A diferencia de la cumbre de Pittsburgh, de hace un año, en la que hubo el consenso de hacer del crecimiento económico el objetivo principal, en Toronto no hubo acuerdo. Todo parece indicar que la posición hegemónica europea, ejercida por Alemania debido a su peso económico, se inclinará hacia una reescenificación de las medidas que en Estados Unidos y en Europa profundizaron y prolongaron la Depresión de 1929, al enfocarse principalmente en las cuentas de las finanzas públicas y no en consolidar la recuperación económica que, en última instancia, es la única forma de tener finanzas públicas sanas. En 1929, una predicción errada de aumento de inflación hizo que la Reserva Federal decretara el aumento en la tasa de interés, lo que precipitó la espiral de desempleo y contracción económica. Después, el presidente Herbert Hoover decretó, en 1932, un aumento generalizado de impuestos para intentar disminuir el déficit público, lo que dio la puntilla a la economía estadunidense.

El comunicado de Toronto se plantea en forma indicativa, pues las medidas no son obligatorias para los países, la meta de reducir 50% el déficit fiscal para 2013 y "reducir o estabilizar" la proporción de la deuda pública con el PIB para 2016. Estados Unidos, preocupado por no repetir el error de Hoover, alertó sobre lo prematuro de enfocarse en medidas de austeridad. A la hora de escribir este artículo, la página de Internet de Presidencia de la República todavía no subía la transcripción del discurso del presidente Calderón. Pero si nos atenemos a la síntesis que se publicó, todo parece indicar que fue un discurso más inclinado hacia apoyar la posición europea de centrarse en disminuir el déficit público que en fortalecer la recuperación y aliarse con Estados Unidos, locomotora o ancla de la economía mexicana. Lamentable. En cambio, otros países emergentes, como Brasil, India y China, tuvieron en este tema crucial -no en todos-mayor convergencia con el gobierno de Obama.

La hegemonía de las posiciones conservadoras en Europa es mala señal para México. Significa que la recuperación económica global será mucho más lenta, si es que antes no se interpone el caos político en varios países a causa de las protestas populares por el alto desempleo y las medidas de austeridad. Por otra parte, la posición del gobierno de Obama de insistir en el crecimiento y en el control y la regulación de la banca es excelente, pero tampoco garantiza un crecimiento acelerado.

De ahí que sea urgente para México que se multipliquen las medidas para fortalecer el mercado interno y vincular a nuestra economía, de forma vigorosa y audaz, con las economías emergentes que han salido relativamente indemnes de esta crisis y tienen un crecimiento acelerado. Acuerdos de asociación estratégica como el que se busca con Brasil pueden ser los instrumentos idóneos para diversificar el comercio exterior hacia zonas menos amenazadas por la recesión y la incertidumbre, como Europa. Medidas como las que liberan el pago de la tenencia de los autos nuevos al consumidor son muy positivas y, si se les tilda de electoreras, mi opinión es que debieron hacerse no para estas elecciones sino para las de julio de 2009.

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