La Administración norteamericana de Barack Obama ha anunciado su integración en la Alianza de Civilizaciones de Naciones Unidas, y una representación oficial de Washington pretende acudir por primera vez al tercer foro global de la iniciativa, que se celebrará a partir del 27 de mayo en Río de Janeiro. "EE. UU. ha decidido formar parte de la Alianza, que tiene un gran valor en la promoción del entendimiento entre culturas y pueblos", manifestó el portavoz de la secretaria de Estado, Philip Crowley. 

Un año después del histórico discurso del presidente Obama en El Cairo, su gobierno da un paso más para acercarse al mundo musulmán. 

El alto representante del secretario general de la ONU, el ex presidente de Portugal Jorge Sampaio, declaró que EE. UU. se convierte así en el país número 100 de la Alianza de Civilizaciones, "un organismo que desde el 2005 desempeña un papel importante para promocionar el entendimiento entre naciones, culturas y religiones y para contrarrestar el extremismo". 

La anterior administración de George Bush boicoteó esa iniciativa cuando fue puesta en marcha hace cinco años por el anterior secretario general de la ONU, Kofi Anan, y por los jefes de gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y de Turquía, Recep Tayip Erdogan. 

El temor estadounidense era que la Alianza de Civilizaciones se convirtiera en un foro internacional más que se dedicara a condenar a Israel y a EE. UU. Un año más tarde, en el 2006, uno de los informes de la Alianza no hizo más que incrementar la oposición norteamericana, ya que según sus funcionarios "se dedicaba a acusar a Washington y a Jerusalén de gran parte de los problemas del mundo". El informe del 2006 acusaba las operaciones militares israelíes en Líbano (contra Hizbulah) y en Gaza (contra Hamas) de ser el principal motivo de las tensiones entre el mundo islámico y Occidente. Sampaio aseguró a EE. UU. que la Alianza "adoptará una actitud mas equilibrada". Un destacado ministro europeo invitó al presidente de Israel, Shimon Peres, a acudir como observador al foro de Río de Janeiro. 

Aun así, fuentes del Gobierno de Beniamin Netanyahu declararon ayer a este diario que Israel no tiene planes de unirse a la alianza: "La Alianza de Civilizaciones aún no ha probado su contribución a la paz en el mundo y al diálogo, tan necesario, en Oriente Medio. No puede ser que Israel sea el único país de la ONU que es marginalizado de las distintas subdivisiones de la ONU. Libia ha presidido la Comisión de Derechos Humanos, Irán la comisión para asuntos de la mujer, y Siria está en el Consejo de Seguridad. Incluso países que sufrían sanciones de la ONU como la Serbia de Milosevich o el Iraq de Sadam, no fueron nunca apartados como nosotros, de las divisiones por áreas de la ONU". 

Desde la llegada de Obama a la Casa Blanca, EE. UU. inició un proceso de acercamiento a la Alianza de Civilizaciones, acudiendo a sus reuniones como observador. Según pudo saber La Vanguardia,países como Rusia afirman ahora que podrían participar en esta iniciativa siguiendo los pasos de Washington.