"¿Debemos mirar la década de los 30 en Europa, el Pacífico Sur a finales de 1941 o incluso los Estados Unidos a principios de septiembre de 2001? Hubo tempranas señales de alerta que fueron ignoradas. Muchas vidas se perdieron innecesariamente", arengó en un discurso para la Texas Public Policy Foundation, recogido hoy por The Texas Tribune.

"Ignoramos las señales de alerta a lo largo de nuestra frontera internacional bajo nuestro propio riesgo", advirtió, al aludir a los atentados terroristas del 11 de septiembre, Pearl Harbor y los regímenes autoritarios como el nazismo.

Después de comparar a los cárteles mexicanos y las pandillas con los enemigos oficiales de Estados Unidos, Perry destacó la reciente violencia en los estados fronterizos de Tamaulipas y Chihuahua y dijo que "hay síntomas de que la violencia está empezando a introducirse en Texas", citando el caso de dos adolescentes de Laredo que asesinaron bajo órdenes de Los Zetas en el 2006.

El gobernador, sin embargo, fue más reservado en sus críticas a Obama de lo que ha sido en el pasado, horas después de reunirse brevemente con él en el aeropuerto de Austin-Bergstrom, donde lo saludó y le aplaudió a su llegada, "porque es lo correcto".

Explicó que entregó una carta a uno de los asesores al mandatario, donde reiteró su petición de que se envíen a Texas al menos mil efectivos más de la Guardia Nacional.

"Hay que contar con la presencia de efectivos en la frontera. Cuando tienes una frontera de mil 931 kilómetros, la idea de que 286 soldados de la Guardia Nacional van a detener el flujo de drogas y la actividad ilegal a lo largo de la frontera es un pequeño fraude", dijo, y agregó que las conversaciones sobre la reforma migratoria es un punto que será posible discutir hasta que la frontera esté asegurada.

"Uno tiene una puerta giratoria en la frontera", dijo. "Poner reglas en ese lugar no significa nada."

Cuestionado sobre si esperaba más de la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, ex gobernadora de Arizona, Perry dijo que sí.

"Esa era mi esperanza -que ella hubiera negociado hasta conseguir mayor seguridad fronteriza hecho durante el último año y medio", dijo. Pero se apresuró a recordar a los periodistas su mala opinión de la toma de decisiones en Washington.

"Creo que todos entendemos la forma en que funciona el gobierno federal, se inicia en la parte superior, y se reciben instrucciones del presidente de los Estados Unidos", dijo, criticando la verticalidad de las decisiones políticas.