El fundamento de este enunciado radica en que tales “problemas” son de carácter estructural, a saber:

Atraso de la capacidad instalada de generación de energía (entre 1.800 MW y 3.000 MW), partiendo de la base de un mínimo de 2 años para la puesta en marcha de los nuevos proyectos de generación.

Saturación de:

Capacidad de transporte de gas y

Capacidad de transporte de energía eléctrica.

En cuanto a las soluciones a estos problemas, estimamos que las mismas difícilmente provendrán de los actuales participantes del sector energético, ya que no estarían propensos a realizar inversiones en nuevos proyectos desde que el sector experimentó cambios sustanciales en las reglas de funcionamiento originalmente pactadas desde el año 2002 en adelante, salvo que se estructure un marco legal que garantice las condiciones en las que se realicen las nuevas inversiones.

En cuanto a esto, el Gobierno Nacional dió pasos concretos en esta dirección al sancionar los Decretos 966/05 y 967/05, donde se crean el Régimen Nacional de Iniciativa Privada y de Asociación Público-Privada respectivamente, con la intención de estimular a particulares a participar en los proyectos de infraestructura, asociándose el sector público y privado para el desarrollo de nuevos proyectos.

Las acciones que se tomaron desde el Gobierno para tratar de evitar los problemas de abastecimiento de energía en el corto plazo fueron principalmente las siguientes: Reemplazo de gas natural por combustibles liquidos (fuel oil y gas oil) en las centrales de generación duales más la reactivación de centrales que generan con carbón mineral; Importación de gas desde Bolivia y ampliación de gasoductos; Programa de Uso Racional de Energía (gas y electricidad) y por último, Restricción de exportación de gas a Chile.

Entendemos que estas medidas son netamente coyunturales, ya que implican un sensible incremento de los costos de generación de energía, los cuales podrían ser reducidos con nuevas inversiones en el sector.

Las actuales condiciones de infraestructura, pondrían en estado de espera a los proyectos de inversión por parte de la industria hasta que se pueda contar con garantía de abastecimiento de energía (gas y electricidad), lo cual provocaría una desaceleración del crecimiento económico y la posible relocalización de industrias en zonas donde se cuente con garantías del abastecimiento.

La opción que creemos podría encararse como medio para resolver estructuralmente este problema de abastecimiento de energía en el mediano y largo plazo es que la industria, como principal demandante de mayores recursos energéticos, asuma un rol proactivo en este escenario y sea la que motorice los nuevos proyectos en el sector, enmarcándolos en el régimen de asociación público-privada descripto anteriormente.

A partir de esta figura asociativa podrían crearse fideicomisos para estos nuevos proyectos con el objeto de atraer inversores que los financien luego de contar con gran parte de su demanda asegurada y con garantías suficientes de cumplimiento de las condiciones preestablecidas suscriptas por las partes intervinientes.

Sea este mecanismo ó cualquier otro el que se utilice, estamos convencidos que en el futuro difícilmente podrán encararse inversiones significativas en infraestructura en nuestro país, sin la participación comprometida por parte del Gobierno; Usuarios; Inversores y en algunos casos Proveedores, bajo una figura asociativa que aglutine adecuadamente sus intereses.

CPN Jorge Alberto Reston 
Ing Marcelo Sergio Martos
FORDHAM LENNOX 
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