A pesar de los esfuerzos de todas las partes de ponerle buena cara al resultado, la cumbre terminó en desazón. A juzgar por lo que he visto en más de dos décadas de cubrir casi todas las cumbres regionales más importantes, fue la primera vez en que los países participantes no pudieron ponerse de acuerdo ni siquiera en ofrecer una conferencia de prensa conjunta al final de la reunión.

Más importante aún, fue la primera vez en los 11 años de historia de la Cumbre de la Américas en que los 34 países participantes no lograron un consenso para hacer avanzar las negociaciones hacia un área de libre comercio hemisférica.

Desde 1994, cuando los líderes de las Américas se reunieron en Miami por primera vez para proponer las creación de un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), las democracias de la región habían votado en cada cumbre por acelerar la creación de un bloque comercial hemisférico. Esta vez, no se pusieron de acuerdo, y sólo pudieron emitir una declaración bipolar tomando nota de que algunos países quieren seguir negociando, y otros no.

Salvo que todo cambie en una reunión de viceministros acordada para el año próximo, pendiente del resultado de negociaciones en la Organizacion Mundial del Comercio en diciembre, nos estamos encaminando hacia a una partición formal del hemisferio.

Un bloque está integrado por Estados Unidos, Canadá, México, América Central, Colombia, Chile, y varios países más, con un producto bruto nacional conjunto de $14,500 billones. El otro bloque emergente está compuesto por Brasil, Argentina, Venezuela, Paraguay y Uruguay, con una economía conjunta de $2,200 billones.

La división todavía no es definitiva: mientras el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quiere ''enterrar el ALCA'', el canciller argentino Rafael Bielsa señaló que los restantes cuatro países del Grupo de los Cinco sólo creen que ''las condiciones no estan ahí'' ahora para seguir negociando, y que su bloque cambiaría de posición si Estados Unidos levantara sus subsidios agrícolas.

Sin embargo, hay varios miembros del Grupo de los 29 --México entre ellos-- que están perdiendo la paciencia con el Grupo de los Cinco, y que están pensando en lanzar un ``ALCA de los que quieran''.

Venezuela no necesita el ALCA, porque es un país que vive de la exportación de un sólo producto --el petróleo-- que ya vende sin problemas. Brasil, Argentina y sus otros vecinos del MERCOSUR, son principalmente exportadores agricolas, que podrían beneficiarse del ALCA, pero necesitan un mejor acceso para sus productos agrícolas al mercado de Estados Unidos.

La mayoría de los otros países de América Latina, sin embargo, tienen otros intereses comerciales: son, en buena medida, exportadores de bienes manufacturados, y su prioridad principal es ganar acceso preferencial al mercado más grande del mundo, para usarlo como imán para las inversiones de largo plazo.

En los Hoteles Costa Galana y Hermitage, donde estaban los presidentes, había un amplio resentimiento en contra del anfitrión, Argentina, por haber introducido una moción anti-ALCA un día antes de la cumbre, después de seis meses de negociaciones que habían alcanzado casi un consenso del documento final, y por permitir una atmósfera donde la ''Contracumbre'' antiBush encabezada por Chávez se robó los reflectores de los medios.

Mientras Chávez pudo hablar dos horas en vivo en la televisión a una multitud de 40,000 personas en un estadio lleno de banderas cubanas y venezolanas, en la ''Cumbre de los Pueblos'' organizada en parte por un congresista argentino cercano a Kirchner, los discursos de los demás presidentes en la Cumbre de las Américas no fueron trasmitidos ni siquiera al centro de prensa donde estaban los periodistas cubriendo la cumbre oficial.

El presidente mexicano Vicente Fox, irritado, sugirió que el Grupo de los Cinco terminará aislado del mundo si continúa tratando de ''reinventar la rueda'', en lugar de entrarle a las negociaciones.

Mi conclusión: Estoy de acuerdo. China, India y los países de Europa del Este están llevando a cabo la mayor reducción de la pobreza en la historia del mundo, y se debe principalmente a su apertura comercial al resto del planeta.

Brasil y sus vecinos hacen bien en exigir que Washington reduzca sus obscenos subsidios agrícolas. Si lo que hicieron en esta cumbre es para negociar mejor, perfecto.

Pero si piensan por un minuto que pueden competir en la economía global y reducir la pobreza sin ganar acceso preferencial a la economía más grande del mundo --como me temo creen algunos de sus funcionarios-- están soñando. Serán más irrelevantes, y más pobres.