Aunque se dice que la política del gigante americano tiende a ser un asunto esencialmente local, las doce primarias celebradas este martes en Estados Unidos empiezan a forjar y reforzar tendencias a medio camino entre lo interesante y lo inquietante de cara a los comicios legislativos convocados para el próximo noviembre. Cita con las urnas, de medio mandato presidencial, en la que el partido que ocupa la Casa Blanca viene perdiendo desde la Segunda Guerra Mundial una media de 24 escaños en la Cámara Baja y 4 puestos en el Senado.

 

 

Pese a la dificultad de extrapolar resultados, el proceso en curso de votaciones populares para seleccionar candidatos está confirmado profundos recelos electorales hacia políticos profesionales. Triunfan las caras nuevas en detrimento de candidatos etiquetados como parte del "status quo", "establishment" o "insiders". Las mujeres avanzan posiciones en un país con un cierto déficit de presencia femenina en la primera fila de la política. Y el "tea party" vuelve a demostrar su capacidad para plantear limitadas pero significativas batallas, con éxito para seleccionar candidatos republicanos que los sectores más a la izquierda del Partido Demócrata no logran replicar.

 

 

La más clara exhibición de ese recelo contra la clase política tradicional se ha registrado en California, donde dos mujeres sin experiencia en cargos públicos pero grandes fortunas personales para financiar sus candidaturas se han hecho con la nominación del Partido Republicano para puestos de máxima responsabilidad. Exhibiendo sus credenciales de gestión empresarial, Meg Whitman luchará en noviembre para ocupar la mansión del gobernador y Carly Fiorina aspirará al escaño en el Senado federal actualmente ocupado por la demócrata Bárbara Boxer. En Carolina del Sur, otra mujer -Nikki Haley, de origen indio- se perfila como candidata republicana a gobernadora pese a una campaña especialmente sucia.

 

 

Sin salir de California, el afán por pasar página se ha materializado en la aprobación por referéndum de la reforma del sistema de primarias. A partir de ahora, se utilizará un modelo abierto, al margen de los partidos políticos salvo en las selección de candidatos presidenciales. Los dos aspirantes a cada puesto que consigan más votos en la primera ronda serán los que pasarán a disputar la elección general.

 

 

En Nevada, el "Tea Party" se ha apuntado otra victoria. Para competir contra Harry Reid, el veterano líder de la mayoría demócrata en el Senado, los republicanos han elegido a la congresista estatal Sharron Angle. Éxito de influencia que no han logrado reproducir los sectores más de izquierda del Partido Demócrata en lugares como Arkansas, donde la senadora demócrata Blanche Lincoln ha conseguido finalmente la nominación de su partido. A pesar de que sectores militantes y sindicatos la consideraban como demasiado moderada, apostando cuantiosos recursos en la candidatura alternativa del teniente gobernador Bill Halter.