Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Frente Externo  
 
03/07/2010 | Turquía y los judíos

Roland Behar

La relación de los judíos con Turquía es muy anterior a la Inquisición. Su geografía está salpicada por ruinas de sinagogas construidas tan temprano como en los 220 de la era anterior, seguidos de una importante migración de judíos conocidos como romaniotas los cuales arriban luego de la destrucción del segundo templo de Jerusalén en el año 70 de nuestra era. Los romaniotas vivieron allí desde épocas de Bizancio.

 

En el Siglo 14, ya bajo el Imperio Otomano, prestaron refugio a judíos húngaros, franceses y bávaros. Así y todo, el hecho más comúnmente conocido es la bienvenida a su imperio propiciada por el Sultán Bayazid II a quienes huían de la Inquisición o habían sido expulsados de España.

A diferencia de otros países musulmanes donde los judíos tuvieron presencia por centurias, en el Imperio Otomano y, específicamente, en Turquía, antes y después de Ataturk y la Revolución de los jóvenes turcos, éstos gozaron de la tolerancia y solidaridad de sus gobernantes y ciudadanos hasta el punto que, en marzo de 1949, Turquía es el primer Estado musulmán en reconocer a Israel. En 1958 firman en secreto un acuerdo de cooperación militar y de inteligencia y, hasta hace poco, sostenían una importante cooperación militar e intercambio político, comercial y turístico.

La relación ha cambiado drásticamente a partir del 2003 luego del advenimiento al poder del partido islamista Justicia y Desarrollo liderado por Recep Tayyip Erdogan. Demostración de este cambio se hace fehaciente cuando el señor Erdogan, en la conferencia del Fórum de la Economía Mundial realizado en Davos, Suiza en el 2009, sin venir al caso, increpó al presidente Shimon Peres acerca de eventos ocurridos durante la operación militar de Gaza en diciembre del 2008.

Esta actitud del gobierno turco hacia Israel ha ido escalando, hasta ver los recientes acontecimientos de la flotilla, patrocinada y estimulada por los turcos en aras de romper el bloqueo impuesto por los gobiernos de Israel y Egipto contra el grupo terrorista Hamas en Gaza y cuyo colofón ha sido el anuncio hecho esta semana durante la reunión del G20 en Toronto, del cierre del espacio aéreo turco a la aviación israelí, tanto civil como militar.

Las causas pueden ser muchas. Se especula que se debe a que Recep Tayyip Erdogan busca con estos aspavientos solidificar su base política entre los sectores más religiosos de su país. Otros lo consideran una reacción al rechazo expreso de Francia, Alemania y Austria a la posibilidad de Turquía de ser miembro de la Unión Europea. Hay quien asegura que la razón es que, debido a la crisis económica mundial, Turquía no puede prescindir del gran mercado que constituyen los países del Medio Oriente, donde además de petróleo, es poco lo que se produce y que los turcos pueden suplir. Otros lo achacan a la dependencia del petróleo iraní. Los de más imaginación lo perciben como fruto del deseo de Recep Tayyip Erdogan de ser un actor de peso en las relaciones entre el Occidente y el mundo musulmán .

De cualquier modo, todos salen perjudicados con semejante política. Creo que esta retórica no ha de llevarnos por buenos derroteros. Sugiero seguir el llamado que el presidente Peres hizo en Davos 2009: ``Todo lo que podremos conseguir será hablándonos, no disparándonos. Esa era, es y será la posición de Israel''.

Miami Herald (Estados Unidos)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
18/06/2013|
23/02/2013|
14/12/2012|
30/11/2012|
08/09/2012|
24/08/2012|
27/07/2012|
27/07/2012|
27/07/2012|
27/07/2012|
29/07/2011|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House