país, sin que ello nos obligue a renunciar a cuestiones esenciales para nuestra independencia, como la intangibilidad de nuestra jurisdicción para delitos penales cometidos en el país, cualquiera sea la condición o nacionalidad de quien los ha cometido.

Las FFAA, deben producir en escala para poder generar productos propios, adaptados a las necesidades, standards y costos propios, a favor de un proyecto nacional de producción, y para ello necesitan vender, y no estamos hablando de fabricar misiles ni helicópteros. Desde las granjas de autoabastecimiento desmanteladas durante la segunda mitad de la década del setenta, o el laboratorio del hospital militar central fabricando genéricos,  hasta hi-tech militares, desde la sastrería militar hasta tecnología de punta en armamentos, las FFAA, pueden y deben generar y desarrollar negocios exitosos, que le permitan márgenes de maniobra indispensables, para no resignar excelencia .

La defensa no tarea exclusiva de la corporación militar, el compromiso es de toda la sociedad, y no estamos planteando la militarización de la sociedad, sino la apertura las FFAA hacia esta. Es preciso un cambio cultural, evolucionar de: gloria, honor, patria y sacrificio, a servicio, ciudadanos, eficacia, y consenso.

Es por eso que el presidente debe elegir bien, candidatos hay, pero no alcanza con haber hecho  tres cursos y haber dado dos conferencias, la defensa es un tema complicado difícil, vital y si lo manejan personas que no están capacitadas, que carecen de proyectos específicos, en lo que hace a la excelencia de las unidades campo, en la especialización de las unidades de elite, el salto tecnológico indispensable, la industrialización, la producción en escala, el desarrollo y la investigación, el agiornamiento en cuanto al manejo de las fronteras en sintonía con  la lucha contra el terrorismo,  seguramente producirán un daño, que se convertirá en irreversible.

Offnews.info (Argentina)

 



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