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23/03/2011 | La ONU necesita una reforma

Ileana Ros-Lehtinen

Los sucesos actuales en la ONU demuestran de nuevo sus fallos y la necesidad de una reforma.

 

Un ejemplo es el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que debe aprobar pronto varias resoluciones más contra Israel, encima de 33 medidas similares aprobadas por el Consejo en los últimos cinco años. Israel es el único país en la agenda permanente del Consejo, mientras los abusos en países infractores como Cuba, China y Siria son ignorados. El régimen de Kadafi en Libia fue miembro del Consejo hasta hace poco, y otros violadores crónicos de los derechos humanos todavía integran el organismo.

Las farsas como el Consejo de Derechos Humanos, los escándalos de corrupción, la mala administración y más, evidencian que la ONU ha fallado. ¿Pero qué se puede hacer?

No estoy interesada en desmantelar la ONU ni en que Estados Unidos se retire. Creo que debemos concentrarnos en cómo reparar la ONU, cómo hacerla más transparente, responsable y eficaz. ¿Cómo podemos utilizar nuestras contribuciones para adelantar ese objetivo y los intereses y valores de Estados Unidos?

Estas son algunas lecciones de intentos anteriores por hacer reformas:

Lección 1. El dinero habla. El mayor problema es que los que deciden no tienen que pagar las cuentas. La mayoría de los integrantes de la ONU pagan casi nada de las contribuciones fijadasy les pasan los costos a grandes contribuyentes como Estados Unidos. El gobierno de EEUU paga todas las contribuciones fijadas --el 22 por ciento del presupuesto habitual de la ONU-- más miles de millones cada año. La burocracia de la ONU y otros integrantes saben que pagarán pase lo que pase, así que no tienen incentivos para la reforma.

Casi todos los esfuerzos exitosos para reformar la ONU se han basado en retener nuestras contribuciones a menos que se implementen reformas. En la década de 1980, el Congreso retuvo los pagos hasta que la ONU cambió la votación sobre los presupuestos.

En 1989, Yasser Arafat presionó para que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fuera miembro pleno en agencias de la ONU, con la intención de obtener un reconocimiento de facto para un Estado palestino sin hacer la paz con Israel. La estrategia de la OLP parecía imparable hasta que EEUU aclaró que cortaría los fondos a cualquier entidad de la ONU que aceptara a la OLP.

En la década de 1990, cuando el presupuesto regular y el de mantenimiento de la paz de la ONU se dispararon, el Congreso aprobó el acuerdo Helms-Biden. Retuvimos nuestros pagos y los condicionamos a reformas claves. Cuando la ONU vio que no estábamos jugando, los miembros aceptaron cambiar, lo que ahorró dinero a los contribuyentes norteamericanos.

Los pagos al presupuesto y las entidades de la ONU también deben ser voluntarios. De esa manera, los norteamericanos, no un burócrata de la ONU o de otros países, determinarán cuántos dólares de los contribuyentes se gastan en la ONU y adónde van. Sólo debemos pagar los programas y las actividades de la ONU que adelantan nuestros intereses y nuestros valores. Si otros países quieren costear otras cosas, que las paguen ellos.

Lección 2. El liderazgo de EEUU es importante. Es lo que nuestros aliados esperan de nosotros, y lo que nuestros enemigos temen. Debemos defender nuestros valores y nuestros intereses, aun si tenemos que hacerlo solos, aunque debemos pedir a otras naciones responsables que se nos unan. La indecisión socava nuestra credibilidad, y la debilidad mina nuestra capacidad de adelantar nuestros objetivos en la ONU.

Lección 3. No aceptar cambios cosméticos. En el 2006, la ONU abolió la desacreditada Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que en una ocasión estuvo presidida por Libia. En vez de reemplazar la Comisión con un organismo creíble y eficaz, la ONU creó un Consejo de Derechos Humanos, tan malo como su predecesor.

Las raras resoluciones del Consejo criticando verdaderos abusos contra los derechos humanos suelen ser muy escasas o llegan muy tarde. ¿Por qué fue necesaria la matanza de cientos de personas para que la ONU sacara a Libia del Consejo? ¿Por qué se permitió que el régimen de Kadafi entrara en el Consejo en el 2010? ¿Por qué otros violadores de los derechos humanos --como China, Cuba, Rusia y Arabia Saudita-- siguen en el Consejo?

El gobierno de Obama ha tratado de reformar el Consejo desde adentro, pero ha fracasado. Deberíamos abandonar el Consejo y buscar foros alternativos para defender los derechos humanos.

Lección 4. No comparar naranjas con manzanas. A algunos defensores de la ONU les gusta señalar actividades buenas para justificar las malas. Pero cada programa de la ONU debe justificarse por sus propios méritos y recibir contribuciones voluntarias. La ayuda de la UNICEF a los niños que sufren hambre no puede excusar que UNRWA tenga miembros de Hamas en su nómina.

Para incorporar esas lecciones, pronto presentaré una versión revisada del proyecto de reforma de la ONU que presenté en el 2007. Su principio fundamental será ``reforme primero, pague después''. Espero que mis colegas en ambos lados del pasillo se me unan en este importante tema. Reformar la ONU es vital para los intereses norteamericanos.

Congresista federal y presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.

Miami Herald (Estados Unidos)

 


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