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20/12/2005 | 'Un triunfo de Humala sería fatal'

El Comercio Staff (Pe)

PEDRO PABLO KUCZYNSKI, primer ministro, alerta que las tesis de Ollanta Humala perjudican al país ante los ojos atentos de los inversionistas y anuncia nuevas bases contrasubversivas frente al rebrote terrorista

 

Usted ha dicho que para los inversionistas la candidatura de Ollanta Humala es una incógnita que afecta el riesgo-país. ¿No sucede lo mismo en Bolivia con Evo Morales?
Pero el Perú no es Bolivia. A los inversionistas les preocupa que surja alguien de quien no han oído hablar sino hasta hace unos meses, que no tiene programa, sin trayectoria y ver que de pronto hay muchos peruanos que están con él.

Fujimori tampoco tenía programa. Es más, lo cambió.
Hay una gran diferencia entre el 90 y el 2005. En el 90 la inflación era de 10.000% y la zozobra total. No es el caso de hoy. Por eso a los inversionistas les parecemos un país improvisado.

¿Qué elementos tiene el programa de Ollanta Humala para usted?
No lo conozco. A través de su periódico propone el fusilamiento de los líderes de este país, la persecución de los judíos...

Eso lo plantea su hermano Antauro en el diario "Ollanta".
Yo no hago ninguna diferencia. Es un pensamiento que tiene elementos de la época de Velasco, de la extrema derecha fascista y de comunistas. De lo poco que sé --no pretendo ser un experto--, me parece que es una mezcolanza de cosas que si se aplicaran en la vida real causarían un colapso económico en el Perú.

El jueves dijo en Cajamarca que usted ha entregado el Perú a los intereses extranjeros.
Yo creo que está totalmente fuera de lugar. Tenemos un rezago de pobreza, producto de años de mal manejo económico, que estamos tratando de curar en la medida de lo posible. El desastre del Perú son las políticas que Humala propone. Su discurso es totalmente demagógico, no tiene base en los hechos. Hay que dejar que diga lo que piensa --si es que piensa algo-- y que el pueblo decida. Quedan cuatro meses para que la ciudadanía digiera este planteamiento y opine.

Pero tiene audiencia.
Si las encuestas reflejan la realidad, porque hay una gran variabilidad, nos están indicando que existe una clase frustrada en el país.

¿Se siente responsable por ello?
Por el contrario. Me siento responsable de haber revertido las cosas. Aunque es un proceso que toma tiempo y hay gente que no recibe los beneficios del cambio y están frustrados. Lamentablemente es un fenómeno normal en muchos países.

¿Un triunfo de Ollanta Humala sería nefasto para el país?
Sería fatal. Se tomarían medidas populistas que llevarían a la inflación y el crédito para el país se acabaría. Hoy solo pagamos intereses de la deuda, no la deuda. Con un gobierno populista la tendremos que pagar porque nadie nos financiará. El presupuesto estaría rápidamente desfinanciado.

¿La comunidad internacional le voltearía la espalda a un gobierno de Humala?
Absolutamente. Quienes piensan que se puede actuar como en Venezuela están totalmente equivocados. Aquí no hay grandes recursos petroleros. Venezuela tiene un montón de plata, nosotros no. El próximo gobierno debe continuar con la mejora de nuestra economía que hemos iniciado.

¿Humala no la seguiría?
Definitivamente no. Traería abajo una buena parte de lo construido y de lo que se trata es de mejorarlo. Hay reformas pendientes. El gran reto es seguir adelante dando pequeños golpes de timón, pero no decir boten todo, fusilen. Así los países no progresan.

Hay empresarios que se han acercado a hablar con Ollanta Humala
Realmente lo lamento. Muestran miedo y quieren comprar su adhesión dándole pequeñas contribuciones. Es lamentable. Les sugeriría que piensen en el futuro del país y que apoyen a candidatos pensantes, hay varios.

Se dice que hay un informe de inteligencia que indica que Montesinos estaría apoyando a Humala. ¿Descarta esto?
No he visto esta información. Si la hay, la vamos a buscar. Vamos a ver si existe realmente este nexo.

¿El servicio de inteligencia no se ocupa acaso de estos temas?
Claro, pero toma tiempo buscar pruebas contundentes. Ideológicamente no descarto esa conexión; monetariamente no tengo ninguna prueba. Gente como Montesinos y los que salieron en medio de una nube de corrupción es gente frustrada, están presos, han perdido el poder. Están buscando otro tipo de poder: el mediático, influenciando a algunos medios y a posibles candidatos. Es lógico pensar que quieran intervenir en la elección que se viene.

¿El Gobierno está en capacidad de contrarrestar esto?
Trata, pero no tenemos todos los medios. Hay que hacer más, estamos trabajando en ello. Espero que pronto conozcamos algo más.

Usted dijo que había un rebrote del terrorismo. ¿Se reafirma?
Absolutamente. Lamentablemente lo que yo vaticiné en ese momento está ocurriendo. Y eso por una razón muy sencilla: hay un crecimiento de la droga y del narcoterrorismo. El precio de la droga ha aumentado debido al éxito del Plan Colombia, las áreas de sembrío se han reducido y eso incentiva su producción en el Perú. La gente que trabaja en esto 'prospera' y necesita más 'protección'.

¿Sendero gana más adeptos?
Es un Sendero distinto, menos político y más comercial, dedicado a los negocios. Tenemos información que muchos de los que salieron de la cárcel --sea porque se cumplió la pena o porque los soltaron-- han regresado a la organización. Hay mucha información sobre ello. En algunos sectores Sendero se ha revitalizado.

¿Se crearán nuevas bases antisubversivas en la zona?
En el reajuste presupuestal de fin de año le hemos dado bastantes fondos al Ejército y a la policía. Sí, se abrirán nuevas bases antiterroristas en la zona, pero es esencial fortalecer todo el esquema. No es solo un tema de más bases sino también de infraestructura. El VRAE y el Monzón son zonas muy apartadas. Cuando haya vías, luz, electricidad, el tráfico se reducirá.

¿Hay una rebelión en el Ejército por lo de los ascensos?
No lo sé, conozco el tema por los periódicos. El primer ministro no interviene en los ascensos. Estoy seguro de que el presidente quiere hacer las cosas dentro del orden institucional.

Pero hay un malestar.
Eso es lo que me dicen los medios. No hay que abrir un frente más, tenemos suficientes problemas que arreglar. La verdad es que no sabía que era momento de nombrar a un nuevo jefe del Ejército, el actual tiene solo un año...

Ese lapso es el habitual.
Es muy corto. En las instituciones militares hay demasiados cambios. Hemos tenido varios comandantes generales, ministros de Defensa y del Interior y los jefes policiales uff, ni los cuento.

¿Realmente cree que hay logros en seguridad ciudadana? Los asaltos y secuestros están a la orden del día.
Los medios no están reflejando las cifras, son muy buenas. Hemos progresado muchísimo. Se ha desbaratado un buen número de bandas y solucionado una buena parte de los secuestros. El número de asaltos se ha reducido notablemente.

La gente no manifiesta esto en las encuestas.
Generalmente las percepciones tienen un atraso en relación con los acontecimientos. En los meses de verano habrá una mejora en la percepción.

¿El Congreso se ha acelerado en sus propuestas por los vientos electorales?
No. Lo que pasa es que ya terminan su labor y solo se volverán a reunir después de las elecciones. En el verano todos estarán en campaña. Es normal que quieran crear una zona franca en Puno, exonerar a Petro-Perú, etc., etc. Yo apoyaré que se observe algunas de estas medidas. No puedo adelantar cuáles.

¿Simpatiza con la Zofra-Puno?
No. Se dice que esta es para desarrollar industria. Pero hay partes de Puno que viven del contrabando y este no tiene que ver con aranceles sino con el IGV que se evade. Es un tema tributario. Con Zofra-Puno eso no cambia nada. Igual con las exoneraciones: son necesarias para Iquitos y la parte de Loreto que está desconectada del país, no para las otras zonas.

Hay polémica en el Gobierno por el salario mínimo...
¡Ninguna! ¡Eso es un invento de los periódicos! (ríe). Algunos ministerios consideran que se debe aumentar muy poco y otros que esto generaría desempleo. Creo que por lo menos debe compensar la inflación subyacente desde el último aumento del 2003. Es aproximadamente entre 6% y 8%. El efecto sería nulo y para alguien que trabaja pelando alcachofas, por ejemplo, sería un aumento de sueldo. Hay un costo fiscal porque aumentarán las CTS. Por eso tiene que ser moderado, porque no hay dinero suficiente.

¿Qué impresión le causa este nutrido corso de candidatos presidenciales?
En los 80 los partidos se vinieron abajo y el gobierno autoritario de Fujimori le dio la estocada final. La población no confía en ellos...

¿La clase política está en bancarrota?
La gente no la mira con simpatía, pero hay personas valiosas. El Apra, con todos sus problemas, le ha dado continuidad al Congreso. Pienso que Valentín es una persona proba que da buena impresión política y Lourdes es honesta y con ideas claras. No se puede decir que son inútiles.

¿No son los mismos desde hace 30 años y no pasó nada?
No. Por ejemplo, nosotros en cuatro años hemos hecho mejoras en salud, educación, vivienda, en ingresos y no soy político. Ha habido cambios, ciertamente son desordenados y hay cosas que reconocer.

¿Por qué el descrédito?
Luego de la elección del 2001 se dio un desembalse en los medios de comunicación --la libertad de prensa es total-- y también un desembalse de expectativas. Se creyó que 30 años de manejo errático se curaba en cuatro años.

¿Toledo no contribuyó a ello, pudo hacerlo mejor?
No le voy a decir a El Comercio eso, si yo soy parte del Gobierno. (ríe). Pudo ser mejor claro, aunque en las circunstancias las cosas no se han hecho mal. Sin embargo, los procesos no son fáciles.

Oiga, pero de ganar Perú Posible --lo que es improbable-- el candidato no lo tendría a usted en el Gobierno. Así lo ha declarado.
Yo nunca pensé estar tanto tiempo. Le agradezco a Rafael Belaunde que haya dicho eso porque así, por fin, ya estaré libre (ríe).

¿No es increíble que el partido con quien usted colabora diga esto?
Él no representa la voz del partido.

¿Colaboraría con un gobierno del Apra, Unidad Nacional o el Frente de Centro?
Lo único que me interesa es que el Perú prospere y salga de la pobreza, si puedo ayudar desde fuera a lograrlo, colaboraré.

¿No integraría más el Ejecutivo?
La verdad es que he estado mucho tiempo ahí, para los estándares del Perú, claro. En Chile los ministros duran cinco años y en España ocho. Aquí todo es más movido. Prefiero regresar a la vida privada, hacer mi programa de radio, escribir. Lo cierto es que, si me mantienen, me quedo aquí hasta el 28 de julio próximo.

El Comercio (Pe) (Peru)

 



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