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22/12/2005 | La apuesta equivocada de las Naciones Unidas

James Tooley

Hace poco las Naciones Unidas se reunió para monitorear el progreso hacia uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio: la Educación Primaria Universal para el año 2015. La ONU reporta que los avances en el África sub-sahariana y en el sur de Asia son “demasiado lentos”, con 115 millones de niños todavía fuera de las escuelas.

 

Con el fin de avanzar en el cumplimiento de los objetivos, la ONU está proponiendo el programa “Gane Rápido”, que consiste en eliminar todas las matrículas en las escuelas primarias estatales para el 2006, lo cual se financiaría con un aumento de la ayuda externa. Sin embargo, con el “Gane Rápido” la ONU está haciendo la apuesta equivocada. Veamos.

En enero del 2003, con una donación de $55 millones del Banco Mundial, Kenya introdujo la educación primaria gratuita. Sin embargo, luego de dos años la mayoría de los niños en edad escolar en las barriadas de Nairobi —cerca del 70%—aún asisten a escuelas privadas, y no estatales.

Muchas personas consideran que el paso de niños de escuelas privadas a públicas es algo bueno, siguiendo la línea de la Comisión por África de Tony Blair, la cual reporta que las escuelas privadas “son de baja calidad”. Pero, ¿por qué los padres de familia pagarían por enviar a sus hijos a escuelas de baja calidad cuando los centros de enseñanza estatales son gratuitos?

Mis investigadores sometieron a 3.000 niños a pruebas, aproximadamente la mitad de ellos provenientes de las barriadas de Nairobi y la otra mitad de escuelas estatales en la periferia, utilizando exámenes estandarizados en matemática, inglés y kiswahili. Aunque a las escuelas estatales asisten los niños de las clases medias al igual que los de las barriadas, las escuelas privadas—que atienden solo a niños pobres—superaron a las estatales en los tres temas. Como lo resumió un padre de familia con el que hablé: “Si uno va a un mercado y le ofrecen frutas y vegetales gratuitos, estarán podridos. Si uno quiere frutas y vegetales frescos, uno tiene que pagar por éstos”.

La educación primaria gratuita en Kenya es un ejemplo de cómo la estrategia “Gane Rápido” de la ONU simplemente ha transferido niños de las escuelas privadas, donde aprenden en centros supervisados cercanamente por sus padres, a escuelas estatales, donde son hacinados en aulas con maestros que encuentran su presencia intolerable. La historia se repite en Nigeria, que introdujo su primera ley de educación primaria gratuita en 1976, en Ghana (1996), o en la India (1986): la mayoría de los niños pobres en edad escolar asisten a escuelas privadas que superan a las estatales a un costo inferior.

No solo la ONU está haciendo la apuesta equivocada, sino que también olvidó un truco: La existencia de escuelas privadas para los pobres brinda una solución de base para alcanzar la educación básica universal para el 2015—sin tener que realizar un gasto enorme a través de la ayuda externa. Si tantos niños asisten a escuelas privadas que no están oficialmente registradas, entonces alcanzar la educación para todos es más fácil de lo que originalmente se creyó.

Traducido por Juan Carlos Hidalgo para Cato Institute.

El Cato (Estados Unidos)

 



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