Así es, César Duarte quiere dar armas a los conocidos como los 'ninis', pero para que sirvan al bando de enfrente, a la causa del Ejército. Y les exigiría una permanencia de tres años a cambio de un sueldo. "No se trata de alejarlos solo de las organizaciones criminales, sino de apoyarlos también económicamente", ha alegado.

El gobernador está tan convencido de las bondades de su idea que la ha presentado en Ciudad Juárez, la ciudad tomada por la guerra contra el 'narco', donde ha suscrito el Pacto Social para la Productividad, Competitividad y Generación de Empleo. Y ya ha anunciado que la próxima semana la mandará al Congreso "para que se tomen los caminos institucionales debidos".

"Vamos a pedir al gobierno de la República que establezca que el Servicio Nacional Militar sea obligatorio a todos los jóvenes que ni estudian ni trabajan para que se incorporen mínimo tres años al Ejército", ha proclamado para asombro de todos los partidos políticos mexicanos.

Según él, su propuesta "es una transformación fundamental para romper las estructuras que desgraciadamente se dan de forma natural, en el caso de Juárez y muchas regiones del país, donde hay reunión de grupos de jóvenes que se constituyen en pandillas en actividades de ilegalidad".

"Son los jóvenes de 17 y 18 (años) los que se han convertido en los muertos y los matadores (sic)" sostiene Duarte. "Y si no se hace algo, en tres años los niños actuales se convertirán igual que los hermanos".

Pero, de momento, Duarte no ha encontrado apoyos ni entre las filas de su propio partido, el PRI. Desde éste, desde el PAN y desde el PRD alegan que la medida, tachada de "ocurrencia", violaría el artículo quinto de la constitución mexicana, que garantiza elegir la profesión y ocupación y que el camino para alejar a los chavales de la delincuencia debe pasar por las aulas y por la creación de empleo bien remunerado.