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04/09/2010 | Energía nuclear, todo bajo control

Marcela Valente

Un sistema de control mutuo creado hace casi dos décadas por Argentina y Brasil para verificar en terreno los fines pacíficos del desarrollo nuclear de ambos países se ofrece como modelo internacional de transparencia y promoción de confianza en esta área tan sensible.

 

"Este modelo creado entre dos países que alguna vez compitieron en esta materia puede ayudar mucho en otras partes del mundo, en Medio Oriente, en Corea del Norte y del Sur, entre India y Pakistán", dijo a IPS Antonio Oliveira, secretario argentino de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares.

Creada en 1991, la agencia, más conocida por sus siglas Abacc, lleva realizadas 1.200 inspecciones en minas, depósitos y centrales nucleares de ambos países. Sólo en 2009 se realizaron 58 visitas de expertos brasileños a instalaciones argentinas y 60 de inspectores argentinos en Brasil.

El sistema fue el resultado de una gestión iniciada a mediados de los años 80, cuando el entonces presidente de Argentina, Raúl Alfonsín (1983-1989), y su par brasileño, José Sarney (1985-1990), "entendieron que debían caminar juntos y en forma transparente en el ámbito nuclear", recordó Oliveira.

Hasta ese momento el desarrollo nuclear de ambos países había sido paralelo, en un ambiente de desconfianza y rivalidad, añadió.

En América del Sur, Argentina y Brasil son los únicos países donde se alcanzó el ciclo nuclear completo, desde la minería del uranio, la conversión del mineral en combustible nuclear y la generación eléctrica mediante dos centrales en cada país y una tercera en proceso de construcción desde hace décadas.

Organizaciones ambientalistas se oponen a este desarrollo por considerarlo costoso y de riesgo e insisten en que se invierta en fuentes alternativas, como la eólica o la solar.

Pero en los últimos años, en parte debido al cambio climático, la energía nuclear volvió a cobrar relevancia internacional debido a su supuesta baja contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono.

Alfonsín y Sarney sentaron las bases de la integración bilateral, que luego derivó en el Mercosur (Mercado Común del Sur), integrado además por Paraguay, Uruguay y Venezuela en proceso de adhesión plena. Luego de años de negociaciones, los dos países firmaron en 1991 el Acuerdo para el Uso Exclusivamente Pacífico de la Energía Nuclear.

Ese convenio estableció un Sistema Común de Contabilidad y Control de los Materiales Nucleares en los dos países, a fin de verificar que éstos no sean desviados para la construcción de armas u otros dispositivos explosivos. Se estableció que el organismo encargado de verificar el cumplimento del sistema sería la Abacc.

El acuerdo se amplió luego a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que también envía sus inspectores en un trabajo conjunto de cooperación. "De esta manera, la comunidad internacional puede constatar nuestro compromiso efectivo con el uso pacífico de la energía" nuclear, dijo.

La Abacc, con sede en Brasil, tiene un plantel estable de 20 personas, de las cuales 12 son profesionales y el resto administrativos. Pero su cuerpo principal lo integran unos 45 inspectores de cada país, convocados para las tareas de vigilancia en las distintas actividades donde se concentra el material sensible.

"En el ciclo del combustible nuclear hay uranio, plutonio y torio que, en un grado de pureza y enriquecimiento determinado, puede usarse para armas nucleares", explicó Oliveira. "Eso se debe monitorear para evitar que haya desvíos", dijo. Luego se realizan informes que son presentados a la cancillería de cada país.

En diálogo con IPS, Federico Merke, profesor de Teoría de las Relaciones Internacionales de la privada Universidad del Salvador de Argentina, destacó que la agencia "es un modelo original de control", observada con interés y admiración por expertos de países en situación de conflicto, como por ejemplo India y Pakistán.

"Esas inspecciones en depósitos, laboratorios y en centrales nucleares generan mucha confianza", subrayó. Ese mismo esquema, acotó, podría servir para atender otros retos del desarrollo que involucran a más de un país, como los conflictos derivados de problemas ambientales.

Oliveira confirmó que no existe en el mundo una agencia de control entre dos vecinos como la Abacc. "Es la única bilateral de salvaguardias en el mundo, es un sistema singular y que funciona muy bien, porque la relación (entre los dos países) es muy buena y eso ayuda mucho. No tenemos conflictos".

En la última cumbre del Mercosur, celebrada a comienzos de agosto en la noroccidental provincia argentina de San Juan, la presidenta de este país, Cristina Fernández, y su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, resaltaron "los progresos de la cooperación" en el uso pacífico de la energía nuclear en el ámbito bilateral.

Fernández y Lula consideraron que la agencia constituye "un pilar fundamental de la cooperación bilateral en materia nuclear" y se comprometieron a "fortalecerla", "perfeccionarla y reforzarla en sus funciones".

La voluntad fue celebrada por el equipo técnico de la agencia. "Nos sorprendió gratamente este apoyo", dijo Oliveira, y atribuyó este compromiso a la necesidad de "mostrar que en el Cono Sur (de América) hay ideas que funcionan y que merecen ser analizadas" en el plano internacional.

En su última declaración pública en mayo, el secretario adjunto de la Abacc, el brasileño Odilon Marcuzzo do Canto, expresó que "la mejor manera de garantizar un uso pacífico de la energía nuclear es promoviendo la comprensión y cooperación entre los países", dos factores que son la base del trabajo de la agencia.

Marcuzzo do Canto destacó que Argentina y Brasil "ya han tomado la clara decisión de reactivar sus respectivos programas nucleares", y ese contexto "implicará un papel aún más significativo de la Abacc en los años venideros".

El delegado remarcó que en el futuro se espera un mayor uso de reactores nucleares para satisfacer la creciente demanda de energía, y propuso enfrentar esos retos mediante "sistemas regionales independientes y confiables" que puedan aplicarse en coordinación con la AIEA y tomando como ejemplo el éxito logrado con la Abacc.

IPS-Inter Press Service (Italia)

 


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