En los cables revelados por la página Wikileaks, señalan que a pesar que el interés de los inversionistas chinos en Colombia ha aumentado rápidamente desde noviembre de 2008, el Agregado Comercial colombiano afirma que no quieren "que les pasen por encima" como a Venezuela y África. 

El argumento del diplomático es que las políticas laborales para la mano de obra y sobre temas ambientales producen desconfianza sobre la extensión de sus empresas en esta región y sus repercusiones. 

Los cables con fecha de marzo del 2009, hacen referencia al director de la oficina Comercial de Proexport en Beijing, Alejandro Ossa quien señaló que Colombia, a diferencia de Chile, no está interesada en un TLC con China por considerar que el intercambio de productos no es complementario, a pesar de la evidente necesidad de buscar otros destinos, tras la demora en la aprobación de un TLC con los Estados Unidos. 

“Ossa agregó que Colombia está algo molesta porque los Derechos Humanos han sido uno de los notables impedimentos para la aprobación de un TLC con los Estados Unidos, cuando justamente este fue uno de los temas que fueron ignorados durante la visita a China de la secretaria Hillary Clinton en febrero”, dice el cable de Wikileaks. 

A pesar de estas razones el propio presidente Álvaro Uribe promovió la III Cumbre China – América Latina, en noviembre del 2009 y sostuvo varias reuniones con su homólogo. 

Ossa llamó la atención sobre el aumento de las inversiones de empresas de tecnología chinas en Venezuela, pero que estos recursos se mantienen con recelo, pues los empresarios asiáticos son concientes de la inestabilidad del desarrollo económico del vecino país. 

En las comunicaciones se señala que para China, “Colombia podría ser una mejor base para orientarse al resto de América Latina”. 

El diplomático colombiano resaltó que el interés en la región está fundamentado por su intención de expandir su influencia. La idea de lograr este objetivo es de tal magnitud que los chinos estarían dispuestos a establecer acuerdos sin obtener fuertes beneficios económicos a cambio, a diferencia de los que exige Estados Unidos. 

Al parecer Ossa había señalado que el Gobierno podría interesarle inversiones en el sector de infraestructura, productos químicos, fabricas de automóviles y electrónica. Pero que están menos interesados en minería, e hidrocarburos, “porque les genera algo de desconfianza las practicas laborales y ambientales y no están dispuestos a ceder en estos temas”, precisa la comunicación de carácter confidencial de los Estados Unidos. 

Según los cables divulgados por la página de Wikileaks también pone al descubierto la desconfianza general de países como México que en su momento afirmaron que “necesitan ser dueños de su propio desarrollo”, como lo publicó el Diario el País de España. 

El tema también cobija a Brasil. Según la publicación española tras una reunión del cónsul estadounidense, Beatrice Camp, y su homólogo brasileño, Marcos Caramuru de Paiva, se indicó que para los "inversores chinos piensan que América Latina y África son lo mismo". 

Según los informes que se conocen hasta octubre del 2010. Los principales aumentos se registraron en las importaciones originarias de China, que pasaron de US$372,2 millones en octubre de 2009 a US$576,7 millones, durante igual mes. 

Mientras que los datos consolidados entre enero y octubre las compras a este país asiático pasaron de US$3.008,6 millones durante los diez primeros meses de 2009 a US$4.353,4 millones en igual período de 2010, al contribuir con 5,0 puntos porcentuales a dicha variación. Este crecimiento se explicó en parte por las mayores compras externas de aparatos y material eléctrico de grabación o imagen (59,6%).