EE.UU. abre una reflexión sobre la crispación a raíz del tiroteo de Tucson. Los hechos... No hay indicio de motivos políticos: el detenido podía tener problemas mentales.. . . Y el contexto: El sheriff avisa que los desequilibrados son más susceptibles a la retórica virulenta.
Después
de que en marzo del 2010 la política conservadora Sarah Palin publicase un mapa
con demócratas susceptibles de perder en las legislativas de noviembre, cada
uno de ellos señalado con una mirilla, la congresista Gabrielle Giffords, una
de las candidatas señaladas, dijo: "Cuando la gente hace esto, debe darse
cuenta de que esta acción tiene consecuencias".
La
mirilla era metafórica - en inglés target significa diana y objetivo a la vez-y
políticos de todo color han usado similares recursos retóricos en su propaganda
electoral. Pero fue un ejemplo más del ambiente tóxico que ha dominado la
política estadounidense en los últimos años: una polarización y una crispación
constantes en la historia de este país pero que ahora se verán sometidas a
revisión.
El
sábado, Jared Lee Loughner, un hombre de 22 años, disparó a la cabeza de la
congresista Giffords ante un supermercado en Tucson (Arizona). No se conoce el
motivo de Loughner y los investigadores creen que se trata de un perturbado, un
joven confuso y violento sin vínculos con grupos de derechas o
izquierdas.
Pero el
tiroteo, en el que murieron seis personas, entre ellas el juez federal John M.
Roll, ha conmocionado al país, y ha llevado a la clase política y mediática a
preguntarse si no se ha llegado demasiado lejos en la escalada de
descalificaciones, insultos, manipulaciones que invaden las ondas y el discurso
público.
"Hay
motivos para creer que este individuo pueda tener problemas mentales",
dijo Clarence Dupnik, sheriff del condado de Pima, que coordina la
investigación. "Y creo que personas que están desequilibradas son
particularmente susceptibles al vitriolo".
En una
rueda de prensa en Tucson, el director del FBI, Robert Mueller, subrayó que
internet facilita el acceso y la difusión de discursos incitadores al
odio.
La
pregunta - difícil de responder-es si la toxicidad del debate ha creado el
caldo de cultivo para que un individuo lleve el odio a las últimas
consecuencias.
La
pregunta, como dijo Giffords a raíz de la publicación del mapa de Palin, es si
puede colocarse la diana en un político, o llamarle nazi o comunista, sin
arriesgarse a que alguien le escape que sólo es una hipérbole, una mera figura
verbal. Las metáforas pueden ser peligrosas.
Las
condenas, ayer, a los excesos de los últimos años provinieron sobre todo de la
izquierda, aunque no sólo. "Es importante recordar que las palabras
importan", dijo a la cadena conservadora Fox News el respetado politólogo
Larry Sabato.
El
diario Politico citó a un estratega del Partido Demócrata que, amparado en el
anonimato, aconsejó a Barack Obama aprovechar el atentado para atacar al Tea
Party, el movimiento conservador y populista que, con una retórica a veces
incendiaria, ha encabezado la oposición al presidente.
Algunos
republicanos se defendieron acusando a la izquierda de apresurarse a politizar
el atentando con la sangre aún fresca. Rebecca Mansour, una consejera de Sarah
Palin, calificó de "obscenos" los intentos de vincular a la
republicana Palin, probable candidata a las elecciones presidenciales del 2012,
con la violencia.
"No
entiendo cómo se puede responsabilizar a alguien por otra persona mentalmente
inestable", dijo Mansour en una entrevista radiofónica. "Gente que le
conoció dice que (el culpable) era de izquierdas y muy progresista. Pero eso
tampoco significa que yo culpe a la izquierda".
Entre
los mensajes de odio dirigidos a la congresista Giffords, una demócrata
centrista, algunos procedían de izquierdistas irritados con ella. En Daily
Kos,un blog progresista de referencia, un votante de su distrito la declaraba
"muerta" por haber votado en contra de Nancy Pelosi como líder de la
minoría demócrata en la Cámara de Representantes.
En
EE.UU. el discurso vitriólico y las teorías conspirativas no son exclusivos de
la derecha. A George W. Bush, durante su mandato, le compararon con Hitler, le
implicaron con el 11-S, y la legitimidad de su victoria en el 2000 sigue
cuestionada.
Pero
raramente fueron líderes demócratas con aspiraciones presidenciales - como es
Palin-quienes cultivaron este estilo. Y, desde que hace dos años Obama llegó a
la Casa Blanca, ha sido la oposición conservadora la que ha usado las palabras
más gruesas. Del presidente se ha cuestionado su verdadera nacionalidad, su
religión, su patriotismo.
La incógnita
es si el tiroteo marca el inicio de una nueva era de violencia en EE.UU. en un
contexto de división política, como los años sesenta o los noventa con el
atentado contra un edificio federal en Oklahoma City. O si, al contrario,
abrirá un periodo de reflexión y autoexamen, la civilidad volverá al centro del
debate y, como dice el presidente Obama, los políticos podrán discrepar
(disagree,en inglés) sin ser desagradables (disagreeable).
MATANZA
EN ARIZONA
E X C E
P C I Ó N
Aplazado
el voto contra la sanidad
Los
republicanos del Congreso han aplazado la revocación, prevista el miércoles, de
la reforma sanitaria. La congresista Giffords sufrió amenazas por apoyar la
reforma. Obama ha convocado un minuto de silencio y ha anulado un viaje a Nueva
York.