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12/01/2006 | ¿Nos equivocamos al 'imponer' los valores occidentales en sociedades musulmanas?

Rachel Raskin-Zrihen

Habiendo envenenado sistemáticamente a su población con odio violento durante generaciones, los líderes palestinos que intentan poner orden en la violencia con vistas al primer estado se encuentran que como el Dr. Frankenstein, pierden el control de su creación, conteniendo al monstruo de Arafat.

 

La próxima vez que alguien pregunte qué es lo que nos hace pensar que nuestro estilo es mucho mejor que la ideología islamista contra la que luchamos, puede que quiera mencionar los siguientes puntos de Associated Press el 28 de diciembre:

“Desde Moscú, Maria Danilova informó de que la comisión rusa que investiga el sitio de la escuela de Beslán el año pasado dijo que los funcionarios locales de las fuerzas del orden ignoraron de manera negligente las órdenes de reforzar la seguridad escolar antes de que los islamistas capturasen a los 1.128 alumnos, estudiantes y padres, provocando una crisis de tres días que terminó en la muerte de 331 personas, 186 de ellas niños”.

Este incidente es simplemente uno de tantos que ilustran que hay algo que va seriamente mal con una ideología en la que el concepto de atacar a niños intencionadamente es justificable. Pero al parecer es una táctica altamente recomendada en el manual del islamo-fascista, puesto que ha sido utilizada con frecuencia por los compatriotas de estos individuos en “Palestina”, donde también tienen otros problemas.

Habiendo envenenado sistemáticamente a su población con odio violento durante generaciones, los líderes palestinos que intentan poner orden en la violencia con vistas al primer estado se encuentran que como el Dr. Frankenstein, pierden el control de su creación, conteniendo al monstruo de Arafat. Hoy día, Sarah El Deeb informaba de docenas de palestinos armados disparando camino de los colegios electorales de la Franja de Gaza, exigiendo puestos en la lista de candidatos de las elecciones parlamentarias y cargos en las fuerzas palestinas de seguridad.

Ese mismo día, tres ciudadanos británicos son secuestrados en el cruce de Rafah de Egipto a Gaza en lo que es descrito como otro golpe asestado a los esfuerzos del líder palestino Mahmoud Abbás por instaurar el orden en el caótico territorio desde la retirada de verano de Israel.

Y tras el incremento de fuego de misil post-retirada desde Gaza contra Israel, los israelíes comienzan a implementar una "zona prohibida", donde se disparará a los palestinos que se acerquen. El día también vio un grupo palestino del terror radicado en el Líbano disparando misiles contra la ciudad israelí de Kiryat Shmona, a los que los aviones israelíes respondieron más tarde. Y a menos que piense que los problemas con el estilo de vida de los islamistas sólo se manifiestan en sus luchas contra los no musulmanes, el 28 de diciembre vio al musulmán paquistaní Nazir Ahmed sin arrepentirse después de cortar el cuello de sus hijas pequeñas y de su hijastra de 25 años con el fin de "salvaguardar el honor de su familia”, según informaba Khalid Tanvir.

La información menciona que centenares de mujeres y niñas son asesinadas por parientes varones anualmente en la conservadora nación islámica, y pocos autores materiales son castigados seriamente.

La masacre criminal de Ahmed – la reciente de más de 260 de tales masacres documentadas en el 2005 – fue contemplada por su mujer mientras sostenía en brazos a su hijo de tres meses. Ahmed puso su mano sobre la boca de su hijastra y le cortó el cuello con un machete, asesinando después a las tres niñas de 8, 7 y 4 años de edad. Él dijo, según se informa, que creyó que la mayor había cometido adulterio, y que las niñas tenían que morir para prevenir que crecieran para hacer lo mismo.

En las informaciones dicen que las reformas de leyes islámicas desfasadas se han hecho esperar, dificultando la obtención de condenas por violación, ataques con ácido y otros casos de violencia contra la mujer. A menudo se informa de que la policía es reticente a procesar tales crímenes, clasificándolos como peleas familiares. Y cuando no están atacando escuelas, autobuses o centros comerciales, o asesinando mujeres y niñas, algunos islamistas se mantienen ocupados secuestrando turistas, como informaba desde Yermen Ahmed Al-Haj. Allí, el 28 de diciembre, hombres armados secuestraban a una familia alemana con el fin de presionar al gobierno para que liberase a miembros de la tribu encarcelados.

Dos austríacos eran secuestrados la semana anterior, y dos turistas suizos eran secuestrados en la misma zona un mes antes.

Así que la próxima vez que alguien me diga que no tenemos derecho a imponer nuestro modo de pensar a estas naciones cuyos ciudadanos son felices con sus propios sistemas, planeo sugerirle que pregunte a las hijas de Ahmed lo que piensan.

Oh, es cierto, no va a poder.

Rachel Raskin-Zrihen es columnista del Times-Herald

El Reloj (Israel)

 



 
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