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14/11/2005 | China no progresa en materia de DDHH

Diario Exterior Editorial

El itinerario del presidente chino por Europa se ve complicado por denuncias de violación de los derechos humanos, y una agenda dedicada a la proliferación armamentista a la que aspira.

 

El presidente chino, Hu Jintao, llegó a España para una visita de Estado de dos días. El mandatario chino ha elegido nuestro país como última etapa de su gira europea que le ha llevado previamente a Reino Unido y Alemania. Por su lado, el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, aseguró que durante la visita del presidente chino se tratará el ´tema de los derechos humanos en el país asiático, pero en el sentido de que hay que promoverlos y seguir dialogando´. Dicho de otra manera, el ministro intentará no incomodar a su interlocutor con preguntas relacionadas a la violación sistemática de derechos civiles que aplica la tiranía comunista.

En China, es sabido, quedan todavía muchos desafíos que alcanzar en esa materia, sobre todo en lo que respecta a la protección de las minorías, la libertad religiosa y de expresión, la tortura, así como la pena de muerte. En relación a este último punto, el aumento del uso de la pena de muerte ha traído como consecuencia un elevado número de ejecuciones, a menudo tras juicios sumarios o sin las debidas garantías.

También hay que mencionar al repaso de los últimos informes de Amnesty y Human Rights Watch la intensificación de la represión de los derechos humanos de la comunidad uigur, musulmana en su mayoría, en la Región Autónoma Uigur del Sin-kiang, la persistente represión de los derechos a la libertad de expresión, de asociación y de religión en el Tíbet; la constante represión del movimiento espiritual Falun Gong y de otras denominadas «organizaciones heréticas», con numerosos informes de detenciones arbitrarias y torturas o malos tratos, especialmente de quienes se niegan a renunciar a sus convicciones; las graves restricciones de los derechos a la libertad de expresión, entre ellas la detención y encarcelación arbitrarias de numerosos activistas políticos, defensores de los derechos humanos, reformistas y usuarios de Internet, muchos de los cuales han sido acusados de cargos vagamente definidos, relacionados con la difusión de «secretos de Estado»; las persistentes restricciones de los derechos de los trabajadores, y la intensificación de la represión a los norcoreanos que solicitan asilo en China, negándoles el ingreso y devolviéndolos al gulag de Kim Il Sung.

Sin embargo, Hu Jintao no tendrá que responder sobre estos temas en las mesas de negociación europeas. Por eso quizá haya considerado un momento oportuno para pedir que la UE que levante el embargo de armas impuesto luego de la masacre de Tiananmen en 1989. El dirigente asiático quiere trasladar a los líderes europeos un mensaje: China pretende desarrollarse "de forma pacífica", por lo que el embargo es una medida obsoleta y "políticamente discriminatoria". Aunque la UE había previsto poner fin a la sanción el pasado junio, las presiones de Estados Unidos y las amenazas chinas de que atacará Taiwan si la isla intenta declarar la independencia paralizaron la decisión. Desde Bruselas –con la presión de Francia- se habla de que la prohibición será levantada, aunque no se dice cuándo. Por el bien de la seguridad internacional y de la protección de los derechos humanos, la Unión Europea no puede dar marcha atrás con una política estaba dirigida a prevenir que el Gobierno chino utilizara de nuevo sus armas adoptando medidas enérgicas contra sus ciudadanos desarmados.

No se puede obviar que China es el principal poder de Asia-Pacífico, y su presupuesto de defensa alcanza los 50.000 millones de dólares este año. Posee más de 100 misiles estratégicos, más de 600 misiles balísticos de largo alcance, una marina de guerra de más de 2.000 navíos y una fuerza aérea de más de 3.000 aviones de combate, una capacidad militar amenazante y por la cual Japón pidió a la UE que tomara conciencia del riesgo que traería dar alas a la carrera armamentística china.

Por otro lado sería una inmoralidad que la UE comercie armas con países con registros lamentables en la defensa de los derechos civiles. La conducta de Rodríguez Zapatero –vendiéndole material bélico a Venezuela- no debería ser el ejemplo a seguir por el resto de Europa. De ahí que los mejor es no dejarse hechizar por Hu Jintao y sus buenas intenciones y recordarle que los discursos del PC chino deben ir acompañados de acciones concretas.

Diario Exterior (España)

 



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